El estudio experimental, realizado en Argentina, abre caminos para el desarrollo futuro de medidas de prevención o de tratamiento.
(21/10/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Hasta un tercio de los pacientes infectados con el parásito de la enfermedad de Chagas pueden sufrir lesiones cardíacas. Ahora, un estudio de investigadores argentinos identificó una especie de “paraguas biológico” que ayuda a poner a resguardo al corazón y abre la puerta al desarrollo de nuevas estrategias futuras de prevención o tratamiento.
Los científicos del CONICET, la UBA y el Instituto Nacional de Parasitología “Mario Fatala Chabén” probaron en cultivos celulares el efecto de una proteína endógena que regula la proliferación celular, galectina-1. Y comprobaron que disminuye el número de parásitos en la célula cardíaca y las protege de la muerte inducida por ese invasor.
En otro experimento relacionado, los investigadores comprobaron que en ausencia del gen que produce galectina-1, animales de laboratorio infectados presentaron mayor número de parásitos en sangre y nidos del patógeno en el tejido cardiaco y muscular.
La administración de galectina-1, o alguna droga que recree su función, podría servir como coadyuvante de la terapia convencional con antiparasitarios, que por lo general son efectivos sólo en la fase temprana de la infección, señaló a la Agencia CyTA-Leloir la doctora Karina Gómez, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI).
“Sin embargo, hay mucho para seguir investigando, ya que el efecto de galectina-1 depende de varios factores, como la vía de entrada del parásito, la cepa de Trypanosoma cruzi o la respuesta inmunológica que desarrolla el hospedador”, añadió Gómez, quien integra en el INGEBI el Laboratorio de Biología Molecular de la Enfermedad de Chagas (LabMECh) que encabeza el doctor Alejandro Schijman. Tampoco se conoce mediante qué mecanismo la proteína ejerce su acción protectora.
Del estudio, publicado en “PLoS Neglected Tropical Diseases”, también participaron Alejandro Benatar y Laura Tasso, del LabMECh del INGEBI; Gabriela García, Jacqeline Bua y Miriam Postan, del Fatala Chaben; Jorge Scaglione, del Hospital de Niños Pedro de Elizalde; y el doctor Gabriel Rabinovich, jefe del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), junto a tres integrantes de su grupo: Juan Carlos Stupirski,  Juan Pablo Cerliani y  Marta Toscano.
Foto de Trypanosoma cruzi. El estudio experimental, realizado en Argentina, abre caminos para el desarrollo futuro de medidas de prevención o de tratamiento de lesiones cardiacas en pacientes con la enfermedad de Chagas.

El estudio experimental, realizado en Argentina, abre caminos para el desarrollo futuro de medidas de prevención o de tratamiento.

(21/10/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Hasta un tercio de los pacientes infectados con el parásito de la enfermedad de Chagas pueden sufrir lesiones cardíacas. Ahora, un estudio de investigadores argentinos identificó una especie de “paraguas biológico” que ayuda a poner a resguardo al corazón y abre la puerta al desarrollo de nuevas estrategias futuras de prevención o tratamiento.

Los científicos del CONICET, la UBA y el Instituto Nacional de Parasitología “Mario Fatala Chabén” probaron en cultivos celulares el efecto de una proteína endógena que regula la proliferación celular, galectina-1. Y comprobaron que disminuye el número de parásitos en la célula cardíaca y las protege de la muerte inducida por ese invasor.

En otro experimento relacionado, los investigadores comprobaron que en ausencia del gen que produce galectina-1, animales de laboratorio infectados presentaron mayor número de parásitos en sangre y nidos del patógeno en el tejido cardiaco y muscular.

La administración de galectina-1, o alguna droga que recree su función, podría servir como coadyuvante de la terapia convencional con antiparasitarios, que por lo general son efectivos sólo en la fase temprana de la infección, señaló a la Agencia CyTA-Leloir la doctora Karina Gómez, investigadora del CONICET en el Instituto de Investigaciones en Ingeniería Genética y Biología Molecular (INGEBI).

“Sin embargo, hay mucho para seguir investigando, ya que el efecto de galectina-1 depende de varios factores, como la vía de entrada del parásito, la cepa de Trypanosoma cruzi o la respuesta inmunológica que desarrolla el hospedador”, añadió Gómez, quien integra en el INGEBI el Laboratorio de Biología Molecular de la Enfermedad de Chagas (LabMECh) que encabeza el doctor Alejandro Schijman. Tampoco se conoce mediante qué mecanismo la proteína ejerce su acción protectora.

Del estudio, publicado en “PLoS Neglected Tropical Diseases”, también participaron Alejandro Benatar y Laura Tasso, del LabMECh del INGEBI; Gabriela García, Jacqeline Bua y Miriam Postan, del Fatala Chaben; Jorge Scaglione, del Hospital de Niños Pedro de Elizalde; y el doctor Gabriel Rabinovich, jefe del Laboratorio de Inmunopatología del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME), junto a tres integrantes de su grupo: Juan Carlos Stupirski,  Juan Pablo Cerliani y  Marta Toscano.

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Foto de Trypanosoma cruzi. El estudio experimental, realizado en Argentina, abre caminos para el desarrollo futuro de medidas de prevención o de tratamiento de lesiones cardiacas en pacientes con la enfermedad de Chagas.