Es fundamental que la sociedad esté informada sobre los mitos y las realidades que giran en torno a los posibles usos terapéuticos de las células madre, coincidió un grupo de expertos en biología y en bioética. De ese modo las personas no podrán ser engañadas con tratamientos riesgosos para la salud humana que ofrecen algunas clínicas privadas.

(08/07/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir).- Si bien se han logrado avances importantes en la investigación de las células madre, todavía queda un largo camino por recorrer para ver esos resultados experimentales de laboratorio traducidos en terapias clínicas para curar diversas enfermedades, afirmó el doctor Fernando Pitossi, director del Laboratorio de Terapias Regenerativas y Protectoras del Sistema Nervioso del Instituto Leloir. Y agregó: “En este sentido es necesario que la sociedad esté bien informada sobre los avances, los límites y los mitos que circulan alrededor de este tema. De esta forma evitaremos que muchas personas sean engañadas con tratamientos riesgosos para la salud humana, que todavía no han sido validados a nivel clínico, y que son ofrecidos por algunas clínicas privadas tanto en la Argentina como en el exterior”, expresó Pitossi, que es coordinador del Consorcio de Investigación en Células Madre de ANPCyT-Ministerio de Ciencia, Tecnología, e Innovación Productiva.

El debate sobre el tema tuvo lugar durante el transcurso de la mesa redonda \”¿De qué hablamos cuando hablamos de células madre?\” que se desarrolló en la Asociación de Ex Alumnos del Colegio Nacional Buenos Aires y que se inscribió en un ciclo de charlas organizados por esa institución y la Fundación Instituto Leloir.

También participaron en esa mesa las biólogas Susana Sommer, profesora de Bioética en la UBA, e integrante de la Comisión Mundial de Ética del Conocimiento Científico y la Tecnología, de UNESCO, y Cecilia Gamba, directora del Laboratorio de Procesamiento de Células Progenitoras Hematopoyéticas del Banco de Sangre de Cordón Umbilical del Servicio de Hemoterapia del Hospital de Pediatría Garrahan.

El potencial de las células madre

Cuando el espermatozoide y el ovulo se unen, surge la primer célula madre totipotente (con capacidad para dar origen a todos los tipos de células diferenciadas de un organismo), la cual se divide en células madre que gradualmente se diferencian en células especializadas que dan origen a los músculos, los riñones, el corazón y otros órganos del futuro individuo.

“Teóricamente, la potencial aplicación terapéutica es que uno pueda utilizar células madre, cultivarlas en el laboratorio en plaquitas con los nutrientes que hagan falta y a partir de ahí obtener células del páncreas, de los pulmones, células de la sangre o del corazón, o neuronas, u otro tipo de células, para tratar enfermedades de diverso tipo, pero aún falta para que ese potencial llegue a ser una realidad clínica”, señaló Pitossi que también se desempeña como investigador del Conicet.

¿De dónde se pueden obtener las células madre?

Pitossi explicó que de acuerdo a las fuentes hay dos tipos de células madre: las embionarias y las adultas. “Las de origen embrionario generan un fuerte debate ético y social, y las células madre adultas son aquellas que se desarrollan en algunos órganos como la médula ósea, en la piel, en regiones del músculo cardiaco, en el hígado y en regiones del sistema nervioso de una persona adulta”.

“Algunas de las ventajas de las células madre embrionarias son que tienen una alta plasticidad, es decir, son fuente potencial de cualquier célula. Algunas de las desventajas es que tienen un comportamiento en cultivo muy variable, pueden producir tumores al ser trasplantadas y por otra parte se plantea el desafío de que pueden generar una respuesta inmunológica al trasplante”, destacó el investigador. Y continuó: “Las células madre adultas son de de fácil acceso (por ejemplo, la piel), no provocan dilemas éticos ya que no se emplean células madre embrionarias y no producirían rechazo desde el punto de vista de la compatibilidad biológica. Algunas de sus desventajas radican en tener una capacidad limitada de diferenciarse a otro tipo celular para el cual fue programada”.

Líneas de investigación

Pitossi destacó el desarrollo de una línea de investigación denominada “reprogramación” que consiste en la incorporación de genes en células de la piel (fibroblastos) a fin de borrar su información genética para transformarla en células embrionarias, que bajo condiciones experimentales, pueden devenir en células nerviosas o cardíacas. “Otra área de investigación denominada transdiferenciación consiste en la capacidad teórica de una célula de un linaje de diferenciarse a células de otro linaje. Por ejemplo, la posibilidad que células madre hematopoyéticas que normalmente dan origen a células de la sangre puedan ser utilizadas para generar otro tipo celular como las neuronas. Esta posibilidad aun está esperando verificación experimental más sólida”, señaló.

Asimismo el investigador indicó que son muy pocos los ensayos clínicos aprobados a nivel mundial basados en la aplicación de células para enfermedades del sistema nervioso. “Por ejemplo, en Estados Unidos e Inglaterra, hay tres ensayos clínicos aprobados en temas de sistema nervioso, uno es para lesiones de medula espinal, otro es para la enfermedad de Batten que es muy rara y otra para los accidentes cerebrovasculares. Pero recién se encuentran en la fase I que consiste en comprobar si el trasplante de células madre es tóxico. Y si salieran bien los resultados, todavía faltaría atravesar las fases II y III”, remarcó Pitossi. Recién en esta última fase se estudia el potencial terapéutico del nuevo tratamiento.

Recientemente, contó el investigador, hubo un caso de un chico con ataxia –una enfermedad del sistema nervioso- que recibió un tratamiento no autorizado con células madre en Ucrania. Finalmente el tratamiento no sólo no curó al paciente, sino que además contrajo cáncer.

En este sentido destacó el papel que está desempeñando el INCUCAI que por resolución del Ministerio de Salud actúa como ente regulatorio de las investigaciones relacionadas con el implante de células madre que se llevan adelante en la Argentina. “Es importante recalcar que cualquier ensayo clínico novedoso utilizando células madre, por ser experimental, necesita aprobación previa del INCUCAI y debe ser gratuito para el paciente”, señaló Pitossi.

Bancos de sangre de cordón umbilical

En la mesa redonda, Cecilia Gamba, del Hospital de Pediatría Garrahan, explicó que las células madre progenitoras hematopoyéticas “se pueden obtener de tres fuentes: la médula ósea, la sangre periférica y la sangre de cordón umbilical y que es posible emplearlas en usos clínicos como la repoblación de la médula ósea en el procedimiento del trasplante, en malignidades, síndromes de fallo medular, hemoglobinopatías, desórdenes congénitos del metabolismo e inmunodeficiencias, entre otras aplicaciones”.

El uso de una fuente u otra depende de muchas variables que manejan los médicos encargados de hacer los trasplantes, explicó la investigadora. “Las ventajas del empleo de la sangre de cordón umbilical son la disponibilidad inmediata de las células y la menor incidencia de enfermedad de injerto contra huésped”, destacó Gamba.

En el Hospital Garrahan, el Banco de Células Hematopoyéticas de Sangre de Cordón Umbilical desarrolla dos programas, uno denominado no relacionado -de donación altruista- y otro relacionado. “El primero consiste en la donación voluntaria por parte de la madre de unidades de sangre que son criopreservadas en nuestro laboratorio, las mismas son destinadas a pacientes que lo necesiten y que no tienen vínculo con la familia donante. El segundo programa consiste en el almacenamiento de esas unidades las que quedan reservadas para un posible uso familiar en un hermano que tenga algún tipo de enfermedad tratable con un trasplante hematopoyético”, explicó la investigadora.

En el programa relacionado, se almacenan células sólo si el donante es hijo del mismo padre y madre. A pesar del parentesco, la probabilidad de que ambos hermanos sean compatibles es sólo del 25 al 30 por ciento. “En caso de que no sean compatibles y se necesite realizar el trasplante, se deben buscar donantes en el registro nacional de donantes de Células Progenitoras Hematopoyéticas del INCUCAI que existe en la Argentina y que está asociado a un registro internacional”, señaló Gamba.

De acuerdo con la investigadora, la relevancia estratégica de un Banco de Sangre de Cordón Umbilical en Argentina radica en el objetivo de poder aumentar la oferta nacional e internacional de muestras que correspondan a las características genéticas de las poblaciones latinoamericanas e hispanas, ya que la mayoría de los donantes inscriptos en los bancos internacionales suelen corresponder a otro tipo de poblaciones. Asimismo destacó que en la Argentina existe un marco regulatorio, a través del INCUCAI, que provee estabilidad y consistencia a la tarea de los bancos de células progenitoras hematopoyéticas de sangre de cordón umbilical.

A diferencia del Hospital Garrahan que es un hospital público, en la Argentina y en el exterior existen compañías que ofrecen guardar la sangre de cordón, pero sólo para su uso en un miembro de la familia que la ha donado. Estas compañías cobran por colectar y almacenar la sangre de cordón umbilical.

“El Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical del Hospital Garrahan no ofrece este servicio y no podemos colectar sangre de cordón para familias que desean almacenarla para su uso propio al menos que haya otro niño (hermano del bebé por nacer) que tenga una enfermedad que pueda ser tratada con un trasplante hematopoyético. En ese caso, el médico que atiende al niño deberá comunicarse con nosotros para solicitar que realicemos la colecta”, explicó Gamba.

Para la mayoría de las familias, la probabilidad de necesitar en un futuro la sangre de cordón umbilical del hijo es relativamente baja. Asimismo Gamba indicó que el almacenamiento de esa muestra no constituye una garantía ya que para una enfermedad particular puede no resultar apropiado utilizarla o puede no ser adecuada para otro miembro de la familia, por no ser compatible, por ejemplo. “Además, como ocurre con cualquier terapia, no hay garantía de que el trasplante pueda proveer la cura de la enfermedad”, subrayo la experta del Hospital Garrahan.

Las razones por las cuales el Banco Público de Sangre de Cordón Umbilical de Hospital Garrahan no realiza ese servicio son que las indicaciones para almacenar la sangre de cordón umbilical en el momento del parto para su futuro uso autólogo (para el propio sujeto) son hasta la actualidad casi inexistentes.

“La probabilidad de necesitar un trasplante autólogo ha sido estimada en 1 en 20 mil para los primeros 20 años de vida”, indicó Gamba. Y agregó: “En algunas situaciones médicas podría no estar recomendado el trasplante autólogo (con las propias células obtenidas del cordón umbilical). El uso autólogo en un niño con cáncer o un desorden inmune puede no estar recomendado debido a que se supone que esas enfermedades tienen una base genética”.

Sobre este tema, Susana Sommer resaltó que los bancos públicos, a diferencia de los privados, no cobran la recolección ni el almacenamiento. En este sentido, reflexionó: Los bancos privados, ¿ no atentan contra los bancos públicos al disminuir la cantidad de donantes y de fondos?, ¿es justo que existan bancos privados de células sólo para personas con recursos? Esto plantea problemas de equidad, y por otra parte, ¿qué ocurre cuándo se deja de abonar el canon por el ‘depósito’”?, destacó.

Con respecto a otros dilemas vinculados con las células de cordón en bancos privados, Sommer, autora de varios libros de ética, indicó: “Esos bancos solicitan la donación a una población vulnerable como es el caso de las mujeres embarazadas, que por razones emocionales puede leer determinada publicidad sin sentido crítico a la hora de tomar decisiones. Además hay que tener en cuenta que la probabilidad de que un bebé necesite en el futuro un trasplante a partir de las células de sangre de cordón umbilical conservadas es muy bajo. Más aún no se ha demostrado aún que las células utilizables para trasplantes pueden almacenarse más de 15 años”.

En este sentido, los tres especialistas, Sommer, Pitossi y Gamba, coinciden en la importancia que tienen los medios de comunicación en su rol de mantener a la gente informada con precisión y rigurosidad científica sobre los avances de la ciencia y la tecnología y las dimensiones éticas asociadas.