El avance de los científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario puede tener aplicaciones en biominería o en la limpieza de suelos contaminados.

(Agencia CyTA-Fundación Leloir)-. En 2011, un grupo de científicos de Rosario anunció el diseño y construcción de la primera herramienta biotecnológica que usa bacterias (Salmonella y Escherichia coli) genéticamente modificadas para detectar oro solubilizado y emitir una luz fluorescente frente a la presencia del preciado metal.

Ahora, los científicos del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR) descifraron nuevos mecanismos genéticos que le confieren a Salmonella y otras bacterias la capacidad para sobrevivir en ambientes contaminados con ese preciado metal. “Los conocimientos derivados de nuestro trabajo pueden ser aplicables en el campo de la biominería, una alternativa que minimiza los riesgos de contaminación ambiental que suelen generar las prácticas convencionales de extracción minera”, afirma la directora del estudio, la doctora Susana Checa, integrante del Laboratorio de Transducción de Señales en Bacterias Patógenas en el IBR, dependiente del CONICET y de la Universidad Nacional de Rosario.

En estudios anteriores los investigadores de Rosario identificaron el grupo de genes  de Salmonella que le permiten a la bacteria contrarrestar los efectos tóxicos del oro, incluyendo los que forman una especie de “bomba” (GesABC) que detecta y expulsa el metal que ingresa al interior de la bacteria y otro que posibilita su producción.

Ahora, los científicos de Rosario comprobaron en Salmonella que la producción de la bomba de eflujo GesABC también depende de otro sistema de genes, conocido como CpxR/CpxA, que controla la integridad de la envoltura de bacterias gramnegativas: un grupo que incluye a patógenos microbianos que causan desde infecciones respiratorias, urinarias y gastrointestinales, hasta meningitis y gonorrea.

Para la doctora Checa, los resultados del trabajo arrojan luz sobre otras bacterias gramnegativas que reducen y acumulan oro en las cercanías o en el interior de la pared bacteriana, como Cupriavidus metalliduransPseudomonas y Geobacter spp. y podría mejorar el desempeño de otros microrganismos usados en biominería. “Nuestros resultados no tienen aplicación directa, pero pueden contribuir al diseño de tecnologías más limpias de extracción de oro y otros metales”, indicó la investigadora del CONICET en Rosario.

De hecho, el laboratorio rosarino ha logrado diseñar y generar biosensores que (además de oro) detectan metales pesados peligrosos tales como mercurio, plomo y cadmio, con aplicación en monitoreo ambiental.

El trabajo fue publicado en “Environmental Microbiology” y formó parte de la tesis de doctorado del becario del CONICET Sebastián Cerminati bajo la dirección de la doctora Checa en el IBR. También participaron del avance el becario de CONICET, Julián Mendoza,  quien actualmente está realizando su doctorado bajo la dirección de la doctora Checa, un becario posdoctoral de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, Germán Giri, y el doctor Fernando Soncini, director del Laboratorio donde se desempeñan los investigadores.

 

Susana Checa, Sebastián Cerminati y Fernando Soncini, investigadores del Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario, dependiente del CONICET y de la Universidad Nacional de Rosario.