(09-04-08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por José Goretta de la UNNE) – En la actualidad, se conocen más de 80 especies de arañas que se mimetizan con hormigas, pero en la Argentina son pocos los trabajados referidos a este fenómeno. Un proyecto de las cátedras “Biología de los Invertebrados” y “Biología de los Artrópodos” de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) permitió dar con las dos especies de arañas miméticas citadas por primera vez para Argentina.

Cuestión de supervivencia

Las hormigas están entre los insectos más abundantes en los ecosistemas terrestres. Junto con las arañas, en muchos ambientes, constituyen importantes presas de otros animales. \”Con frecuencia, ambos grupos comparten el hábitat. Allí las hormigas tienen efectivos mecanismos de defensa para contrarrestar la predación, aunque las arañas quedan expuestas en esa convivencia\”, explica Osvaldo Arbino, autor del trabajo de investigación. Para evitar ese riesgo, algunas arañas optan por la mirmecomorfia, una estrategia mimética por la cual imitan tanto morfológicamente como en sus patrones de conducta, a las hormigas.

Generalmente, las hormigas son poco predadas por otros artrópodos porque tienen mecanismos efectivos para la defensa, como aguijones con glándulas de veneno que expelen sustancias irritantes. Además, pueden actuar en grupo para el ataque o la defensa de la colonia.

Los ejemplares de arañas citadas fueron capturados en el Parque Nacional Iguazú, pero habitarían en toda la región paranaense. Una especie es la Apochinomma formicoides (Corinnidae) y la segunda, la Corcovetella aemulatrix (Salticidae).

Adaptación según la edad

De acuerdo con los investigadores, la primera de ella imita a dos especies de hormigas: los ejemplares juveniles lo hacen con laDolichoderus bispinosus (Dolichoderinae) y los adultos se mimetizan con la hormiga Camponotus sericeiventris (Formicinae). Por su parte, la Corcovetella aemulatrix sólo imitaría a C. sericeiventris en todas sus etapas de desarrollo.

“El mimetismo se manifiesta mediante la convergencia de formas, coloración, compuestos químicos y comportamiento”, comenta Arbino. A simple vista, resulta difícil diferenciarlas de las hormigas. “Estas arañas mirmecomorfas llegan a desarrollar el mismo color, largo de patas, pelos; y elevan el primer par de patas para simular las antenas de las hormigas”, acota. También –detalla- adquieren los mismos movimientos de balanceos, respuestas a las perturbaciones e inspección de recovecos. “Es un claro intento de supervivencia” concluye el trabajo.

Para las arañas, la principal ventaja de imitar a las hormigas es evitar el riesgo de ser presas de otros animales. No obstante, este mecanismo no es privativo de las arañas. Muchos insectos lo practican. De todos modos, el trabajo es considerado trascendente en el estudio de la mirmecomorfia de los arácnidos de la zona.