Un equipo internacional de investigadores secuenció el genoma del mosquito Culex quinquefasciatus,  transmisor del virus del Nilo occidental y del virus de encefalitis de San Luis.  El trabajo favorece una mejor comprensión de la biología de ese insecto lo que podría contribuir al diseño de estrategias de control más efectivas de ese vector.

(19/10/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Con anterioridad fueron secuenciados el genoma de los mosquitos Anopheles gambiae, transmisor de la malaria, y Aedes aegypti, que transmite la fiebre amarilla y el dengue. Según reveló un trabajo publicado en la revista Science, esta vez fue el turno de los mosquitos Culex quinquefasciatus.

El trabajo fue obra de 37 instituciones, encabezados por investigadores de la Universidad Riverside de California (Estados Unidos), que secuenciaron el genoma de Culex quinquefasciatus, que transmite, en caso de estar infectado, el virus del Nilo occidental y el virus de encefalitis de San Luis.

En los humanos, el virus del Nilo occidental produce generalmente una infección asintomática o una enfermedad febril leve.  Dicho virus se multiplica en el sistema circulatorio y penetra en el tejido del cerebro interfiriendo en el funcionamiento normal del sistema nervioso central y causando inflamación del tejido cerebral. En el caso de la encefalitis de San Luis, los síntomas de esa enfermedad comienzan con un síndrome febril, dolor de cabeza, intensos dolores musculares y presencia de malestar general.

“Culex pipiens quinquefasciatus y Culex pipiens pipiens son dos especies de mosquitos que forman parte del Complejo Culex pipiens. En Buenos Aires, de forma similar a lo que ocurre en Sudáfrica, durante el verano también se encuentran las dos especies y formas híbridas. Cerca de los trópicos solo se encuentra Culex pipiens quinquefasciatus, por ejemplo en Misiones, y al sur solo se encuentra Culex pipiens pipiens, por ejemplo en Chubut”, explicó a la Agencia CyTA el doctor Nicolás Schweigmann, investigador del Conicet en el Grupo de Estudio de Mosquitos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires. Y agregó: “El trabajo –publicado en Science– ha sido de gran utilidad para comparar los genomas y cromosomas respecto de otras especies de mosquitos vectores de malaria (Anopheles gambiae), fiebre amarilla o dengue (Aedes aegypti) y la mosca de la  fruta (Drosophila melanogaster) para realizar  estudios evolutivos, los cuales permitieron detectar no sólo los genes comunes entre las especies, sino también las modificaciones que se habrían producido a través del tiempo. Por otro lado, la secuencia del genoma, que ya forma parte de la biblioteca genética, será de utilidad para otros estudios.”

Vectores de enfermedades

Culex pipiens es uno de los vectores del virus del Nilo occidental y el virus de encefalitis de San Luis. “Para el caso de la encefalitis de San Luis nuestro país es endémico y se han producido brotes importantes en la región como el de 2004 en la provincia de Córdoba, y verano de 2010 en varias provincias, incluida la Capital Federal. El virus de la encefalitis del Nilo Occidental es de reciente introducción en el continente Americano y en Argentina fue detectado por primera vez en 2006 con la muerte de tres caballos de carrera en la provincia de Buenos Aires”, puntualizó Schweigmann. Y continuó: “Las aves son reservorios de ambos virus, la transmisión normalmente es entre aves y mosquitos. Accidentalmente  puede afectar al hombre y los animales domésticos. En algunos casos pueden ser fatales.”

En aquella oportunidad, ante la notificación de dos casos confirmados de infección por virus Saint Louis en la ciudad autónoma de Buenos Aires y tres casos confirmados en la provincia de Buenos Aires, y teniendo en cuenta otros casos en estudio, la Dirección de Epidemiología de la Nación alertó a los profesionales de la salud y a la comunidad en general “para optimizar la vigilancia y fortalecer las medidas de prevención de esta enfermedad.”

Culex pipiens es el mosquito común y es conocido por las molestias que producen a la noche “mientras intentamos descansar”, destacó el investigador del CONICET. Y agregó: “Tienen la capacidad de volar en oscuridad orientándose por gradientes de concentración de dióxido de carbono, ácido láctico (transpiración) y calor.”

La secuenciación del genoma de este tipo de mosquito, que favorece una mejor comprensión de su biología, podría contribuir al diseño de estrategias de control de ese tipo de vector de algunas enfermedades.