(2-2-07 – Agencia CyTA- Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Un simple examen de sangre permitiría informar a los fumadores los riesgos de padecer cáncer de cabeza y cuello de acuerdo a una investigación realizada en Israel. El estudio registra los niveles de concentración de una enzima que previene el desarrollo de tumores.

Más de cuatro millones de personas mueren al año a causa del tabaco, sin embargo, muchos fumadores llevan una vida sana pese a este hábito perjudicial. Un estudio a cargo del doctor Zvi Livneh, jefe del Departamento de Química Biológica del Instituto Científico Weizmann y un equipo de colegas, echa luz sobre un factor clave que explicaría la razón por la cual algunos fumadores tendrían menor propensión a contraer cáncer de cabeza y cuello.

La investigación, publicada en la prestigiosa revista científica Cancer Research, se centró en el estudio de la OGG1, una enzima que repara los daños que el tabaco produce en el material genético, el ADN de las células. Esas enzimas se encargan de cortar y borrar esas mutaciones genéticas que podrían conducir a la aparición del cáncer en la boca, la garganta, la laringe y otras zonas del cuello y la cabeza.

Al comparar los niveles de actividad de la OGG1 en 93 personas sanas y en 37 pacientes con cáncer de cuello o cabeza, el profesor Livneh y sus colegas notaron que los bajos niveles de actividad de esa enzima estaba correlacionada con un mayor riesgo de contraer cáncer en esas partes del cuerpo.

A partir de los resultados, Livneh supone que la reducida actividad de la enzima OGG1 impide la reparación de las alteraciones producidas por el tabaco en el ADN de las células. De esta forma, aumentan las probabilidades de sufrir cáncer.

Este estudio se suma a otra investigación, realizada previamente por el mismo equipo de científicos y publicada en el Journal of the National Cancer Institute, cuyos resultados señalan que la baja actividad de la OGG1 aumenta, en el caso de los fumadores, el riesgo de padecer cáncer de pulmón. En esa oportunidad, el doctor Livneh y sus colegas descubrieron que el 40 por ciento de 68 pacientes con cáncer de pulmón tenían bajos niveles de actividad de esa enzima, mientras que de un grupo de 68 personas sanas, sólo el 4 por ciento presentaba esos mismos registros.

De acuerdo con los autores del trabajo, un simple examen de sangre, que permite medir el nivel de actividad de la enzima OGG1, podría ser usado en el futuro para identificar a aquellos fumadores que tienen un mayor riesgo de enfermarse de cáncer de cabeza, cuello y pulmón. A partir de los resultados del análisis de sangre, se debería incentivar a esas personas para que dejen el tabaco. Asimismo, se podrían desarrollar drogas que refuercen la actividad de la enzima a fin de reducir los riesgos de contraer esa enfermedad.