Descubrieron el talón de Aquiles de los mosquitos portadores de malaria que posibilitaría crear pesticidas inocuos para la salud de las personas. Estos productos ofrecerían un medio más eficaz para controlar la malaria, epidemia que ocasiona más de un millón de muertes anuales, especialmente en niños menores de 5 años de países pobres.

(26/1/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – La malaria es una enfermedad común y potencialmente mortal, que es transmitida por la hembra del mosquito Anopheles a los seres humanos, afectando de forma endémica a más de cien países.

Cada año, más de 500 millones de personas sufren malaria aguda, lo que provoca más de un millón de muertes, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Alrededor del 90 por ciento de esas defunciones se producen en África subsahariana, constituyéndose los niños menores de 5 años en el principal blanco de dicha enfermedad.

La mayor parte de los insecticidas empleados para frenar la malaria suelen tener compuestos químicos que también alteran la salud de las personas. A fin de crear un insecticida inocuo, el doctor Yuan-Ping Pang, director del Laboratorio de Diseño Molecular Asistido por Computadora de la Clínica Mayo, en Estados Unidos, realizó un estudio cuyos resultados son alentadores, según revela un reciente comunicado de prensa de esa institución.

Corte en las señales

Los insecticidas usados para combatir la malaria tienen la propiedad de incapacitar una enzima llamada acetilcolinesterasa que desempeña una función clave en el funcionamiento de un neurotransmisor, la acetilcolina, que envía señales a las neuronas. Cuando el pesticida bloquea la función de la enzima, se produce un desequilibrio neuronal en los mosquitos que los elimina. La efectividad de los insecticidas radica en que desarman un aminoácido de la acetilcolinesterasa llamado serina. Pero este aminoácido está presente también en esas enzimas de los seres humanos, por lo cual los insecticidas también afectan su salud.

Un informe de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos señaló que algunos pesticidas a base de anticolinesterasa pueden ingresar tanto al cerebro de un feto como de un niño pequeño, destruyendo las neuronas de su sistema nervioso en desarrollo.

Basándose en este conocimiento, el doctor Yuan-Ping Pang se propuso detectar, en las enzimas acetilcolinesterasa de los mosquitos, aminoácidos que no estuviesen presentes en esas enzimas de los humanos y que pudiesen ser el blanco de futuros insecticidas.

Insecticidas del futuro

Para descubrir el talón de Aquiles de los mosquitos que transmiten la malaria, el científico estudió la composición genética de cada una de las 73 especies conocidas de acetilcolinesterasas –incluidas las humanas– mediante el desarrollo de un modelo tridimensional basado en un sistema de computación que emplea 590 computadoras personales interconectadas. Con esta tecnología, identificó un fragmento de aminoácido diferente denominado cisteína, en la acetilcolinesterasa de los mosquitos.

\”Este hallazgo sugiere que es posible fabricar un pesticida más seguro a partir de una molécula químicamente estable que reaccione con la cisteína de la enzima acetilcolinesterasa del mosquito y la inhiba de forma irreversible\”, concluyó el especialista.