Dentro de no mucho tiempo, las pantallas de televisión serán flexibles y durarán más, gracias a la incorporación de dióxido de titanio, un material muy conocido, pero nunca antes utilizado en dispositivos visuales emisores de luz.

(23/02/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – ¿Se imagina dentro de unos años encargando un televisor en rollo en un local de venta de electrodomésticos? La idea no parece descabellada después de que esta semana un equipo de científicos del Reino Unido y España anunció en la edición electrónica de la revista Advanced Materials que están trabajando con muy buenos resultados en el desarrollo de un producto de estas características.

El avance, producido por investigadores del Imperial College de Londres y el Instituto Catalán de Investigaciones Químicas de Tarragona, y dado a conocer por ScienceNOW, se basa en la incorporación de un nuevo material a las pantallas orgánicas LED (con diodos emisores de luz), que ya aparecen como una de las alternativas más promisorias frente a los dispositivos de plasma u otros materiales sólidos.

El material en cuestión es el dióxido de titanio, componente altamente poroso y comúnmente empleado en pastas dentales, enduidos para paredes y celdas solares, pero nunca antes incorporado en pantallas LED. Aunque estas pantallas son consideradas superiores a las de plasma, porque consumen menos energía y son más fáciles de fabricar, su diseño convencional presentaba hasta ahora ciertas desventajas.

El problema es que uno de los dos electrodos planos entre los cuales se coloca la capa de moléculas orgánicas emisoras de luz que dan vida a la pantalla, se compone de un metal reactivo e inestable, que limita la vida útil del dispositivo. Para resolver el inconveniente, se suele usar una capa rígida de plástico o algún material epoxi que encapsula el electrodo y evita que se degrade en contacto con el aire. Esta estrategia termina, por supuesto, reduciendo la flexibilidad de la pantalla.

Es por eso que los investigadores, especialistas en química de los materiales electrónicos y física experimental de los estados sólidos, se lanzaron a la búsqueda de una solución definitiva para el problema; y consiguieron producir pantallas LED libres de encapsulado. ¿Cómo? Reemplazaron el electrodo metálico inestable por una nanoestructura de dióxido de titanio y obtuvieron una capa esponjosa capaz de incrementar mil veces el área disponible para la emisión de luz, lo que permite al dispositivo generar más luz, durante mucho más tiempo y con menor carga eléctrica.

“En algún momento, gracias al dióxido de titanio podría desaparecer por completo la necesidad de encapsular los dispositivos, lo que optimizaría su flexibilidad sin comprometer la vida útil de los artefactos”, explicaron en ScienceNow. Ahí sí, saldremos de los negocios de electrodomésticos con la TV bajo el brazo.