Investigadores argentinos descubrieron el proceso metabólico por el cual el consumo reiterado de alcohol incrementaría el riesgo de contraer cáncer de mama, una enfermedad que mata a unas 5 mil mujeres por año en la Argentina, país con el consumo más alto de alcohol per cápita de toda América.

(07/03/06 – CyTA-Instituto Leloir. Por Florencia Mangiapane) – Investigadores del Centro de Investigaciones Toxicológicas (CEITOX) demostraron que el consumo reiterado de alcohol incrementa la actividad metabólica del tejido mamario, promoviendo la oxidación celular, un factor clave en la generación de tumores y, en particular, de cáncer.

“El consumo reiterado de alcohol hace que esta actividad metabólica aumente considerablemente, y con ella el riesgo de padecer cáncer de mama”, advierten los investigadores en un trabajo publicado en la revista especializada Toxicology en diciembre pasado.

El consumo habitual de alcohol es una de las causas confirmadas de cáncer de mama en la mujer. Diversos estudios científicos estiman que diez gramos diarios de alcohol –un porrón tiene catorce– consumidos de forma crónica aumentan 7 por ciento el riesgo de desarrollar cáncer de mama.

Hasta ahora, los científicos habían estudiado las causas indirectas del riesgo: la división celular generada por el aumento del nivel de estrógenos que produce el consumo de alcohol. Sin embargo, en los últimos años, distintos estudios indicaron que la relación entre el alcohol y el cáncer de mama no tiene por qué ser solamente indirecta.

El CEITOX, dependiente del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (CITEFA) y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), es uno de los centros de investigación que venía trabajando en esa línea en el mundo.

Hasta ahora se ignoraba cuál era el proceso metabólico responsable de la vía directa de aumento del riesgo. El equipo argentino, conducido por el doctor Gerardo Castro e integrado por otros nueve investigadores, aportó a esclarecer el problema apuntando a la capacidad que tiene el propio tejido mamario de producir acetaldehído (AC) y radicales libres a partir del alcohol, y a su dificultad para deshacerse de ellos.

Los investigadores estudiaron el efecto en ratas de laboratorio y descubrieron por qué el tejido mamario es tan susceptible a la acción cancerígena del alcohol. El tejido mamario –al igual que el hepático– tiene la capacidad de transformar el alcohol en AC y radicales libres. En la mujer el consumo de alcohol desencadena con más frecuencia cáncer de mama que de hígado.

El AC y los radicales libres están asociados a la generación de tumores malignos. El AC es altamente cancerígeno. Además de tener una gran capacidad de producir mutaciones genéticas, actúa disminuyendo las defensas de las células contra los procesos oxidativos e inhibe algunos mecanismos de reparación de daños en el ADN.

Por su parte, los radicales libres son moléculas inestables que se originan con la oxidación celular. En cantidades reducidas sirven para eliminar microorganismos patógenos. En exceso, pueden alterar el ADN de las células, impidiendo la renovación celular o impidiendo su normal funcionamiento.

El equipo del CEITOX, que recibió subsidios de la Universidad Nacional de San Martín y de la Agencia Nacional de promoción Científica y Tecnológica para llevar adelante el estudio, cree que el incremento del metabolismo del alcohol en el tejido mamario se debe a la acción de una poderosa enzima, similar a algunas peroxidasas o lipoxigenasas, que está tratando de identificar. A este tipo de enzimas se le atribuyen funciones importantes en la iniciación y progresión de tumores.

Además, los investigadores encontraron otra enzima que juega un papel preponderante en el desarrollo del cáncer de mama, la xantina oxidorreductasa (XOR), que se encuentra presente por naturaleza en grandes cantidades en la parte externa del tejido mamario. Cuando el consumo de alcohol se vuelve crónico, ambas enzimas incrementan notablemente su actividad, lo que estimularía la proliferación celular y procesos inflamatorios.

El cáncer de mama es la enfermedad maligna más común entre las mujeres. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 3% de los casos de cáncer de mama son atribuibles al consumo de bebidas alcohólicas.

En el mundo se producen más de un millón de casos de cáncer de mama por año. Detectado a tiempo, las posibilidades de cura de este tipo de cáncer son muy altas. Y la mortalidad está disminuyendo debido a que mejoraron notablemente las metodologías de detección y las quimioterapias.

Si bien se sabe que los factores ambientales son determinantes en el origen de la enfermedad, sólo dos están comprobados: las radiaciones y el consumo de alcohol. Otros factores de riesgo pueden ser la menopausia tardía, la edad tardía para tener un primer hijo y algunos hábitos vinculados con la alimentación y la actividad física.

\”Los factores de riesgo, entre los que se incluye una dieta rica en grasas y muy calórica, hacen que un país con hábitos de vida y alimentación occidentales, como la Argentina, se encuentre entre los más afectados, junto con Estados Unidos, Canadá, muchos países europeos, Australia y Nueva Zelanda”, comenta el doctor Castro.

Los investigadores también sugieren la posibilidad de que las enzimas estudiadas, multiplicadas por el consumo crónico de alcohol, metabolicen además otros compuestos del medio ambiente y generen mutaciones genéticas in situ, lo que abriría un campo enorme de posibilidades de investigación.

“Creemos que los resultados representan un nuevo enfoque para entender los riesgos del consumo de alcohol en la mujer. Cambiarán drásticamente las ideas acerca del mecanismo por el cual el alcohol promueve el cáncer mamario y eventualmente permitirán elaborar estrategias de prevención sobre la base de modificaciones en los hábitos dietarios”, dice Castro, que no descarta ampliar los estudios a células humanas.

La Argentina tiene el consumo de alcohol per cápita más alto de toda América. Según la revista Panamericana de Salud Pública, cada argentino que bebe consume 19 litros puros de alcohol por año. Si bien los hombres toman más alcohol que las mujeres, el consumo entre las mujeres es muy alto. Según un informe de la OMS, el 86% de las argentinas desarrollaron el hábito.

El envejecimiento, la menopausia tardía o antecedentes familiares de cáncer de mama son factores de riesgo no controlables. Afortunadamente, el consumo de alcohol –la única causa cierta de cáncer de mama junto con la exposición a radiaciones— tiene más posibilidades de manejo. Es de esperar que las tareas de prevención se encaminen a evitar que el hábito de beber alcohol entre las mujeres alcance niveles cada vez más preocupantes.