(18/3/03 – Agencia CyTA_Instituto Leloir- Por María Cristina Chaler) – Lo que vulgarmente llamamos grasas son moléculas insolubles en agua porque carecen de polaridad; es decir, las cargas eléctricas en ellas, están distribuidas simétricamente. Si recordamos la regla de la solubilidad que dice: “lo polar disuelve a lo polar y lo no polar disuelve a lo no polar”, estos compuestos serán sólo solubles en solventes no polares y rechazan al agua, de modo que se denominan hidrofóbicos.

Algunos de ellos en su molécula poseen dos zonas: una polar y otra que no lo es. Estas moléculas se denominan anfipáticas por tener una parte hidrofóbica y otra hidrofílica. (que atrae al agua). Estos son lípidos de gran importancia porque forman parte de las membranas.

Los lípidos cumplen dentro del organismo vivo funciones muy importantes: son reservorios de energía, actúan como aislantes térmicos y protegen a los órganos vitales. También resultan ser aislantes eléctricos, ya que permiten la despolarización de los nervios mielinizados. Por ello, el sistema nervioso posee un alto contenido de lípidos en su constitución. Al ingerirlos, ingresan al organismo las vitaminas liposolubles y los ácidos grasos esenciales que estos alimentos contienen.

Los lípidos de mayor importancia fisiológica son los ácidos grasos, sus ésteres (triacilgliceroles), los fosfolípidos que conforman la membrana de las células, son tensioactivos (antiespuma) e importantes en el tejido nervioso junto con los glucolípidos. El colesterol también es componente importante de las membranas y base para la formación del resto de los esteroides y otros esteroles como hormonas, corticoides, hormonas sexuales, vitamina D y ácidos biliares.

Las moléculas de estos compuestos están formadas por alcoholes “unidos” (esterificados) con ácidos grasos (ácidos de cadena larga), de modo que al ser digeridas se rompen y liberan sus componentes que son productores de gran cantidad de energía cuando se oxidan en el ciclo del ácido cítrico; y así se constituyen en buenos combustibles para los tejidos y en fuente de átomos de carbonos para la fabricación de colesterol y esteroles.

Luego de la digestión, los triacil gliceroles formados por glicerina unida a tres ácidos grasos, pierden dos de ellos y forman mono acil gliceroles y ácidos grasos, estos en el intestino se combinan con proteínas (lipoproteínas) y forman los llamados quilomicrones o micro esferas transportadoras de grasas y colesterol desde la sangre, mediante el plasma, hacia los tejidos.

El hígado no capta este tipo de moléculas, tampoco lo hace el sistema nervioso, ni los eritrocitos (glóbulos rojos) pero sí lo hacen los tejidos extra hepáticos en donde una enzima (ver notas de enzimas) la lipoproteína lipasa, los hidroliza (ruptura a través del agua) y pueden ser usados como combustibles.

En el hígado se producen dos procesos:

• Lipogénesis o fabricación de lípidos a partir de glucosa donde se producen triacilgliceroles; y lipólisis, que es el proceso inverso. El de estas sustancias sale del higado hacia los tejidos y se transporta en sangre en forma de lipoproteínas.

1. De muy baja densidad, (VLDL) (very low density lipoprotein), es lo que comúnmente en medicina se lo denomina colesterol malo porque cuando pasa de cierto límite en sangre, tiene la capacidad de depositarse en las arterias formando ateromas que son causantes de la ateroesclerosis.

2. De baja densidad (LDL) (low density lipoprotein) transportadora de colesterol desde el hígado a los tejidos para ser utilizado en la construcción de las membranas.

3. De densidad intermedia (IDL) (Intermediate density lipoprotein) transportadora de los metabolitos de las sustancias anteriores.

Hay una lipoproteína de alta densidad (HDL) (High density lipoprotein) que interviene en el transporte inverso desde los tejidos hacia el hígado. Vulgarmente llamado colesterol bueno, por eliminar colesterol de los tejidos.

• Los ácidos grasos libres formados se oxidan a cuerpos cetónicos para ser transportados a los tejidos para que en caso de ser necesario sean usados como reserva de combustible. Son oxidados en las células de los diferentes tejidos en el ciclo del ácido cítrico (vía en común con la glucólisis) sobre todo cuando la alimentación es deficiente.

El tejido adiposo

En los últimos años, se ha comprobado que el tejido adiposo no es una fuente de energía pasiva, sino que en el mismo hay vías metabólicas de lipogénesis /lipólisis, de modo que este tejido se renueva en forma constante.

En resumen

• A partir de la digestión de las grasas se producen en el intestino monoacil gliceroles, y ácidos grasos que pasan como quilomicrones al torrente sanguíneo. Una parte de ellos son transportados hacia los tejidos extrahepáticos (adiposo y músculo) que en caso de necesidad, los usaran como combustible después de degradados en el ciclo del ácido cítrico. Otra parte entra en la vía de lipogenesis/lipólisis.

• En el hígado, la glucosa genera ácidos grasos, algunos de ellos entrarán en la vía de lipogénesis y producirán grasas. Parte de ellas se descompondrán en sus productos primarios (lipólisis) y otra parte será transportada como lipoproteínas hacia el músculo o tejido adiposo. Otros se transformarán en cuerpos cetónicos y serán llevados a los tejidos para ser usados como combustibles en caso de necesidad.

• Al músculo llegan ácidos grasos libres provenientes de la digestión o del tejido adiposo que también entran en la vía de la lipogenesis/lipólisis. También llegan cuerpos cetónicos, que provienen del hígado y se usan como combustible en caso de inanición.

• En el tejido adiposo, la glucosa también activa la lipogenesis/lipolisis y los ácidos grasos libres de este proceso alimentan al resto de los tejidos. A su vez, este tejido recibe triglicéridos provenientes del proceso digestivo.

• El ciclo del ácido cítrico es común a la vía de la glucólisis y de la lipogénesis /lipólisis

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