Según científicos del CONICET, la música “new age” de la cantante irlandesa induce cambios sobre el sistema nervioso autónomo similares a los que experimentan las personas cuando hacen meditación.

(10/10/2014 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Compuesta y grabada en el 2000 por Enya, y vuelta a popularizar por un comercial de camiones que protagoniza Jean-Claude Van Damme, la canción “Only Time” no es solamente uno de los mayores éxitos de la artista irlandesa de música new age: también es una especie de sucedáneo de la meditación.

Así lo revelaron en la revista científica “Noise & Health” un grupo de investigadores argentinos liderado por el doctor Daniel Vigo, investigador del CONICET y docente de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Los científicos evaluaron el ritmo cardíaco de 25 voluntarios sanos mientras escuchaban al azar tres canciones: “Only Time” de Enya, el “Danubio azul” de Johann Strauss y “El día que me quieras”, de Gardel y Le Pera, interpretado por Luis Miguel. Esas fluctuaciones, explicaron, permiten tener una idea de la activación del sistema nervioso simpático (que prevalece en situaciones de alarma y estrés) o parasimpático (que predomina en situaciones de relajación).

“Al escuchar el tema de Enya se observó una respuesta autonómica distinta de la del resto de los temas (incluido un periodo de silencio)”, señaló Vigo a la Agencia CyTA. “Esta respuesta fue similar a la que se observa en sujetos que meditan y no guardaba relación con las preferencias musicales de cada participante.”

Para el investigador, el trabajo apunta a la necesidad de seguir explorando el impacto de la música sobre las distintas funciones del cuerpo, con el fin de aumentar su eficacia en distintos tratamientos.

En el estudio participaron los doctores Santiago Pérez-Lloret, Joaquín Diez y Daniel Cardinali de la UCA; y María Natalia Domé, Andrea Alvarez Delvenne y Néstor Braidot, del Braidot Brain Decision Centre.

FOTO NOTA MUSICA

El estudio realizado por científicos del CONICET evidencia que la música “new age” produce  cambios sobre el sistema nervioso autónomo similares a los que experimentan las personas cuando hacen meditación.