Investigadores europeos pertenecientes al proyecto EPICA, financiado por la Comunidad Europea, han develado las variaciones de las temperaturas en la Antártida. El hielo antártico revela la historia de nuestro clima en los últimos 800.000 años.
(30/7/07 – Agencia CyTA – Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – A mediados del año 2004 y en el ámbito de EPICA (Proyecto Europeo para el Núcleo de Hielo de la Antártida), el análisis de hielo a una profundidad de 3140 metros, que se extrajo en el sitio denominado “Dome C” en la Antártida, arrojó resultados sobre las variaciones climáticas en el continente blanco durante los últimos 740 mil años.
Al año siguiente, las medidas del aire encerrado en el hielo permitieron a los científicos la reconstrucción de las variaciones en las concentraciones de gases de efecto invernadero, como dióxido de carbono y metano, en la atmósfera de los últimos 650 mil años.
Esos trabajos confirmaron la estrecha relación que existe entre el clima y las variaciones de gases de efecto invernadero, que ya se habían demostrado con anterioridad para 420 mil años en las muestras de hielo que se extrajeron en el sitio antártico de Vostok, a unos 3620 metros de profundidad.
En una edición reciente, la revista Science Express expone los resultados científicos de un equipo de investigación europeo que obtuvo hielo a una profundidad mayor a los 3140 metros. Los autores centraron su atención en la interpretación de la concentración del deuterio, un isótopo -mismo elemento químico pero con diferente masa- del hidrógeno que suministra información de las variaciones de temperatura en la Antártida.
La colaboración del Laboratorio de Ciencia del Clima y el Ambiente de Saclay, en Francia, y de las Universidades de Parma y Trieste, en Italia, permitió obtener una reconstrucción altamente detallada de las variaciones de concentración de este isótopo para la totalidad del hielo extraído.
Otros tipos de análisis en partes más profundas de hielo, especialmente en la composición de las burbujas de aire atrapadas en las muestras, han demostrado que los últimos 60 metros estuvieron afectados por una mezcla de hielo de diverso origen y, por lo tanto, hacen sustancialmente inútiles las informaciones climáticas obtenidas por debajo de los 3200 metros.
A esta profundidad, el hielo tiene una antigüedad de unos 800 mil años, según confirman las variaciones en la concentración del isótopo berilio-10, que se presentó a los 3160 metros. Dichas variaciones se asocian a la inversión de la polaridad del campo magnético terrestre, fenómeno conocido como “Brunhes-Matuyama”, que se verificó hace unos 780 mil años.
Certezas y correlaciones
Esta nueva reconstrucción climática cubre un ciclo glacial posterior y confirma que el clima del período Cuaternario -último lapso geológico de la Tierra que comenzó hace unos dos millones de años y donde se presentaron glaciaciones- sufrió un cambio en el comportamiento cíclico alrededor de 400 mil años atrás: los períodos interglaciales antes eran menos cálidos y más largos. La interpretación de estos resultados se basó considerablemente en las siguientes evidencias:
– Una serie de simulaciones que se llevaron a cabo por medio de un modelo de circulación atmosférica general, que toma en cuenta las variaciones del contenido de deuterio en la nieve polar, posibilitaron una reconstrucción que fuera acorde a las temperaturas de la Antártida. El período más frío, con temperaturas 10º C inferiores a las actuales, corresponde al último máximo glacial que se presentó cerca de 20 mil años atrás. El período más cálido, con temperaturas 4,5º C superiores a las actuales, se verificó durante el último período interglacial hace aproximadamente unos 130 mil años. La correlación entre las temperaturas de la Antártida y las variaciones del nivel marino, información deducida de los sedimentos, se muestra evidente para la totalidad del período de 800 mil años.
– Las medidas detalladas, ahora disponibles, confirman la relación entre las bruscas variaciones climáticas de Gronlandia y las variaciones de las temperaturas –a escala de siglos y milenios- registradas tanto en el sector Atlántico de la Antártida Oriental como en Dome C, en el sector Indo-Pacífico.
– La comparación entre las variaciones de las temperaturas de la Antártida y las variaciones en la exposición solar, sugieren que la intensidad de los períodos interglaciales es influenciada por las interacciones entre la inclinación y precesión de los equinoccios, parámetros relativos a la órbita terrestre.
Esta reconstrucción de las temperaturas, con valores casi dobles desde el punto de vista temporal respecto a los obtenidos en las muestras de hielo de Vostok, será de ahora en más usada como curva de referencia para la interpretación de muchos análisis que actualmente tienen a las mismísimas muestras de hielo de Dome C como parámetro a comparar.
A la luz de estos resultados, la comunidad internacional dedicada a los estudios glaciológicos centra su atención en otras regiones de la Antártida, donde la acumulación de nieve es aún menor de la de Dome C, con la expectativa de obtener hielo más añejo, tal vez más antiguo que un millón de años.
En el Proyecto EPICA participan unos diez países europeos: Alemania, Bélgica, Dinamarca, Francia, Holanda, Italia, Noruega, Reino Unido, Suecia y Suiza; con financiamiento de cada nación y de la Comunidad Europea.