Investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba y del Conicet estudiaron cerca de nueve mil muestras de semen de hombres de entre 20 y 59 años de edad. Comprobaron que la fertilidad masculina decae después de los 50, y que las primeras señales de alerta en relación con la calidad del semen empiezan a manifestarse a partir de los 35 años.

(18/05/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. En la sala de espera de una clínica de fertilización asistida espera su turno un número importante de parejas. Curiosamente, todas tienen algo en común: están formadas por mujeres jóvenes acompañadas por hombres maduros, que han vuelto a casarse una vez más. La escena es parte de la película “Enamorándome de mi ex”, protagonizada por Meryl Streep y Alec Baldwin. Pero, ¿qué sucede fuera de los sets de filmación? 

Así como la calidad de óvulos femeninos va disminuyendo gradualmente a partir de los 35 años, algo similar ocurre con el semen de los hombres, a medida que pasa el tiempo. Para analizar la relación entre la edad y la calidad del semen, investigadores  de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) analizaron 9168 muestras de donantes obtenidas en un laboratorio independiente de  Andrología y Reproducción. El estudio abarcó algo menos que diez años, entre 1995 y 2004 y las edades de los donantes fluctúaron entre los  20 y los 59 años. Los resultados fueron publicados este año en la revista Archivos Españoles de Urología.

“Para determinar la calidad seminal se cuantifican, de acuerdo a recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, diferentes parámetros que incluyen volumen seminal (cantidad  de semen eyaculado, en mililitros), concentración de espermatozoides, esto es, número de espermatozoides por cada mililitro de semen eyaculado y movilidad de los espermatozoides que se cuantifica por el porcentaje de células que, al examen microscópico, se desplazan de manera rápida o lenta”, explicó a la Agencia CyTA, la doctora Marta Fiol de Cuneo, profesora titular de la cátedra de Fisiología Humana de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC e investigadora independiente del CONICET.

Otro parámetro con el que se evalúa la calidad del semen, es el porcentaje de espermatozoides vivos que se determina mediante una coloración que sólo tiñe las células muertas. También se estudia la morfología espermática, por ejemplo, si tienen una forma normal o exhiben distintas alteraciones ya sea en la cabeza, la cola o la pieza intermedia. Asimismo se tiene en cuenta el tamaño de estas células.

Resultados del estudio

En cuanto a las características del semen en las diferentes franjas etáreas, los resultados obtenidos fueron agruparon de acuerdo a la edad, partiendo de los 20 años y en intervalos de 5 años cada uno (de 21 a 25 años, de 26 a 30, hasta el último grupo de 55 a 59 años). “Como pudimos observar, el volumen seminal, la cantidad total de espermatozoides y el porcentaje de células con forma normal disminuyó de manera estadísticamente significativa a partir de los 50 años; los porcentajes de espermatozoides móviles decaen a partir de los 35 años y después de esa edad, se incrementa además el porcentaje de espermatozoides muertos”, indicó Fiol. Y agregó: “Los parámetros bioquímicos también se modifican disminuyendo la concentración de alfa-glucosidasa neutra a partir de los 50 años con respecto al intervalo 20-49 y la de fructosa luego de los 36 años. Alfa-glucosidasa neutra y fructosa son indicadores del funcionamiento de glándulas anexas al aparato reproductor masculino tales como epidídimo y vesículas seminales.”

Los resultados del trabajo concuerdan con los de otros autores en cuanto a la disminución en la calidad espermática. Sin embargo, los datos referidos a parámetros bioquímicos del semen “son originales y aportan una visión más integral del potencial problema”, señaló la especialista.

Según explicó la doctora Fiol, el estudio de la calidad seminal es una herramienta muy utilizada, aunque no la única, para evaluar la posible capacidad fertilizante de un individuo. “La disminución de parámetros tales como volumen seminal, cantidad total de espermatozoides eyaculados, motilidad espermática, células con morfología normal y aumento de espermatozoides muertos serían indicadores de que a mayor edad, ocurre una disminución en la capacidad fertilizante. Sin embargo no es posible, con las técnicas aquí empleadas, señalar con certeza cuales sujetos van a ser capaces de fecundar. Aquellas parejas que deseen postergar su paternidad deben ser advertidas acerca de este riesgo”, afirmó.

 

foto espermatozoides

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Espermatozoides

 Créditos: Advanced Fertility Center of Chicago