El sábado 31 de mayo se celebra el Día Nacional de la Energía Atómica. Esa fecha fue seleccionada porque ese mismo día, hace 68 años, se creó la CNEA. En la actualidad, reúne a los físicos, ingenieros y técnicos especializados en ese campo.

(29/05/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Es una fuente limpia de energía para muchos, y una fuente de polémica constante para otros. Más allá de todo, el 31 de mayo se celebra en la Argentina el día de la energía atómica. Se celebra a modo de conmemoración de la creación en esa misma fecha, en 1950, de la Comisión Nacional de Energía Atómica o CNEA.

Ese organismo autárquico tiene bajo su responsabilidad el funcionamiento de las centrales nucleares del país, destinadas a la producción de electricidad, como Embalse y Atucha I. También conduce los centros atómicos, donde se realiza investigación científica en múltiples áreas, como el estudio de materiales y la nanotecnología. Asimismo, se encarga de la producción de radioisótopos destinados a diagnósticos y tratamientos oncológicos.

Las actividades de la CNEA se desarrollan dentro de un marco legal variado, con dos normas principales que tutelan su funcionamiento: el Decreto-Ley N° 22.498/56 y la Ley Nacional de la Actividad Nuclear (Ley N° 24.804), informa la CNEA en su sitio de Internet.

“Esta legislación la dota de plena capacidad para actuar pública y privadamente en los órdenes científico, técnico, industrial, comercial, administrativo y financiero. Además, la CNEA es responsable de la aplicación de la Ley Régimen de Gestión de Residuos Radiactivos (Ley N° 25.018), y de la Convención (Internacional) Conjunta sobre la Seguridad en la Gestión de los Combustibles Gastados y la Seguridad en la Gestión de los Residuos Radiactivos, refrendada por la Ley N° 25.279”, destaca.

Hace treinta años, la Argentina se convertía en el primer país de la región latinoamericana en tener una central nuclear de generación de energía y enriquecer uranio. Hoy, son más los problemas que enfrenta que los avances. En enero, asumió la licenciada Norma Boero. Uno de los grandes desafíos con los que debe lidiar es el “envejecimiento” de su plantel, que tiene un promedio de 55 años de edad.