Investigadores del CONICET y de otras instituciones comprobaron que, ante la cercanía de embarcaciones, estos cetáceos dedican menos tiempo a comer y más a nadar de manera errática.  

(03/10/12 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. El avistaje de delfines oscuros en el Golfo Nuevo, en cercanías de la ciudad de Puerto Madryn y la Península Valdés, afecta la vida de esos cetáceos. Así lo determinó un estudio publicado en la revista Conservation Biology por un equipo de investigadores del Centro Nacional Patágonico (CENPAT – CONICET) y de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

El delfín oscuro es uno de los pequeños cetáceos más abundantes en el Mar Argentino, especialmente en la Patagonia, y uno de los mejor conocidos. “Los delfines oscuros del litoral argentino alcanzan los 170 centímetros de largo, y no existen diferencia entre machos y hembras”, indicó a la Agencia CyTA una de las autoras del estudio, la doctora Silvana Dans.

La posibilidad de ver delfines oscuros en su medio natural y en lugares cercanos a la costa ha dado lugar a que, desde 1997, existan empresas de turismo que promocionan la observación de estos cetáceos desde una embarcación. Sin embargo, la presencia de una o varias embarcaciones alrededor de una manada de delfines oscuros, al igual que el ruido ambiental que producen sus motores, puede interferir con el patrón normal de actividad de los animales, afirmó Dans, quien realizó el estudio junto con Mariana Degrati, Susana Pedraza y Enrique Crespo, científicos que también se desempeñan en el CENPAT y en la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco.

 En la investigación los científicos calcularon que, durante un día normal, los delfines oscuros invierten 41 por ciento de su tiempo en traslados, 22 por ciento en alimentarse, 15 por ciento en interactuar socialmente, 12 por ciento en descansar y 10 por ciento en nadar de manera errática. “En presencia de las embarcaciones comerciales, el tiempo dedicado a la alimentación se reduce significativamente a menos del 15 por ciento, al igual que la actividad social”, explicó la investigadora. “En cambio, duplican la proporción de tiempo en el que nadan erráticamente”.

 Según los especialistas, la interferencia de la actividad de avistaje puede significar que los delfines pierdan la oportunidad de satisfacer sus requerimientos energéticos. Y aunque existen recomendaciones y códigos de conducta para los operadores de embarcaciones que realizan paseos en el Golfo Nuevo, la adhesión es voluntaria “y no existe aún ningún tipo de control”, lamentó Dans.  

Foto de delfines 

Delfines oscuros

Créditos: Gentileza de la doctora Silvana Dans.