Es un ave que habita a lo largo de la costa patagónica de Argentina y de Chile.  Mediante una cámara de video colocada en su espalda se corroboró que en 40 segundos se sumerge a una profundidad de 50 metros, puede permanecer cerca de 80 segundos bajo el agua para tomar a su presa y luego vuelve a la superficie.

(21/09/2012 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Por primera vez, un equipo de científicos del CONICET y de la Sociedad para la Conservación de la Vida Salvaje (WCS) recogió imágenes de video de la sorprendente técnica que utilizan los cormoranes imperiales, aves marinas que se distribuyen en la costa patagónica de Argentina y Chile, para capturar peces.

Para ello colocaron una diminuta cámara de video en la espalda de alguna de esas aves y la fijaron mediante una cinta adhesiva resistente al agua. Las imágenes revelaron un patrón llamativo: en 40 segundos, los cormoranes se sumergieron a una profundidad de 50 metros, permanecían allí cerca de 80 segundos para capturar a su presa y luego se tomaban otros 40 segundos para volver a la superficie.

Aunque  se conocía la capacidad de buceo de esa y de otras especies de aves marinas, “lo novedoso fue observar en forma directa el comportamiento en ambientes profundos y alejados de la costa, donde es imposible seguirlos”, puntualizó a la Agencia CyTA uno de los autores del estudio, el doctor Flavio Quintana, investigador principal del CONICET en el Centro Nacional Patagónico y asociado a WCS. “Estas imágenes nos hicieron conocer más detalles acerca de sus estrategias para la captura de presas y nos ofrecieron una visión del paisaje submarino dónde se alimentan”.

Y agregó que el estudio del comportamiento, el manejo del tiempo y la energía de estos predadores marinos es un excelente indicador del esfuerzo que estas aves realizan para obtener su alimento en el mar y, por lo tanto, puede servir como una alerta temprana de potenciales amenazas o riesgos de las poblaciones.  

A diferencia de los pingüinos que se propulsan debajo del agua con sus alas, los cormoranes bucean propulsándose con sus patas, señaló Quintana, quien también es asesor científico del Ecocentro Puerto Madryn.

La investigación apunta a comprender de qué manera las aves marinas manejan su tiempo y energía para ser exitosos durante su alimentación en el mar. “De eso depende su propia capacidad de supervivencia ante un océano cambiante, ya sea por la acción del hombre o de la naturaleza”, apuntó Quintana. “Intentamos comprender en que medida las distintas especies son vulnerables a estos cambios y si son capaces de enfrentarlos.”

FOTO CORMORAN

El cormorán imperial en Punta León en Argentina.

Créditos: Wildlife Conservation Society