Nuestros antepasados tuvieron su origen en el agua

y seguimos necesitándola para poder vivir.

(14/5/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por María Cristina Chaler) – En la nota anterior de esta serie hablamos del agua como elemento indispensable para la vida y la economía de un país y profundizamos en el peligro que acarrea su contaminación. En esta nota hablaremos del agua como nutriente del cuerpo humano y de su preparación para poder ser ingerida (potabilización).

El cuerpo humano posee un elevado porcentaje de agua, en los niños es del 75 por ciento, mientras que en las mujeres y los hombres adultos oscila entre el 50 y el 65 por ciento. Es decir, el organismo humano posee una abundante cantidad de agua y, como es evidente que la naturaleza no actúa al azar, esta sustancia cumple una función vital.

El agua es uno de los medios reguladores de la temperatura corporal. Cuando hace excesivo calor transpiramos eliminando agua a través de los poros dispersos en toda la piel. Esto hace que la piel se humedezca, y como el sudor necesita tomar energía para evaporarse, quita el calor y provoca sensación de fresco, disminuyendo la temperatura corporal. Lo mismo sucede en el caso de que realicemos gimnasia, el cuerpo elimina calor y a su vez grandes cantidades de agua con la actividad, para compensar el exceso de calor.

Este equilibrio vital en el que interviene el agua (equilibrio hídrico) es necesario mantenerlo ingiriendo alimentos que la posean y bebiendo lo suficiente para reponer el agua que consumimos con la actividad diaria. En circunstancias normales se debe ingerir por lo menos 2 litros diarios de agua para gozar de una buena salud. Si hacemos ejercicios físicos o tenemos mucha actividad, la cantidad debe ser mayor.

Para que el hombre pueda beber agua y mantenerse sano, ésta debe ser potable, tiene que tener las propiedades necesarias para que pueda ser ingerida sin trasmitir ningún tipo de enfermedad. En estos momentos de la historia de la humanidad, en que la contaminación ambiental se encuentra en estado crítico, los controles del agua potable deben ser extremados.

Etapas de potabilización

• En primera instancia se debe captar el agua de algún lugar seguro, como ríos, diques, lagos o napas subterráneas lo suficientemente profundas para evitar la contaminación con el suelo superficial.

Esta extracción se realiza con bombas preparadas para ello, de modo que poseen una especie de filtro que elimina las basuras gruesas, sólidos de rocas o peces muertos.

• Una vez captada, el agua es conducida mediante canales hacia el lugar donde se cumple el primer paso de la potabilización.

• Llegada al lugar se vierte en piletones donde se produce la presedimentación, es decir, se depositan en el fondo del piletón los sólidos pesados que la impurifican.

• Realizada la decantación se pasa a otras piletas donde se agregan los productos químicos para clarificarla, con agentes coagulantes como el hidróxido de calcio (cal).

• Una vez agregados los agentes químicos se pasa a los Floculadores, que pueden ser mecánicos (paletas que giran lentamente) o hidráulicos (corrientes de agua), y que tienen la finalidad de promover la mezcla con los productos químicos para que se genere el floc (masa de gel con la turbiedad absorbida).

• Una vez hecho el floculado se transporta a piletas de sedimentación, donde se vuelve a separar por peso el sedimento floculado en forma de barro.

• La capa superior del agua floculada, a esta altura del proceso, ya perdió parte de la turbidez y se pasa a filtrar a través de piedras, arena o grava que retienen los sólidos más finos que pudieran haber quedado a pesar de la sedimentación. Este proceso lleva 30 horas en los llamados filtros rápidos.

• El agua filtrada se transporta a piletas donde se desinfecta para eliminar todos los microorganismos. El desinfectante más común es el cloro, que oxida y mata a los agentes patógenos (que provocan enfermedades), aunque también se pueden usar otros, como pastillas de hipoclorito de calcio o de sodio, ozono, luz ultravioleta, etc.

• Una vez tratada, el agua se bombea a depósitos de reserva en donde se acumula para luego distribuirla a la población.

En el caso de que el proceso de potabilización sufra una crisis o bien en lugares pobres, donde las plantas potabilizadoras no existen, es necesario tomar ciertas medidas para prevenir serias enfermedades que el agua puede transmitir.

Debemos:

1. Hervirla por 1 minuto.

2. Airearla para mejorar el gusto.

3. Desinfectarla usando unas gotas de blanqueador (lavandina). Se deben agregar 2 gotas por litro si la lavandina posee una concentración del 5 por ciento. También se puede usar tintura de yodo.

4. Dejarla reposar durante 30 minutos

5. Embotellarla en recipientes limpios y luego taparla.

Si no es posible hervirla debemos al menos filtrarla con paños de trama muy fina que estén limpios y desinfectarla con blanqueador.

El agua profunda

Cuando la toma de agua proviene de napas subterráneas hay que tener en cuenta que pueden estar contaminadas por diversas causas, algunas de ellas naturales y otras provenientes de las actividades humanas.

Las causas naturales contaminan el agua con los minerales típicos que provienen del suelo (hierro, calcio o selenio), pero las que provienen de las actividades humanas pueden deberse a causas múltiples, entre ellas, la cercanía de un pozo ciego, la filtración de pesticidas por las actividades agrícolas, la contaminación con solventes, petróleo o la filtración de los líquidos provenientes de la descomposición de la basura (lixiviación).

También contaminan al agua subterránea aquellas actividades industriales que usan charcos para el tratamiento de sus aguas contaminadas, porque si bien el fondo de los mismos está impermeabilizado, con el tiempo y con la falta de control, el deterioro produce filtraciones peligrosas.

Los llamados vertederos son instalaciones exigidas a las industrias con el fin de proteger las aguas subterráneas. En ellos se arrojan los desechos peligrosos, pero su falta mantenimiento a la larga genera serios problemas de contaminación.

Existen depósitos subterráneos en donde se almacenan productos extremadamente tóxicos. Estos deben estar muy bien controlados, ya que tienen sólo algunos años de vida útil y cuando se deterioran representan un grave peligro para el medio ambiente.

Otro motivo de contaminación de las aguas subterráneas es los accidentes que ocurren en forma frecuente en los que se producen derrames de combustibles, petróleo o sustancias extremadamente tóxicas.

Toma de conciencia

Debe existir una estricta inspección y una amplia y buena legislación para proteger tanto a las aguas subterráneas como a las externas de las contaminaciones irreversibles y peligrosas. En realidad, estas condiciones no se dan frecuentemente, por lo que la falta de regulación hace que el recurso se contamine cada vez más y corra peligro de resultar escaso en un futuro cercano.

En algunos países del mundo las legislaciones sobre la protección del medio ambiente son muy estrictas y severas, y para desarrollar un proyecto industrial se requiere de un alto costo. Por esa razón, muchos empresarios deshonestos prefieren asentar su industria en países en donde la legislación aún no está tan avanzada, con el fin de ahorrar costos de producción y aumentar sus ganancias. Esto lo hacen a expensas de la contaminación ambiental y el deterioro de la salud de la población del lugar y de toda la zona de influencia con la que esas aguas contaminadas tengan contacto.

Es necesario profundizar la educación ambiental para que los ciudadanos sean conscientes de la necesidad del cuidado del medio ambiente y no víctimas inocentes de aquellos que lo saben y aprovechan la ignorancia de los otros.

El ciudadano debe exigir el cuidado del medio ambiente en donde desarrolla su vida y tiene el deber de cuidarlo, porque de esa manera está protegiendo a su salud y la de su familia.

El agua es un recurso agotable y vital. Se prevé que en los próximos años es muy probable que seo escaso, sobre todo para determinados países del mundo. Se calcula que a mediados de este siglo habrá alrededor de 2000 millones de personas en 48 países que sufrirán su escasez por la contaminación excesiva y el cambio climático global. Tomemos conciencia de ello y ¡cuidémosla! exigiendo a su vez que otros también la cuiden.