Un equipo de investigadores desarrolló un método que permite crear estructuras en 3D con células cultivadas de diverso tipo. Estos resultados constituyen un paso adelante dentro del campo de la ingeniería de tejidos cuyo propósito es fabricar nuevos órganos que reemplacen hígados, vasos sanguíneos y otras partes del organismo que no son funcionales.
(14/05/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Como si se tratara de un juego de Lego, pero aplicado a la biología, científicos que trabajan en el área de ingeniería de tejidos desarrollan estudios para poder fabricar nuevos órganos que reemplacen hígados, vasos sanguíneos y otras partes del organismo que no son funcionales. El objetivo es crear estructuras de tejidos que imiten la microarquitectura de los tejidos naturales.
Un paso en este campo de la biomedicina fue dado por investigadores de la División de Ciencias y Tecnologías de la Salud de Harvard y del Instituto de Tecnología de Massachusetts (HST, según sus siglas en inglés) en Estados Unidos. El equipo, liderado por los doctores Ali Khademhosseini y Javier Gómez Fernández, desarrolló una técnica que consiste en encapsular células en cubos para luego ordenarlas en estructuras en 3D, afirma la agencia de prensa del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, según sus siglas en inglés).
Los resultados del trabajo publicados en la versión online de la revista Advanced Materials constituyen un avance importante dado que uno de los mayores obstáculos que enfrenta la ingeniería de tejidos es la de crear estructuras en 3D en vez de capas delgadas de tejidos que son más fáciles de fabricar.
Lo que los investigadores hicieron para construir sus “Legos biológicos” fue encapsular células cultivadas de distinto tipo dentro de un polímero denominado glicol polietileno que tiene varios usos médicos. Desarrollaron una versión líquida de ese polímero que se transforma en gel cuando es expuesto a luz. Al endurecerse, el gel va agrupando las células en cubos.
Una vez que se obtienen las células en forma de cubo, los científicos pueden darle una forma específica empleando un polímero basado en silicio. Posteriormente, pueden armar nuevas estructuras uniendo las diferentes células mediante el empleo del polímero glicol polietileno que actúa como un pegamento.
Gómez Fernández y Khademhosseini han usado este método para construir tubos que podrían funcionar como vasos sanguíneos. “Si construyes un órgano y no le suministras nutrientes, entonces va a morir”, indica Fernández quien junto a Khademhosseini tienen la esperanza de que su trabajo permita algún día fabricar un hígado o tejido cardíaco artificial.
Por el momento, su propósito es realizar más estudios para seguir mejorando su técnica.
La mitad de una esfera de cubos de polímero fabricada por los investigadores de la División de Ciencias y Tecnologías de la Salud de Harvard y del Instituto de Tecnología de Massachusetts.
Créditos: Javier Gómez Fernández
Los investigadores construyeron este tejido tubular empleando células agrupadas con polímeros.
Créditos: Javier Gómez Fernández