Un flamante estudio del que participaron investigadores de Buenos Aires y de Harvard sugiere una nueva posible indicación para la hormona natural del sueño: reducir los brotes de esclerosis múltiple. ¿El medicamento va en camino de ser tan versátil como la aspirina?

(16/09/2015 – Agencia CyTA –Instituto Leloir)-. La semana pasada, investigadores del FLENI, el Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME) y la Universidad de Harvard anunciaron en la revista “Cell” un hallazgo sugestivo: las fluctuaciones estacionales de melatonina, una hormona natural que regula el ciclo del sueño y la vigilia, podrían estar relacionadas con la mayor tendencia a recaídas o brotes que sufren los pacientes con esclerosis múltiple durante los meses de otoño e invierno.

De acuerdo a los científicos, la melatonina puede promover “la generación de ciertas células reguladoras que apaciguan la respuesta inmune y bloquean el daño al cerebro [que caracteriza a los brotes]”, por lo cual ya planifican ensayos clínicos para examinar la eficacia preventiva de la medicación o drogas que actúen sobre sus receptores.

Esta nueva promesa se suma a un creciente cúmulo de evidencias que sugieren que la melatonina, o análogos sintéticos, no se limitan a inducir el sueño o aliviar los síntomas del jet lag sino que también podrían presentar beneficios clínicos en patologías tan variadas como la hipertensión, el Alzheimer, los tumores, la diabetes o la prevención de quemaduras solares.

El entusiasmo alrededor de la melatonina, una hormona que secreta la glándula pineal, no es nuevo. En la década del ’90, salieron publicados numerosos libros que la promovían como una “droga maravilla” para frenar el envejecimiento, desalentar tumores o reforzar el sistema inmune. La revista Newsweek llegó a hablar de una “melatonin-manía” y consignó que una sola cadena de productos naturales, GNC, vendía 4.000 frascos por día.

Las promesas vanas y exageraciones se fueron desvaneciendo con el tiempo. Pero, en los últimos años, crecieron las investigaciones serias que apuntan a reposicionar a la melatonina como una droga de múltiples aplicaciones terapéuticas.

En febrero pasado, por ejemplo, dos cardiólogos sudafricanos señalaron en la reconocida revista médica “The Lancet” que la melatonina podría llegar a ser incluso más ventajosa que la aspirina como “cardioprotector” y preventivo de cáncer, debido a que presenta menos efectos adversos.

De todos modos, los especialistas advierten que todavía se necesitan ensayos clínicos que confirmen, en pacientes humanos, los beneficios documentados en el laboratorio. Los investigadores que participaron del último estudio sobre esclerosis múltiple también se mostraron cautos. “Ningún paciente debería tomarlo por su cuenta [para esta posible nueva indicación]”, enfatizó el doctor Jorge Correale, del Centro para la Investigación de Enfermedades Neuroinmunológicas (CIEN) de la Fundación FLENI. “Hay que realizar antes estudios clínicos. Y no me imagino que podamos tener resultados antes de los próximos cinco años”.

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De izquierda a derecha algunos autores del avance científico: Santiago Méndez-Huergo (IBYME-CONICET), Francisco Quintana (Harvard Medical School. Boston, USA), Mauricio Farez y Jorge Correale del Centro para la Investigación de Enfermedades Neuroinmunológicas y el Servicio de Neuroinmunología de FLENI.