El doctor en biología Nicolás Rascovan, egresado de la UBA, participó de una investigación internacional que reveló la causa de una epidemia que azotó a las poblaciones neolíticas de Europa hace 5 mil años.   

(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. Yersinia pestis, la bacteria responsable de la peste, es el patógeno bacteriano más mortal en la historia de la humanidad. Ahora, un científico argentino participó de un estudio internacional que habría identificado a las víctimas más antiguas conocidas de la enfermedad: granjeros neolíticos en el actual territorio de Suecia, hace 5000 años.

El trabajo “propone la hipótesis de una primera pandemia de peste en Europa, que habría contribuido con la caída de las poblaciones neolíticas en ese continente”, indicó a la Agencia CyTA-Leloir el primer autor del estudio, el doctor Nicolás Rascovan, quien realizó su doctorado en biología bajo la dirección del doctor Martín Vázquez  en la Plataforma de Genómica y Bioinformática del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (INDEAR), y actualmente es investigador de la Universidad de Aix-Marseille, en Marsella, Francia.

Entre 5.000 y 6.000 años atrás, muchas sociedades declinaron en toda Eurasia occidental debido a una combinación de factores que aún son ampliamente debatidos. El nuevo trabajo, publicado en la reconocida revista “Cell”, sugiere que la peste podría haber contribuido a diezmar las poblaciones europeas de esa época.

Yersinia pestis provocó millones de muertes en la pandemia conocida como la Muerte Negra, en el siglo XIV; la Gran Plaga de Marsella (1720-1722); y la plaga de Justiniano, en el siglo VI. Estudios recientes indicaron que esa bacteria infectó poblaciones humanas durante la Edad del Bronce (hace 4.700 a 2.800 años) en diferentes regiones de Eurasia.

En el nuevo estudio, liderado conjuntamente por Nicolás Rascovan y Simon Rasmussen (Universidad Técnica de Dinamarca), los investigadores analizaron muestras de ADN de esqueletos de excavaciones arqueológicas de granjeros de la edad de piedra descubiertos en Suecia y cuya antigüedad fue estimada en 5.000 años. “Encontramos restos de ADN de Yersinia pestis y logramos secuenciar su genoma. Es la cepa más antigua de este patógeno que hasta ahora la ciencia ha logrado identificar”, afirmó Rascovan quien egresó como biólogo de la UBA.

En el neolítico existieron los primeros grandes asentamientos humanos de Europa donde se podrían haber dado las condiciones ideales para el surgimiento de enfermedades. A su vez, en esta época se expandió en toda Eurasia una serie de innovaciones tecnológicas, tales como el uso de la rueda, la tracción animal y la metalurgia. Paradójicamente esos grandes avances pudieron haber favorecido también la aparición y propagación de enfermedades infecciosas devastadoras. A partir de análisis genómicos de poblaciones humanas de la época, del patógeno y de registros arqueológicos, los autores creen que Yersinia pestis se habría esparcido por Europa a través de interacciones humanas puntuales, como por ejemplo, a través de rutas comerciales. “Pequeñas interacciones humanas, facilitadas por el transporte rodado, habrían dispersado el patógeno y provocado la primera pandemia en Eurasia”, afirmó Rascovan. “Tal vez, fue la primera pandemia masiva de la historia humana”.

El logro de Rascovan fue elogiado en un conmovedor post de LinkedIn por uno de sus amigos, Rafael José Argüello, otro científico argentino radicado en Francia. “(Nicolás) empezó a analizar las secuencias antiguas de ADN que estaban disponibles online, con una computadora en su departamento. Después de un año y medio siendo un gran padre, desempleado entonces, pero con su habitual pasión y capacidad para hacer que las cosas sucedan, su paper ha sido aceptado en Cell”, escribió. Y añadió: “Sus hallazgos son particularmente interesantes, porque la pandemia no solo moldeó nuestro genoma sino también nuestra cultura y hábitos”.

Del hallazgo también participaron investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en Suecia; de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca; y de la Universidad de California, en Berkeley, en Estados Unidos.

El doctor en biología Nicolás Rascovan, egresado de la UBA y primer autor del hallazgo, con muestras arqueológicas, a punto de ingresar a la plataforma especializada en extracción de ADN antiguo del Center of GeoGenetics en Copenhague, Dinamarca.

El doctor Nicolás Rascovan preparando muestras arqueológicas para realizar la extracción de ADN antiguo. Este tipo de trabajos requiere condiciones de trabajo extremadamente limpias, para evitar cualquier tipo de contaminación con ADN moderno.

 

Análisis de ADN de restos arqueológicos de granjeros neolíticos descubiertos en Suecia permitieron descubrir el caso más antiguo de peste en humanos y ayudaron a descifrar como podría haber surgido la primera pandemia de peste de la historia.

Nicolás Rascovan (centro) cuando hizo su tesis de doctorado bajo la dirección del doctor Martín Vázquez (der.) en la Plataforma de Genómica y Bioinformática del Instituto de Agrobiotecnología de Rosario (INDEAR).