No faltaría mucho tiempo para que una vacuna contra el dengue esté disponible, afirma la doctora Delia Enria, médica infectóloga y directora del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas Dr. Julio I. Maiztegui. En una entrevista concedida a la Agencia CyTA la especialista también describió algunos de los virus que investigan en esa institución.

(07/02/11 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. El dengue es una enfermedad que se transmite a través de la picadura de un mosquito de la especie Aedes infectado por alguno de los cuatro virus del dengue. La patología afecta a habitantes de zonas tropicales y subtropicales y está presente en varios países de América Latina como Argentina, Brasil, Bolivia, México, Paraguay, y en países de Centroamérica y  el Caribe, entre otros. En la Argentina la reemergencia de la enfermedad se detecta en 1997 en Salta.

Si bien existen estrategias de control, tratamientos y medidas de prevención, hasta la fecha no se encuentra disponible una vacuna contra el dengue, una enfermedad que en algunos casos puede ser mortal.  “Son varias las vacunas que están en desarrollo, algunos de esos proyectos tienen lugar en nuestro país. Hay dos vacunas que están en etapas avanzadas que están siendo probadas en ensayos clínicos en humanos. La más avanzada de todas es una ‘quimera’, que consiste en el empleo de un vector que es el virus de la fiebre amarilla –que está modificado para no provocar daños en el organismo– y al cual se le colocan algunas secuencias de RNA del virus del dengue para producir inmunidad, es decir, para que el organismo genere anticuerpos contra ese virus y esté preparado para defenderse ante una potencial infección”, indicó a la Agencia CyTA la doctora Delia Enria, médica infectóloga y directora del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas (INEVH) “Dr. Julio I. Maiztegui”. Y agregó: “Una vacuna efectiva y segura contra el dengue cambiaría mucho el escenario dado que tendríamos mayor posibilidades de controlar el dengue. Sin embargo, las medidas de control de vectores –insectos que transmiten el dengue– deberán seguir  activas porque esos mismos vectores pueden transmitir otros virus, tales como la fiebre amarilla y chikungunya, que pueden ser causantes de enfermedades aisladas, de brotes pequeños o brotes mayores.”

De acuerdo con la doctora Enría, que también integra el Consejo de Prevención del Dengue de las Américas, “estamos más cerca que antes de que se logre una vacuna contra el dengue. Se piensa que entre 2014 y 2016 podría haber una vacuna disponible.”

Otros virus bajo la mira  

Lo que dio origen al Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas “Dr. Julio I. Maiztegui” fue una iniciativa que tuvo lugar en la década de 1960 para intentar lograr el control de la fiebre hemorrágica argentina. “Este objetivo lo estamos cumpliendo ampliamente ya que el instituto ha logrado el desarrollo de un tratamiento eficaz y de una vacuna para la enfermedad. Esta vacuna se produce actualmente en el INEVH.”.

La fiebre hemorrágica argentina la provoca un virus transmitido por un roedor de la especie Calomys musculinus, y se manifiesta en algunas zonas de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y La Pampa. Algunos de los síntomas que produce son fiebre, dolor de cabeza, debilidad, dolores articulares y oculares y pérdida de apetito, entre otros.

Nuestro accionar  se centra en diversos aspectos como la capacitación de personal médico y la vigilancia de la enfermedad”, destacó Enria, coordinadora del Programa Nacional de Control de la fiebre hemorrágica argentina. “

Asimismo el instituto citado lleva adelante el programa de hantavirus. “La institución trabaja realizando diagnósticos e investigaciones virológicas y ecológicas. Apoyamos también a las provincias en sus estrategias de control de los hantavirus”, destacó la especialista.

También se desarrollan programas centrados en el control y la investigación de la fiebre amarilla, una enfermedad viral transmitida  por el mosquito Aedes aegypti en su ciclo urbano. “En 2007 y 2008 hubo un rebrote de fiebre amarilla silvestre  y se registraron casos en humanos en la provincia de Misiones.  Estamos desarrollando proyectos de investigación que buscan identificar adecuadamente los vectores selváticos de la fiebre amarilla”, indicó la doctora Enria.

Por otra parte en el Instituto Maiztegui también se realizan estudios centrados en las encefalitis virales  tales como la encefalitis de San Luis o la del virus del Oeste del  Nilo. El virus del Nilo occidental y el virus de encefalitis de San Luis son transmitidos por los mosquitos del genero Culex quinquefasciatus.

En los humanos, el virus del Nilo occidental produce generalmente una infección asintomática o una enfermedad febril leve. En un porcentaje de los casos, el virus se multiplica en el sistema circulatorio y penetra en el tejido del cerebro interfiriendo en el funcionamiento normal del sistema nervioso central y causando inflamación del tejido cerebral. En el caso de la encefalitis de San Luis, los síntomas de esa enfermedad comienzan con un síndrome febril, dolor de cabeza, intensos dolores musculares y presencia de malestar general.

En la Argentina se han producido brotes de la encefalitis de San Luis importantes, como el de 2004 en la provincia de Córdoba, y en el verano de 2010 en la Capital Federal y varias provincias. El virus de la encefalitis del Nilo Occidental es de reciente introducción en el continente Americano y en Argentina fue detectado por primera vez en 2006 con la muerte de tres caballos de carrera en la provincia de Buenos Aires.

Las aves son reservorios de ambos virus, la transmisión normalmente es entre aves y mosquitos. Accidentalmente  pueden afectar al hombre y los animales domésticos. En algunos casos pueden ser fatales. Ante la notificación de dos casos confirmados de infección por virus San Luis en la ciudad autónoma de Buenos Aires y tres casos confirmados en la provincia de Buenos Aires a comienzos de 2010, y teniendo en cuenta otros casos en estudio, la Dirección de Epidemiología de la Nación alertó en esa oportunidad a los profesionales de la salud y a la comunidad en general “para optimizar la vigilancia y fortalecer las medidas de prevención de esta enfermedad.”

“Estamos incluso incluyendo la vigilancia de patógenos que suponemos que todavía no están activos en el país, pero que potencialmente puedan estarlo como el virus Chikungunya (común en Asia y África), que es un virus emergente en el mundo”, afirmó la doctora Enria. Y agregó: “En general provoca enfermedades febriles con importante compromiso articular, que puede prolongarse por bastante tiempo. No existe tratamiento específico.”

En este contexto el Instituto Maiztegui tiene como objetivo diseñar, coordinar y realizar las actividades de diagnóstico, tratamiento, investigación, prevención y docencia de enfermedades virales humanas. Este centro de referencia realiza  también  el desarrollo y la producción, control y aseguramiento de la calidad de biológicos, vacunas y reactivos de diagnóstico vinculados con las enfermedades virales humanas.