En la búsqueda de insecticidas más eficaces en la lucha contra los piojos, investigadores del CONICET desarrollaron un método para evaluar con más precisión la eficacia de nuevos compuestos. Los resultados del trabajo fueron publicados en la revista Parasitology Research. Los científicos destacan que en la actualidad se está estudiando la actividad piojicida de productos naturales como aceites esenciales de plantas y de insecticidas sintéticos, entre otras sustancias.

(06/08/10 – Agencia CyTA – Instituto Leloir)-. La lucha contra los piojos, responsables de diversos tipos de afecciones cutáneas, continúa a causa de la gran resistencia que desarrollan a fin de sobrevivir a los diversos insecticidas diseñados hasta ahora para acabar con ellos.

“La resistencia a insecticidas es un problema asociado al control químico de insectos plaga. Es un problema porque una vez que la resistencia se ha desarrollado, una exitosa estrategia de control químico deja de controlar a la plaga y en consecuencia deja de ser exitosa”, indicó a la Agencia CyTA Gastón Mougabure Cueto, doctor de la Universidad de Buenos Aires en Ciencias Biológicas e investigador del Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas del CONICET. Y agregó: “La resistencia a insecticidas ha sido definida como el desarrollo de una capacidad, en una población de insectos, de tolerar dosis letales de un insecticida para la mayoría de los individuos de una población normal de la misma especie”.

En este contexto,  el doctor Mougabure Cueto, y la doctora María Inés Picollo del mismo centro de    investigación, desarrollaron un método tendiente a evaluar con mayor precisión la eficacia de cualquier nuevo compuesto que se invente para terminar con los piojos. Los resultados del trabajo fueron publicados en Parasitology Research.

“El estudio de la actividad de nuevos insecticidas se realiza mediante bioensayos de laboratorio. En estos ensayos se utilizan insectos para evaluar los efectos tóxicos de los compuestos estudiados. Un típico bioensayo en piojos es el bioensayo de inmersión. Los piojos son sumergidos un breve tiempo en el compuesto a evaluar, y luego son lavados y acondicionados para la observación de los efectos. Sin embargo ante eventos de inmersión, en sustancias que no son necesariamente insecticidas, los piojos se afectan de manera reversible: quedan inmóviles como si estuvieran muertos y luego se recuperan”, explicó Mougabure Cueto. Y continuó: “Este comportamiento, al ocurrir tanto en los insectos tratados con insecticidas como en los insectos control, dificulta la interpretación de los efectos tóxicos provocados por los insecticidas. La existencia de insecticidas, por ejemplo los piretroides, que generan un ‘volteo’ inicial del cual los insectos pueden recuperarse y sobrevivir, ó morir, complica aún mas la cuestión.”

A fin de discriminar con precisión entre los dos efectos tóxicos –volteo y mortalidad-, Mougabure Cueto y Picollo llevaron adelante bioensayos minuciosos para describir el comportamiento de los piojos luego de la inmersión en agua ó etanol, que son los líquidos base ó matríz de la mayoría de las lociones pediculicidas, los cuales deben usarse para los grupos control.

 “Para lograrlo, estudiamos la respuesta de los piojos luego de la inmersión en agua y en un líquido que contenía 70 por ciento de etanol, es decir, en condiciones de grupo control. En síntesis, pretendimos determinar cuáles son los tiempos óptimos para medir los distintos efectos tóxicos generados por las sustancias que se evalúan. Eso permitiría conocer de manera óptima la eficacia de los insecticidas y lociones pediculicidas experimentales, y por lo tanto su potencial uso como agente de control”, resaltó Mougabure Cueto.

Asimismo el investigador explicó que cuando se quiere evaluar un nuevo insecticida presente en una loción pediculicida los grupos control son expuestos a lo mismo que los grupos experimentales, menos el insecticida. “Por ejemplo, si hay mortalidad en el tratamiento y no en el grupo control entonces lo que mata es el insecticida. De este modo se puede discernir el efecto real del insecticida”, subrayó Mougabure Cueto.

Horas bajo estudio

Luego de sumergir piojos en agua ó etanol durante diferentes períodos de tiempo, “los piojos se lavaron con agua y fueron acondicionados para su observación. Cada piojo fue observado a tiempos cortos (2, 5, 10, y 20 minutos después de la inmersión), intermedios (cada hora desde 1 a 7 horas después de la inmersión), y largos (22 horas)”, indicó Mougabure Cueto.

Los resultados mostraron que hay dos períodos en los cuales los piojos fueron afectados y luego se recuperaron. “Un período temprano antes de los 5 minutos para etanol y agua, y un período tardío entre 2 y 22 horas observado solo para etanol. A 22 horas luego de la inmersión en etanol existió una recuperación de insectos superior al 80 por ciento. El período temprano de afección parece ocurrir como una reacción al evento de inmersión independientemente de la solución evaluada, y podría tratarse de una adaptación natural de los piojos a la inmersión”, destacó el investigador del CONICET. Y agregó: “Por el contrario el período tardío de afección se trataría de un síntoma de intoxicación al etanol, compuesto que luego los piojos pudieron metabolizar permitiendo la recuperación.”

Estos dos períodos de afección reversible permitieron determinar los tiempos óptimos de medición de los dos efectos tóxicos. Para el efecto de volteo, el tiempo óptimo es el intervalo entre 5 minutos y 7 horas para lociones acuosas (agua), y entre 5 minutos y 1 hora para lociones alcohólicas. En lociones alcohólicas más allá de una hora comienza el periodo tardío de afección de los piojos (entre 2 y 22 horas), que luego recuperan en gran proporción a las 22 horas. Por otro lado, a las 22 horas luego de la inmersión en agua todos los piojos estaban vivos y en etanol se recuperaron en alta proporción”, indicaron los autores del estudio.
 
Para Mougabure Cueto, la  utilización de los resultados de este estudio permitirá medir y diferenciar los dos efectos tóxicos, tanto de volteo como de mortalidad, provocados por algunos insecticidas. “En consecuencia, mejorará las interpretaciones sobre la eficacia de los pediculicidas evaluados por bioensayos de inmersión. Esto es muy importante en el contexto del control de la pediculosis ya que este tipo de bioensayos realizados en el laboratorio son los que definen la eficacia pediculicida de nuevas moléculas y/o nuevos productos”, afirmó el doctor en Ciencias Biológicas.

La teoría de Darwin y los piojos 

Cuando se aplica un insecticida a una población de insectos donde la mayoría de los individuos son susceptibles pero algunos son resistentes, éstos últimos sobreviven en mayor proporción que los susceptibles, dejan más descendencia que también es resistente y, luego de varias generaciones de ocurrencia de este proceso, la población se enriquece en individuos resistentes. En resumen, el desarrollo de la resistencia es consecuencia de la presencia de insectos genéticamente resistentes, es decir insectos con una heredable habilidad de resistir dosis de insecticida letales para los demás insectos, y de la selección de tales insectos como resultado de la aplicación del insecticida, es decir que sobreviven los resistentes”,  explicó Mougabure Cueto. Y agregó: “Es muy importante señalar que la característica genética que hace que un insecto sea resistente no es consecuencia de la acción del insecticida sobre los genes, los insecticidas aprobados para su uso no causan mutaciones o daños a nivel de los genes. Los individuos resistentes están presentes antes de la aplicación del insecticida y existen como consecuencia de las mutaciones al azar que ocurren en cualquier población de organismos. En este proceso, los insecticidas actúan como agente de selección. Todo este proceso es un claro ejemplo de selección natural, el proceso que describió Darwin en 1859, y que es uno de los pilares de la teoría evolutiva moderna.”

Los piojos son una plaga con una larga historia de control químico donde han sido utilizados una gran variedad de insecticidas. De este modo, la repetitiva e inadecuada aplicación de productos pediculicidas tuvo como consecuencia el desarrollo de altos niveles de resistencia en varios países, incluyendo la Argentina.

Los mayores niveles de resistencia ocurren para los insecticidas piretroides, utilizados en la mayoría de los productos pediculicidas en los últimos 20 años, señalaron los autores del estudio. “El resultado fue que la mayoría de los pediculicidas del mercado dejaron de ser efectivos. En casos de resistencia, la primera medida es cambiar el insecticida por otro que tenga distinto sitio de acción y/o patrón degradativo. Un problema adicional con los piojos es que, fuera de los piretroides, no hay muchos insecticidas sintéticos que puedan ser aprobados por los organismos regulatorios para ser utilizados en las cabezas de los niños, lugar donde se aplican los pediculicidas”, puntualizó Mougabure Cueto. Y destacó: “Como alternativa viable a los insecticidas piretroides, en la actualidad se está estudiando la actividad piojicida de un gama de compuestos que van desde productos naturales como aceites esenciales de plantas y sus componentes hasta nuevos insecticidas sintéticos que reúnen los requisitos toxicológicos para su aprobación.”

 

FOTO 1 PIOJICIDAS

Gastón Mougabure Cueto, doctor de la Universidad de Buenos Aires en Ciencias Biológicas e investigador del Centro de Investigaciones de Plagas e Insecticidas del CONICET.

Créditos: gentileza del CIPEIN

 

FOTO 2 Piojicidas

Ciclo de piojos

Créditos: gentileza del CIPEIN

 

FOTO 3 Piojo hembra

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Piojo hembra

Créditos: gentileza del CIPEIN