Investigadores de la Universidad de Washington están desarrollando un novedoso dispositivo para proteger a los astronautas de la radiación en sus largos viajes al espacio: una liviana nube de hidrógeno en forma de plasma recubrirá la nave espacial, desviando los rayos cósmicos. El invento supera la idea de colocar paneles de metal duro en la nave, que sería impracticable en un viaje a Marte por el peso excesivo del material.

(21-07-06 – CyTA–Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Un escudo de plasma liviano como una pluma promete resolver el talón de Aquiles de la navegación espacial tripulada. Gracias a un dispositivo que permitirá formar una burbuja de plasma alrededor de las naves que atraviesen la órbita terrestre, los astronautas que se embarquen en esas misiones podrán prevenir el cáncer y otras enfermedades que sobrevienen a la exposición prolongada a los rayos cósmicos, según informa New Scientist Space.

En el espacio, los astronautas se exponen a la radiación de las partículas energéticas que despide el Sol en sus estallidos u otras que se originan fuera del sistema solar, con graves consecuencias para la salud. Si las naves circulan en órbitas bajas, como sucede en el caso del transbordador espacial y la Estación Espacial Internacional, el campo magnético de la Tierra las protege de la radiación.

Pero fuera de la órbita terrestre, tienen que buscar otra forma de protección. En un futuro viaje al lejano Marte, el uso de metal grueso podría ayudar a absorber los rayos, pero supondría un peso extra demasiado grande como para lanzar la nave al espacio sin inconvenientes.

El investigador John Slough y colegas de la Universidad de Washington, Seattle, recibieron del Instituto para Conceptos Avanzados de la NASA 75 mil dólares para analizar la factibilidad de una idea que supere el uso de materiales conocidos.

“En términos de materiales tradicionales, es imposible encontrarle una solución sensata al problema —explicó a NewScientist John Slough, coordinador del equipo de investigación—. El campo magnético de plasma que estamos estudiando desviaría los rayos cósmicos con una fuerza equivalente a la de un escudo de aluminio de una decena de centímetros de espesor.”

El equipo de Slough promete resolver el problema con un dispositivo de alto voltaje que iría a bordo de la nave. El dispositivo sería capaz de separar hidrógeno en protones y electrones. El plasma resultante se eyectaría al espacio, creando un campo magnético sumamente liviano capaz de envolver a la unidad en una burbuja antirradiación.

La idea es que la nave lleve por fuera una malla eléctrica resistente a altas temperaturas, con entrada de corriente, para que la burbuja de plasma se mantenga en su lugar. Los investigadores creen que el escudo de plasma debería medir unos 100 metros de largo. Para eso, habría que lanzar la nave con la malla superconductora compactada y desplegarla una vez que salga de órbita.

El invento supondrá, sin dudas, un esfuerzo cósmico. Pero valdrá la pena si sirve para conservar la salud de los terráqueos que se animan a acercarse al Sol para explorar los confines del universo.