Con el cierre del Año Internacional de la Papa, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación presentó una publicación que destaca el papel que esta verdura puede desempeñar en el fortalecimiento de la seguridad alimentaria mundial y en la reducción de la pobreza.

(29/12/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Desde los Andes, se propagó a todos los continentes del planeta hace alrededor de 7 mil años, convirtiéndose en uno de los más importantes alimentos de la humanidad: la papa.

Con el cierre del 2008, denominado Año Internacional de la Papa, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) acaba de presentar un libro con ilustraciones titulado Nueva luz sobre un tesoro enterrado.

Esta publicación – disponible en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso- pone de relieve su mensaje esencial: “que la papa forma parte esencial del sistema alimentario mundial y desempeñará una parte todavía más importante en el fortalecimiento de la seguridad alimentaria del mundo y en la reducción de la pobreza”.

“La papa está en primera línea en la lucha contra el hambre y la pobreza en el mundo”, afirma Jacques Diouf, director general de la FAO.

De acuerdo con la publicación de ese organismo internacional, la papa es “el producto no cerealero número uno, cuya producción alcanzó la cifra sin precedentes de 325 millones de toneladas en 2007. El consumo de papa se extiende vigorosamente en el mundo en desarrollo, que hoy produce más de la mitad de la cosecha mundial, y donde la facilidad de cultivo y el gran contenido de energía de la papa la han convertido en valioso producto comercial para millones de agricultores”.

Dentro de lo que fue la producción de papa en América Latina durante el 2007, Argentina ocupó el tercer lugar después de Perú y Brasil, con una tasa de rendimiento de 1. 950.000 toneladas. Perú, por su parte, produjo 3.388.147 toneladas.

Según los expertos de la FAO, en los próximos 20 años se prevé que la población mundial aumente, en promedio, alrededor de 100 millones de personas al año. Por este motivo, afirman que el mundo afronta un desafío decisivo: garantizar la seguridad alimentaria a las generaciones de hoy y del futuro, y opinan que la papa formará parte importante de las respuestas a esta realidad.

Algunas de las razones que destacan para justificar ese papel que puede cumplir el empleo de la papa son: que se cultiva en todo el mundo y que es posible mejorar su producción, constituye un alimento muy nutritivo (contiene proteínas, vitamina C y potasio, entre otras cualidades), crece en climas diversos, y además está aumentando su demanda.

“Algunas personas se sorprendieron de que las Naciones Unidas dedicaran un año a algo tan común como las papas. Pero a nosotros nos pareció una gran oportunidad de crear conciencia del verdadero valor de la papa para la población rural, para la economía y para la seguridad alimentaria del mundo”, señala NeBambi Lutaladio, especialista en raíces y tubérculos de la FAO. Y agrega que la función nutritiva de la papa “también se subestima con frecuencia, y en los países desarrollados muchas veces se asocia la papa al exceso de peso. Entonces, uno de los objetivos del Año Internacional de la Papa ha sido informar a la población sobre los beneficios de este vegetal para la nutrición de las personas”.

REACUADRO: PAPA EN LA ARGENTINA

(29/12/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Hoy en día, la producción de papa se concentra en los alrededores de Buenos Aires y Santa Fe, informa el libro titulado Nueva luz sobre un tesoro enterrado de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Entre otros datos, dicha publicación revela características sobre la producción de papa a nivel mundial, y ofrece un breve panorama sobre varios países, entre ellos la Argentina.

De acuerdo con la publicación, en los últimos 50 años la producción de papa en Argentina se ha modificado muy poco: la cosecha de 2007, de 1,9 millones de toneladas, fue apenas inferior a la de 1961. Desde inicios del decenio de 1960 la cosecha nacional promedia unos dos millones de toneladas, y a veces supera esta cifra (como en 1998, cuando fue de 3,4 millones de toneladas). Los niveles de consumo de papa, de unos 44 kilogramos por persona al año en 2005, también se han modificado poco desde 1990.

Lo que sí ha cambiado notablemente es la productividad, indica el informe: “Junto a una caída constante del tamaño de la zona cosechada –de 200 mil hectáreas en 1961 a unas 68 mil en 2007–, la producción por hectárea se ha triplicado con creces a casi 30 toneladas”.