Entre 2001 y 2002 se observó en varias localidades de la provincia de Mendoza una defoliación de árboles del género Acer. Investigadores de la Universidad de Cuyo determinaron que el agente causal era un tipo de hongo responsable de una enfermedad llamada oidio. Recomiendan más estudios para desarrollar un plaguicida de baja toxicidad para el ser humano.

(17/8/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Durante los años 2001 y 2002, comenzó a observarse en la provincia de Mendoza una marcada defoliación –caída prematura de las hojas- de los arces.

Al parecer, un microorganismo causaba una disminución importante en el crecimiento de esa especie de árboles al sustraer gran parte de sus nutrientes y reducir la tasa fotosintética, proceso por el cual las plantas elaboran sus nutrientes.

La doctora Gabriela Lucero, de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo explica que “estudiando el problema, observamos en las hojas manchas color verde claro cubiertas por un polvillo blanco”.

En busca del origen

Según los resultados de una investigación -publicados recientemente en la Revista de Investigaciones Agropecuarias (RIA)- realizada por Lucero, el doctor Pablo Pizzuolo y un equipo de colegas, la enfermedad que padecen esos árboles se llama oidio y es causada por el hongo Sawadaea bicornis.

“Sawadaea bicornis ha sido citado en África, Asia e Italia como responsable del oidio de distintas especies de arce, y en la Argentina fue reportado en la zona de Bariloche en el año 2005”, señala Lucero.

Los investigadores de la Universidad de Cuyo fueron los primeros en detectar esa enfermedad en Mendoza.

Estos microorganismos se caracterizan por ser parásitos obligados, es decir, necesitan que su hospedero -la planta que los está alojando- esté vivo. Los oidios atacan a numerosas plantas tanto hortícolas y frutales como ornamentales y forestales.

La investigación

“A partir de la temporada 2001-2002 y hasta la temporada 2005-2006, en distintos momentos del ciclo vegetativo, se recolectaron ramas y hojas con los síntomas de la enfermedad observada en los Departamentos de Godoy Cruz, Guaymallén, Lavalle, Las Heras, La Páz, Luján de Cuyo, Maipú, Malargüe, Tupungato, Tunuyán, Santa Rosa, San Martín y en la Capital de la provincia de Mendoza, con la intención de verificar la presencia y distribución de la enfermedad sobre los arces”, explica Lucero.

El material fue colocado en bolsas plásticas, rotulado y almacenado en conservadora para su transporte al laboratorio, donde se realizó un estudio del material enfermo mediante observación a ojo desnudo, lupa binocular y microscopio óptico, entre otros análisis.

“Como resultado de la prospección de la enfermedad en la provincia de Mendoza, se observó que ésta estaba presente en los Departamentos de Guaymallén, Luján de Cuyo, Godoy Cruz, Tupungato, Tunuyán, Malargüe, Las Heras, Maipú y en la Capital provincial”, señala la experta.

El estudio de las muestras permitió concluir que la enfermedad que presentaban era un oidio y que el microorganismo causante era el hongo denominado Sawadea bicornis.

De acuerdo con la experta, este tipo de enfermedades generalmente no produce la muerte directa de los árboles, pero causan una disminución importante de su crecimiento debido a la sustracción de nutrientes de las hojas que realiza el microorganismo, reduciendo su capacidad para llevar a cabo la fotosíntesis y aumentando la transpiración y respiración, lo que provoca que la planta responda produciendo una defoliación anticipada.

“Esa enfermedad obliga al vegetal a emitir nuevo follaje, consumiendo los nutrientes que poseen acumulados en la madera. Esta defoliación toma importancia cuando se produce varios años consecutivos, ya que se reducen tanto las reservas del árbol que, cuando se presentan otros factores de estrés, tales como insectos u hongos oportunistas, no cuentan con suficientes nutrientes para poder reaccionar en tiempo y forma ante ellos para defenderse, pudiéndolo llevar a la muerte”, subraya Lucero.

Árboles cosmopolitas

“Dada sus características climáticas, el hombre desde hace más de dos siglos, ha forestado las calles de sus ciudades para hacerlas más habitables y confortables”, señala la doctora Lucero y agrega: “En Mendoza, los árboles del género Arce, son una de las especies más usadas para el arbolado urbano, junto con otras tales como olmos, fresnos, moreras y paraísos”.

Según la experta, el género Acer tiene varias especies, toda ellas exóticas y de origen diverso como ser Norteamérica, países de Asia y de Europa.

Oidio

La enfermedad oidio del arce no había sido citada en Sudamérica antes del 2005, quizás porque no había sido introducido el hongo.

Ese microorganismo llega a otras regiones a través del comercio de material vegetal entre países y también a causa del viento que disemina sus conidios (especie de semillas).

“Debido a que las condiciones climáticas que presenta la provincia de Mendoza, son favorables a la enfermedad, deberán realizarse estudios tendientes a identificar los momentos oportunos de control, fungicidas de bajo impacto ambiental, baja toxicidad para el ser humano y reducido costo para su uso en los centros urbanos”, concluye Lucero.