Los huesos al igual que las neuronas poseen receptores de cannabis, que actualmente despiertan una polémica entres los científicos en relación a su influencia en la osteoporosis, la enfermedad que afecta a los huesos.

(07/03/06 – CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – Andreas Zimmer, Neurobiólogo de la Universidad de Bonn, Alemania, afirma que el descubrimiento de receptores de cannabis en los huesos inaugura un campo terapeútico nuevo contra la osteoporosis. En la entrevista, concedida a La Recherche de febrero, Zimmer explica que los receptores de cannabis se presentan en las células inmunológicas, pero también en las células óseas, los osteoblastos y los osteoclastos, que cumplen un rol en la regulación del crecimiento óseo.

En un experimento, el neurobiólogo creó ratones transgénicos desprovistos de los receptores de cannabis en los huesos (CB2). Comprobaron que estos roedores desarrollaban una osteoporosis severa, semejante a la humana. En cambio, los ratones dotados de CB2 mostraron una densidad ósea normal.

Otro experimento realizado por Zimmer consistió en inducir la osteoporosis en ratones hembras. Lo logró a partir de la extracción de sus ovarios, con lo que eliminó también las hormonas que secretan. A continuación les inyectó HU-308, un prototipo de medicamento desarrollado en conjunto con la Universidad de Jerusalén, que estimula los receptores del cannabis de los huesos. De esta forma consiguieron disminuir la pérdida ósea.

“El cannabis puede estimular los CB2. Falta medir los efectos de esta estimulación. Actualmente investigamos si los fumadores de cannabis tienen los huesos más sólidos”, declara Zimmer.

Sin embargo, existe un debate científico sobre los efectos de la marihuana en los téjidos óseos. Investigadores de la Universidad de Aberdeen, Escocia, han realizado investigaciones cuyos resultados son diametralmente opuestos.

El estudio, llevado a cabo por los investigadores escoceses, y publicado en Nature Medicine en julio de 2005, también tuvo como objeto de estudio a ratones. Les aplicaron una serie de inhibidores que bloqueaban los receptores de cannabis de los huesos y comprobaron, con imágenes de Rayos X y Tomografía Computada, que la densidad ósea no disminuía, incluso en aquellos ratones hembra cuyos ovarios habían sido extraídos. Concluyeron entonces que la terapia contra la osteoporosis debería consistir en tratamientos orientados a la inhibición de los mencionados receptores.

Ante estas investigaciones con resultados tan disímiles, la Dra. Ana Galich, de la Sección Osteopatías Médicas del Hospital Italiano, opina que “muchas veces los resultados contrapuestos dependen de las dosis usadas, del tiempo al cabo del cual se sacrifica el animal para evaluar los resultados y muchas otras variables”.

Y concluye: “Creo que el efecto del cannabis debe ser estudiado más detenidamente y probablemente, luego de varios años de investigación, se concluya si es efectivo o no. Existen muchos temas en la medicina que despiertan entusiasmo, pero luego desalientan por los resultados dispares. Por otra parte, no siempre estos hallazgos en experimentos con animales son compatibles con la biología humana.”