(29/06/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-. Luego de cuatro años en órbita y tras haber cumplido exitosamente su misión prevista para tres años según el diseño original, el satélite argentino SAC-D alcanzó su objetivo de observar el océano, el clima y el medioambiente.

“Desde el punto de vista del desarrollo tecnológico, ha sido un logro sin precedentes en nuestro país por la gran confluencia de esfuerzos nacionales e internacionales”, señaló a la Agencia CyTA-Leloir  la doctora  Sandra Torrusio, investigadora principal de la Misión SAC-D.

El instrumento principal transportado por SAC-D, Aquarius, operado por la NASA de Estados Unidos, permitió crear un mapa semanal a escala global de la salinidad superficial del océano de alta precisión y mejoró la calidad de los pronósticos climáticos regionales gracias a los datos obtenidos sobre el monitoreo de hielo marino en zonas polares. También colectó información meteorológica que permitió el estudio de la dinámica de glaciares en la Antártida; siguió la evolución de huracanes en el océano atlántico; y evaluó el derretimiento de hielo superficial en Groenlandia en 2012 durante días de calor extremo.

Los grupos de investigación, tanto nacionales e internacionales, continuarán analizando por años los datos y productos generados a lo largo de la misión, dijo Torrusio, quien también es profesora de Sensores Remotos en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).

“Argentina fue capaz de desarrollar este magnífico proyecto, junto a otros grandes de la tecnología espacial, porque cuenta con recursos humanos de calidad en los distintos ámbitos del conocimiento y el apoyo necesario para ejecutarlo”, añadió.

En el ámbito nacional participaron en la construcción del satélite numerosos organismos como la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), la Facultad de Ingeniería de la UNLP, el Instituto Argentino de Radioastronomía y el Centro de Investigaciones Ópticas del CONICET, la Universidad Tecnológica Nacional y el Instituto Universitario Aeronáutico. También, empresas privadas nacionales de base tecnológica, como INVAP.

FOTO SACD

El satélite argentino SAC-D.