Dos físicos de Bariloche postularon que una reacción química sobre la proteína PER acorta o alarga la duración del llamado ciclo circadiano.  (08/04/13 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. Todos los organismos tienen un “reloj biológico” en el cerebro, que regula el sueño y otros procesos fisiológicos en ciclos circadianos de casi 24 horas a partir de información que reciben del ambiente, como la luz y la temperatura. Ahora, científicos de Bariloche plantearon que la transformación química de una proteína específica puede actuar como “señal de ajuste” de ese reloj.

 

Si bien este trabajo se basa en un trabajo teórico basado en evidencias, científicos que trabajan líneas de investigación orientadas al diseño de nuevas intervenciones en pacientes que sufren de insomnio o jet-lag podrían tener en cuenta estos resultados. 

Los doctores en física Sebastián Risau-Gusman y Pablo Gleiser, investigadores del CONICET en el Centro Atómico Bariloche y el Instituto Balseiro, examinaron el rol de una proteína, PER, que regula el reloj biológico. Esa proteína experimenta una reacción química, llamada “fosforilación”, que hasta ahora se pensaba que servía solo para acelerar su degradación. Sin embargo, según postularon en “The Journal of Theoretical Biology”, en realidad este mecanismo en PER puede actuar para acortar o alargar el ciclo.

“Este trabajo, realizado sobre la mosca de la fruta pero con implicancias en mamíferos, ilumina los papeles que desempeña una pieza importante dentro del engranaje molecular de los relojes biológicos”, destacaron a la Agencia CyTA Risau-Gusman y Gleiser, quienes también son profesores de la Universidad Nacional  del Comahue y de la Universidad Nacional de Río Negro, respectivamente.

 FOTO RELOJ

Todos los organismos tienen un “reloj biológico” en el cerebro, que regula el sueño y otros procesos fisiológicos en ciclos circadianos de casi 24 horas a partir de información que reciben del ambiente.