¿Las ecuaciones pueden ser bellas? ¿Cómo se relacionan Dalí y las matemáticas? Una docente de la UNL recorre la historia de dos mundos que parecen separados pero no lo están.

(16/09/11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir/ Prensa UNL)-. Artistas e investigadores parecen pertenecer a mundos no sólo distintos sino también opuestos. Así, se los entiende como los máximos representantes de la emoción y la razón respectivamente, cada uno con sus lenguajes y fines. Sin embargo, debajo de esas aparentes diferencias ambos mundos comparten una misma base: la creatividad.

“En los libros de historia, ya sea del arte o de la humanidad, siempre aparecen separados. El único caso que se cita como personalidad que se dedicó al arte y la ciencia es Leonardo Da Vinci, sin embargo hubo cantidad de artistas que estudiaron a ambas”, destacó Nilda Marsili, quien se desempeña como investigadora en el área de Química Analítica en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y, también, como artista plástica.

Marsili ofreció la charla “Arte & Pensamiento científico” en el Primer Festival de Arte y Ciencia de la provincia de Santa Fe que se desarrolló del 9 al 11 de septiembre en la ciudad de Santa Fe. El evento fue organizado por la Secretaría de Estado de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia de Santa Fe, la  UNL, la Municipalidad de Santa Fe, el CONICET Santa Fe, el Museo Interactivo Puerto Ciencia y el grupo de teatro Tocomochos.

Mentes creativas

Para ilustrar qué tan profundos son los lazos entre el arte y la ciencia, Marsili contó que “hace más de 25 mil años, el hombre prehistórico comenzó a contar, a tener noción del concepto de cantidad, y al mismo tiempo a representar con maestría figuras animales en las paredes de las cavernas”.

Desde entonces a esta parte los ejemplos sobran. Entre otros, la especialista destacó que el primer libro de matemática que se publicó en alemán fue escrito por el dibujante Alberto Durero, quien además estudió ciencias naturales.

En el caso de la física, las nuevas concepciones de la materia –de la mano del trabajo de Rutherford y los Curie- provocaron un cambio fundamental en las artes plásticas. “Kandisky llega a la abstracción total gracias a los avances de la ciencia”, subrayó la expositora.

Las matemáticas también son espacios de cruces, como lo manifestó la amistad entre Salvador Dalí y el matemático Thomas Banchoff. En 1975, el científico publicó un artículo sobre la visualización tridimensional de objetos de dimensiones superiores y lo ilustró con el “Corpus hipercubicus”, que Dalí pintó en 1951. El propio artista contactó al investigador para conocer al matemático que había sabido interpretar lo que quería decir con sus cuadros.

Más que mirar

“El artista es un gran observador de la naturaleza y entonces descubre relaciones matemáticas en ella”, explicó la especialista de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB) de la UNL. Marsili reconoce en la ciencia el origen de las ideas que luego plasma en dibujos y pinturas.

“En un comienzo hacia obras figurativas, pero cuando empecé a estudiar y compenetrarme con la Química empecé a tomar esas imágenes de la ciencia”, concluyó.

 

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Debajo de esas aparentes diferencias la ciencia y el arte comparten una misma base: la creatividad, afirma Nilda Marsili, investigadora en el área de Química Analítica en la Universidad Nacional del Litoral y, también, como artista plástica. Ilustración de Leonardo Da Vinci.