Los tesoros históricos y culturales subacuáticos están de parabienes . En enero de 2009 entró en vigor una norma de la UNESCO que los protege de los cazadores de tesoros. Ratificada por 20 países, se espera que la Argentina la adopte en breve.

(15/01/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Dado que veinte Estados han ratificado ya la Convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático, ésta entró en vigor el 2 de enero del presente año.

Adoptada en 2001 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), la convención tiene por objetivo garantizar una mejor protección de los restos de navíos históricos naufragados y otros vestigios que yacen bajo las aguas (mares, lagos y ríos). La comunidad mundial adoptó este tratado internacional en respuesta al aumento del saqueo y de la destrucción del patrimonio cultural subacuático por parte de los cazadores de tesoros, informó del departamento de prensa de ese organismo internacional.

“Estamos viviendo una etapa francamente importante en la historia del patrimonio cultural”, declaró el director general de la UNESCO, Koichiro Matsuura. Y agregó: “Se trata de un complemento indispensable en el dispositivo normativo de la UNESCO. A partir de ahora, la memoria histórica que representa el patrimonio cultural subacuático podrá gozar de una protección legal, lo que pondrá término al creciente tráfico ilícito alimentado por los saqueadores de los mares”.

Los países que la ratificaron son hasta el momento: Barbados, Bulgaria, Camboya, Croacia, Cuba, Ecuador, Eslovenia, España, Jamahiriya Árabe Libia, Líbano, Lituania, México, Montenegro, Nigeria, Portugal, Santa Lucía, Panamá, Paraguay, Rumania y Ucrania.

Delegados de esos países conformarán un comité que, entre otras actividades, desarrollará lineamientos generales y asesorará en materia del patrimonio cultural subacuático. Dicho comité no tendrá un carácter global, ya que la convención rige para los países que suscriben a ella, “sin embargo, sentaría las bases para que, poco a poco, se vaya creando un estándar internacional que haga a la buena práctica profesional en materia de patrimonio cultural subacuático. De esa forma, se limitaría la acción de los buscadores de tesoros o de aficionados sin formación adecuada en la especialidad”, afirmó la doctora Dolores Elkin, arqueóloga e investigadora del Conicet y directora del Programa de Arqueología Subacuática (PROAS) del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL).

Principios básicos de la convención

Algunos de los ejes esenciales de la convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Cultural Subacuático son la obligación de proteger el patrimonio subacuático, su preservación prioritaria in situ, esto es, allí donde se halla sumergido, la negativa a la explotación comercial de los vestigios; y la cooperación entre los Estados con miras a salvaguardar este valioso patrimonio, despertar en el público la conciencia de su importancia, así como también propiciar la formación en arqueología subacuática.

“Si bien Argentina aún no ha ratificado la Convención, se espera que lo haga en breve, ya que nuestro país tuvo una participación activa en su elaboración. Al presente, tanto la Cancillería como la Secretaría de Cultura de la Nación han dado el visto bueno para ello, por lo que sólo restaría que sea aprobado por el Congreso Nacional”, explica la licenciada en arqueología, Mónica Grosso, integrante de PROAS.

Por su parte, Elkin, que integró en varias oportunidades la delegación argentina en la UNESCO cuando se elaboró el texto de la convención, indica: “Lamentablemente, nuestro país aún no ratificó dicho documento. Fue algo muy llamativo por dos razones principales, sumadas al ya mencionado rol protagónico de Argentina durante la elaboración de la convención. Una es que no habría ningún obstáculo para que la Argentina ratifique el documento debido a que el mismo ya cuenta con la luz verde del Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Secretaría de Cultura de la Nación, por lo tanto sólo resta que Presidencia envíe el expediente al Congreso para completar el proceso.”

Por otra parte, la experta agrega: “Otro motivo de sorpresa es que nuestro país se destaca en América del Sur por su experiencia de más de una década en arqueología subacuática, e incluso, por contar desde hace años con leyes a nivel nacional y provincial que protegen su patrimonio subacuático. En otras palabras, que Argentina ratifique esta convención de la UNESCO no sólo es esperado, sino que es lo lógico. Una vez que ello suceda, también tendremos más posibilidades de contar con el apoyo de la UNESCO para continuar desarrollando la especialidad en nuestro país y también para brindar asistencia técnica a otros estados de la región que ya la han ratificado.”

Para Elkin, aún no es tarde. “Ojalá en algún momento de 2009, tengamos la satisfacción de que Argentina se encuentre entre los países que ratifiquen, y por lo tanto den fuerza de ley a esta Convención sobre la Protección de Patrimonio Cultural Subacuático”, concluye.

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