Si bien China lidera la lista de los exportadores mundiales de miel, Argentina pelea el segundo puesto en el mercado mundial con significativas expectativas de crecimiento. EEUU y la Unión Europea (UE) son sus principales compradores.

(21-02-06 – CyTA – Instituto Leloir, Bruno Geller) – Según datos de la Agencia de Desarrollo de Inversiones (ADI) en la última década, el aumento de la producción local de miel fue del 67%. Argentina produce el 70 % de la producción total de América del Sur y cubre 7% de la producción mundial, cifras que la ubican en el tercer puesto de la lista de productores en el mundo. Con respecto a la exportación, está en el segundo lugar, al cubrir el 24% del total mundial.

Las principales provincias productoras son Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y la Pampa. En estas regiones y el resto del país se distribuyen 25 mil productores. La oferta esta muy atomizada y esto lo demuestra el dato que señala que el 3% de los apicultores tiene más de 500 colmenas.

Son varias las causas que provocaron que un boom exportador se diera en Argentina. Entre las principales, destacan la salida de la convertibilidad que incremento las posibilidades de colocar el producto en otros mercados, y por otro lado, se abrieron nuevos mercados dada la suspensión de las compras de miel de origen chino por parte de la UE. Dicha suspensión se implementó a principios del 2003 debido a la aparición de un antibiótico (Cloranfenicol) en sus exportaciones, prohibido desde 1995.

Además, la menor producción de miel de fuertes competidores mundiales brindó una ventaja e impulso a los productores locales. En el año 2002, hubo una sequía en EEUU, incendios en Australia e inundaciones en Europa.

Dado que Argentina exporta más del 95% de su producción, el tema prioritario consiste en desarrollar acciones orientadas a la elaboración de productos inocuos tal como lo exigen hoy los mercados externos.

En este contexto, la publicación Saber Como, del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) del mes de febrero, informa que el mayor desafío de la actividad apícola consiste en alcanzar una producción diferenciada, de alta calidad, para lo cual los productores y procesadores de miel necesitan capacitarse, incorporar tecnología y encarar la actividad con una estructura empresarial, objetivos hacia los que apunta un reciente convenio firmado por el INTI y el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia de Buenos Aires.

Este proyecto ofrece asesoramiento, capacitación y perfeccionamiento de los profesionales de ambos sectores a través de la promoción del intercambio científico-docente y la realización de cursos de expertos.

Entre los productos que pueden obtenerse de la colmena se sitúan los propoleos, la jalea real, el polen y la cera. Como alimento, la miel es recomendada como fuente de bienestar para la salud y está especialmente incluida en las dietas para ancianos, niños, convalecientes, y atletas, ya que se trata de un alimento carbohidratado o energético más digerible y aromático que el azúcar, la cual proporciona calorías vacías sin ninguna vitamina o mineral. La difusión y toma de conciencia de la gente acerca de los beneficios de la miel para la salud se cuenta entre los factores de la creciente demanda mundial de miel.