Aunque se necesitan en muy poca cantidad, la falta o el exceso de los oligoelementos pueden provocar serias enfermedades.

(03/01/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por María Cristina Chaler) – El Cobre es el componente de moléculas importantísimas para el metabolismo y sin él la vida seria imposible o extremadamente difícil. Forma parte de enzimas (catalizadores biológicos) cuya presencia hace que funcione correctamente la química humana y mantengamos nuestro estado de salud.

Forma parte de la citocromo oxidasa, superóxido bismutasa, amino oxidasa, tirosinasa, entre otras enzimas que propician las óxido reducciones del metabolismo.

La oxidación implica:

  • Ganancia de oxígeno.
  • Pérdida de cargas negativas (electrones).
  • Aumento de las cargas positivas.
  • Pérdida de hidrógeno.
  • La reducción implica:

  • Pérdida de oxígeno.
  • Ganancia de carga negativa (electrones).
  • Disminución de la carga positiva.
  • Ganancia de hidrógenos.
  • Es decir, ambas reacciones que se oponen pero se necesitan una a la otra, se denominan REDOX. Se dan en forma simultánea pues algún elemento o grupo de elementos ganan, lo que otros pierden, de modo que no existe la oxidación sin la reducción y viceversa, y de allí deriva su nombre.

    El cobre es uno de los promotores de la juventud, ya que interviene en reacciones que mantienen la elasticidad de las fibras del colágeno y la elastina. Promueve el buen funcionamiento del sistema nervioso y su falta provoca retraso mental.

    De los 150 mg que posee un individuo sano: el 50 por ciento se encuentra en los músculos y huesos, el 10 por ciento en el hígado, y el 40 por ciento restante repartido en todo el organismo dentro de las células y tejidos.

    Alimentos que lo poseen

  • Nueces.
  • Frutas secas.
  • Legumbres secas.
  • Hígado.
  • Riñón.
  • Yema de huevo.
  • Es un componente importante de las células. Se encuentra en el citoplasma, en el núcleo y también forma parte de sus organelas.

    Se absorbe en el intestino y gran parte se elimina con las heces. Al igual que sucede con el hierro (Fe), su absorción depende de la composición de la dieta. No todo lo que se ingiere se absorbe y hay sustancia químicas facilitadotes de su asimilación.

    En el plasma hay una proteína, llamada cuproproteina, que contiene aproximadamente el 96 por ciento del cobre. La cuproproteina es una gran molécula que tiene incorporados 8 átomos de cobre, de los cuales 4 están en estado cúprico (Cu++) y los otros 4 en estado cuproso (Cu+).

    El cobre facilita la asimilación del hierro al oxidarlo a férrico (Fe+++), cuando se necesita en ese estado. (Ver nota de Hierro, “Ciencia Fácil Nº 55”). En el caso de que no haya la cantidad necesaria de Cobre se produce una anemia hipocrómica (falta de hierro), de modo que es una prueba de que juega un papel fundamental en la asimilación de hierro.

    Su déficit

    El desequilibrio de los pocos miligramos de este mineral es gran importancia, ya que su exceso o defecto produce serias enfermedades, como por ejemplo la enfermedad de Wilson, transmitida en los cromosomas no sexuales, de modo que es autosómica.

    Recordemos que los cromosomas se encuentran en el núcleo como constituyentes principales del ADN (ácido desoxi nucleico) y su número es constante para cada especie. El ser humano posee 46 cromosomas, entre ellos hay 44 autosómicos, es decir no sexuales, y 2 sexuales.

    La enfermedad de Wilson está relacionada con defectos en la excreción de este mineral, ya que se ve disminuida en la bilis que elimina el hígado, de modo que se acumula en este órgano y se forman depósitos de cobre que llevan a la cirrosis. Esta insuficiencia hepática hace que el cobre pase a la sangre y a su vez se deposite en otros órganos como cerebro, riñones y cornea, trayendo distintos tipos de trastornos.

    Los síntomas de esta enfermedad aparecen alrededor de los 4 años; los depósitos de cobre dañan seriamente tejidos y órganos, y si no se detecta a tiempo lleva a la muerte. Para tratarla, debe mantenerse una dieta de bajo contenido en cobre de por vida.

    Otra de las enfermedades que están relacionadas con el metabolismo del Cobre es la enfermedad de Menkes, un defecto hereditario poco común que disminuye la absorción de este elemento. En este caso la herencia no es autosómica sino que está ligada al cromosoma sexual X y provoca disminución en el sistema inmunológico –con la consecuente falta de resistencia a las infecciones–, retardo mental, deformaciones óseas, cabello frágil, convulsiones e hipotermia.

    Los síntomas de esta enfermedad ya aparecen en el útero cuando el crecimiento del feto se produce lentamente. El tratamiento ayuda sólo cuando la enfermedad se detecta en forma temprana.

    El gen que la provoca ha sido descubierto y es el ATP7A que ocasiona déficit en la absorción de cobre, lo que dificulta su llegada a los tejidos.

    Por pequeñas que sean las necesidades de este elemento en el cuerpo humano es inmensamente importante la presencia del mismo ya que no podemos prescindir de él.

    La educación en alimentación nos permitirá una vida mejor.