La serie infinita, uno de los principios básicos de la matemática moderna, no habría sido descubierta por Isaac Newton tal como se cree, sino por un desconocido grupo de eruditos del siglo XIV. Así lo sostienen investigadores de dos universidades británicas, que afirman que el hallazgo hasta ahora ha sido atribuido erróneamente a Newton y Gottfried Leibnitz, en el siglo XVII, esto es 250 años después.

(17/9/07 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – Un equipo de académicos de Inglaterra anunció que la Escuela Kerala, en la India, identificó la serie infinita, uno de los componentes básicos del cálculo matemático, hacia 1350. Este descubrimiento, como se sabe, es atribuido a Isaac Newton y Gottfried Leibnitz a fines del siglo XVII, quienes desarrollaron el cálculo infinitesimal.

La investigación fue realizada por los doctores George Gheverghese Joseph, de la Escuela de Educación en la Universidad de Manchester, y Dennis Almeida, perteneciente a la Escuela de Educación en la Universidad de Exeter, y dada a conocer en el sitio web de la Universidad de Manchester.

El equipo reveló que la Escuela Kerala también descubrió la serie PI que usaron para calcular el número PI en forma correcta con nueve, diez y –más tarde– diecisiete decimales.

Los autores de tal afirmación señalan que existe una fuerte certeza de que los indios transmitieron sus descubrimientos a los misioneros Jesuitas, quienes visitaron la India durante el siglo XV y eran versados en matemática. Ese conocimiento, según los investigadores, podría haber sido transmitido luego al mismo Newton.

Joseph reveló el hallazgo al tiempo que analizaba e investigaba unos extraños documentos de la India para una nueva edición de su texto sobre el origen no europeo de las matemáticas, que se publicará próximamente. “Los comienzos de la moderna matemática se consideran como un logro europeo, pero los descubrimientos entre los siglos XIV y XVI en la India medieval han sido ignorados u olvidados”, expresó.

Por supuesto que el trabajo de Newton de finales del siglo XVII permanece majestuoso y no se ve disminuido, especialmente en lo que hace a los algoritmos del cálculo. Pero, de acuerdo a Joseph, “otros nombres de la Escuela Kerala, especialmente Madhava y Nilakantha, deberían estar a la par de él dado que descubrieron el otro componente esencial del cálculo como es la serie infinita”.

El mundo no europeo

El estado de Kerala se halla al sudoeste de la India, en la costa de Malabar (mar Arábigo) y su extensión es de unos 38.860 kilómetros cuadrados.

Se especula con muchas razones por las cuales la contribución de la Escuela Kerala no fue reconocida. Tal vez la principal fue el rechazo de las ideas científicas provenientes de otras partes del mundo diferentes a Europa, un legado del colonialismo que perduró a través del tiempo.

Tampoco existen indicios del conocimiento del Malayalam, el lenguaje medieval de Kerala con el que muchos textos fundamentales de matemática de la época fueron escritos.

Joseph cree que la evidencia exigida para reconocer la transmisión del conocimiento desde Oriente a Occidente es mayor que a la inversa. “Es ciertamente difícil imaginar que Occidente abandonaría una tradición de 500 años de incorporar el conocimiento de la India y el mundo islámico”, agregó.

Según Joseph, las evidencias halladas van mucho más allá de eso y explicó que “había muchas oportunidades para recopilar la información cuando los Jesuitas europeos estaban en esa zona y en ese entonces. Ellos tenían muy buenos conocimientos en matemática y eran especialistas en las lenguas que se utilizaban allí.”

Además, existía otro fuerte motivo en la presencia de los misioneros: el Papa Gregorio XIII (1501-1585) había designado una comisión para evaluar la reforma del calendario Juliano, que finalmente tendría lugar en 1582.

Dicha comisión era encabezada por el astrónomo y matemático alemán Christopher Clavius (1537-1612) de la orden Jesuita. Apodado “el Euclides del siglo XVI” por su notable y prodigiosa obra en matemática, Clavius con frecuencia recabó información sobre la elaboración de los calendarios en otras partes del mundo. “La Escuela Kerala era, sin dudas, líder en este tema”, destaca Joseph.

Europa, por aquellos años, se expandía y descubría nuevas tierras en todo el planeta. Los matemáticos que trazaban cartas y mapas de navegación eran muy solicitados, por cuanto se necesitaba optimizar los métodos de navegación y los tiempos de los viajes de exploración.

Los más importantes investigadores Jesuitas de Europa se lanzaron a una afanosa búsqueda y las consultas se presentaron en los más remotos lugares del mundo. Y otra vez, de acuerdo a Joseph, los matemáticos de la Escuela Kerala especializados en astronomía y cartografía, eran expertos en la disciplina.

Es interesante preguntarse qué diría y cómo reaccionaría Newton ante esta perspectiva. Ya no se trata desu eterno rival alemán Leibnitz, sino de matemáticos de lejanas tierras que, oportunamente, serían colonizadas por su país. Algunos opinan que arrogante y soberbio como era, ciertamente desconocería totalmente la cuestión y no daría crédito alguno.