Un grupo integrado por científicos y artistas desarrolló obras de arte en 3D para que el público pueda “ver y tocar” piezas microscópicas del sistema molecular.

 

(22/05/2015 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Si un macrófago (célula del sistema inmune) se agrandara diez millones de veces mediría unos 200 metros de altura. “Ocuparía toda la avenida 9 de Julio (en la ciudad de Buenos Aires) y el Obelisco se vería diminuto”, explicó el doctor Diego Ferreiro, uno de los directores del Laboratorio de Fisiología Proteica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEyN) de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Y un adulto promedio, estirándose podría tocar el Polo Norte y el Polo Sur con las manos y los pies”.

Estos son algunos de los tantos ejercicios que despiertan tres paneles creados por el colectivo Proteus integrado por Ferreiro, el doctor Alejandro Nara, investigador del CONICET en el Departamento de Química Biológica de FCEyN y la artista visual Laura Olalde. “Como dice la frase: si no lo veo no lo creo”, justifica Nadra. ”Ni lo entiendo”.

A partir de esta idea, los integrantes de Proteus crearon “Introversión dogmática”, una obra compuesta por modelos de proteínas a escala humana que pueden ser manipuladas por el público y cuya gestación puede recorrerse en el blog introversiondogmatica.wordpress.com/

“Las proteínas, formadas por aminoácidos, son los principales ejecutores de las funciones y actividades que dan lugar a la vida y a su enorme diversidad”, destacó Nadra. “El científico (y el niño) necesita meter mano y aprende haciendo. Para eso nos dimos el gusto de aprender haciendo esta obra y acercar parte de ella al público para que pueda toquetear.”

Jacques Monod, Nobel de Medicina en 1965, decía: “Lo que es válido para la bacteria, lo es para el elefante”. Esta frase cobra sentido si se considera que la gran similitud de algunas proteínas presentes en microorganismos o seres superiores tienen un origen común en la historia evolutiva, dijo Ferreiro.

Para plasmar esta idea, los integrantes de Proteus crearon a escala humana una proteína en 3D que tiene una estructura similar en la bacteria Escherichia Coli, en la espinaca y en el ser humano, explicó Olalde. “Son parecidas porque son necesarias para la respiración celular, un proceso clave para la vida”, añadió.

La obra, que fue reconocida por el jurado del Premio ArCiTec “Concurso de Arte, Ciencia y Tecnología” organizado por la Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires, pretende desmitificar ideas sobre genética que circulan tanto en el mundo académico como en la sociedad.

“Se dice que toda la información genética está en el ADN, o bien que unos 30 mil genes contienen toda la información para hacer un ser humano. Esto es mentira”, dijo Nadra. “El ADN no es un guión o partitura sino infinitos guiones o partituras que dependen no solo de la secuencia, sino también de su entorno (social, ambiental) que puede determinar que de allí salgan millones de combinaciones de proteínas diferentes”.

Olalde agregó que en el cruce interdisciplinario entre arte y ciencia, se dedicaron a jugar, seriamente, como lo hacen lo chicos: “con mucho permiso y sin apuro”.

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Los integrantes de “Proteus”, la artista visual Laura Olalde y los científicos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, Alejandro Nara y Diego Ferreiro, frente a una de sus creaciones. Dentro del cilindro de acrílico hay varias reproducciones a escala de moléculas de ADN y proteínas en un medio acuoso. Estas “moléculas” gigantes (que naturalmente interactúan), rotan, se desplazan, se pegan y despegan de un modo no-determinístico.

Créditos: Proteus.

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Uno de los ejercicios propuesto por “Proteus” para ilustrar el concepto de la escala utilizada: Si un macrófago (célula del sistema inmune)  se agrandara diez millones de veces mediría unos 200 metros de altura y ocuparía toda la avenida 9 de Julio en la ciudad de Buenos Aires.

Créditos: Intervención artística de Federico Geller

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Una de las ilustraciones en la que el colectivo de artistas y científicos explican la similitud de proteínas en el reino animal, vegetal y de las bacterias.

Créditos: Proteus.