Dos pilotos suizos impulsan el desarrollo de un avión alimentado con energía solar capaz de darle la vuelta al mundo. Con ese objetivo, que planean cumplir en 2013, pretenden promover el empleo de energías renovables y no contaminantes a nivel mundial. El físico Julio César Durán, jefe del Departamento de Energía Solar de la Comisión Nacional de Energía Atómica, en la Argentina, desarrolla celdas solares de uso espacial. En una entrevista con la Agencia CyTA explica las características del empleo de este tipo de tecnología, en el marco del Plan Espacial Nacional.

(11/02/11 – Agencia CyTA-Instituto Leloir)-. Con el objetivo de promover el desarrollo de energías renovables y de aprovechar las nuevas tecnologías en beneficio de un desarrollo sostenible, dos hombres encabezan “Solar Impulse”, un proyecto que apunta al diseño de aviones solares.  Son dos pilotos suizos, Bertrand Piccard, psiquiatra, aeronauta, autor de la primera vuelta al mundo en globo sin escalas, y André Borschberg, ingeniero y piloto profesional de avión y de helicóptero.

Según relata la revista científica francesa La Recherche el avión solar HB-SIA, el primer prototipo de “Solar Impulse”, realizó el 8 de julio de 2010 un vuelo de 26 horas a una velocidad promedio de 40 kilómetros por hora. El avión, que no produce emisiones contaminantes, tiene la envergadura de un Airbus A340 y el peso de un automóvil. Asimismo está dotado de 11628 células fotovoltaicas repartidas sobre una superficie de 200 metros cuadrados (que incluye sus alas), las que alimentan cuatro motores eléctricos. Puede alcanzar una altitud máxima de 8500 metros.

Para desarrollar el HB-SIA, Piccard y Borschberg trabajan con un equipo interdisciplinario conformado por ingenieros mecánicos y aeronáuticos, físicos, especialistas en estructuras, aerodinámica y herramientas de diseño y cálculo, expertos en materiales y pilotos comprometidos con las energías renovables, entre otros especialistas.

Inspirados en Julio Verne

“Todo aquello que es imposible queda por realizar”, es una frase de Julio Verne que resume la motivación de Piccard y Borschberg para llevar adelante el desarrollo de aviones solares y la investigación de los alcances y aplicaciones sociales que puede generar la energía solar.

En la actualidad los ingenieros de “Solar Impulse” diseñan otro modelo de avión solar –el HB-SIB– con el que planean realizar vuelos que atraviesen el océano Atlántico, antes de intentar para el 2013 algo más ambicioso: lograr la vuelta alrededor del mundo en cinco etapas. “Es una cuestión simbólica, pues probablemente jamás se llegará a transportar 300 pasajeros en un avión solar, pero es un símbolo que nos concierne a todos. Ya que, en realidad, ¿no estamos todos, en la Tierra, en la misma situación que el piloto de “Solar Impulse”? Si él no tiene adecuadas tecnologías o desperdicia su energía, él tendrá que aterrizar antes del amanecer, y no podrá continuar su vuelo. Y, si no invertimos en medios científicos que nos permitan desarrollar nuevas fuentes energéticas, nos encontraremos dentro de una crisis mayor, y esto nos impedirá entregar un Planeta sano a las próximas generaciones”, escriben los responsables de este proyecto en el portal oficial.

En definitiva, uno de los objetivos principales de Piccard y Borschberg es la promoción de “las tecnologías que serán imprescindibles para asegurar el porvenir energético del planeta”. Por otra parte indican que las soluciones desarrolladas para el avión solar podrán aplicarse en otros ámbitos como la medicina, o la construcción “donde la eficacia y la fiabilidad son factores determinantes.”  

Celdas solares en el espacio  

En la Argentina, un equipo de científicos desarrolla celdas solares para proyectos espaciales. El Plan Espacial Nacional, en ejecución desde 1996, prevé la realización de diversas misiones satelitales que requieren paneles solares diseñados específicamente y aptos para satisfacer la demanda de energía eléctrica de los satélites. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) argentinas suscribieron un convenio que dio lugar a la iniciación, en abril de 2001, del proyecto “Paneles solares para uso espacial”, cuyo objetivo principal es el diseño,  fabricación y ensayo de  los paneles solares para las misiones satelitales previstas en dicho Plan Espacial, en particular las misiones de los satélites Aquarius/SAC-D y SAOCOM IA e IB.

“El proyecto incluye también la realización de ensayos ambientales, principalmente de daño por radiación y ciclado térmico, sobre celdas solares y otros componentes para uso satelital”, explica a la Agencia CyTA el doctor en física Julio César Durán, jefe del Departamento de Energía Solar de la CNEA. Y agrega: “La misión satelital Aquarius/SAC-D es un emprendimiento conjunto entre la CONAE y la agencia espacial de los Estados Unidos (National Aeronautics and Space Administration, NASA), en el que el Departamento de Energía Solar de la CNEA es responsable del desarrollo de los paneles solares para el satélite. En el marco del contrato correspondiente, en el 2009 se finalizó la fabricación de los paneles solares para dicho satélite utilizando tecnología desarrollada en la CNEA, y durante 2010 se realizaron los ensayos de aceptación que permitieron demostrar que los mismos cumplen con los requerimientos de la misión.”

La relevancia del Plan Espacial Nacional, en el cual se enmarca el desarrollo de paneles solares para satélites, radica en la importancia social y económica de las imágenes satelitales para la evaluación de recursos naturales, y la prevención y seguimiento de catástrofes naturales. “Cabe destacar que la gran extensión geográfica de nuestro país, una actividad económica dominada por explotaciones primarias extensivas y la existencia de grandes zonas productivas vulnerables a catástrofes naturales, entre otros aspectos, permiten afirmar que la Argentina es un usuario intensivo de los productos de la ciencia y la tecnología espaciales”, destaca Durán.

Luz solar: fuente de energía renovable

Alrededor de un cuarto de la población mundial carece de energía eléctrica y, además, no tiene ninguna posibilidad de acceder a ella en el mediano plazo con fuentes convencionales, explica el doctor Durán. Y continua: “Las fuentes de energía renovables, muy especialmente la solar, son en la mayoría de los casos la única alternativa para proveer a dicha población de energía eléctrica, mejorando así sustancialmente su calidad de vida.”

Asimismo el investigador de la CNEA subraya las ventajas de la energía solar. “Es una energía prácticamente inagotable y no contamina. Además es una fuente de energía disponible, en mayor o menor medida, en cualquier parte del planeta, pudiendo ser colectada y transformada en el lugar de utilización. Esto último puede ofrecer ventajas económicas considerables, particularmente en áreas remotas y aisladas, para las cuales el costo de transporte de combustibles convencionales (derivados del petróleo y gas)  o de distribución de electricidad pueden ser muy elevados”, explica Durán. Y agrega: “Cabe destacar, finalmente, que la generación eléctrica en base a fuentes renovables, distribuida e interconectada a la red eléctrica pública, ha tenido un crecimiento muy significativo durante los últimos años en numerosos países desarrollados y es, sin dudas, una alternativa con un gran potencial en el mediano y largo plazo en nuestro país.”

 Foto 1 Alrededor del mundo

 

 

 

 

 

 

 

Imagen del avión solar desarrollado por Solar Impulse.

Créditos: Solar Impulse / EPFL 

Foto 2 nota ALREDEDOR DEL MUNDO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Satélite SAC-D, con los paneles solares montados, en un laboratorio del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE, según sus siglas en portugués), en Brasil.

Créditos: gentileza del Dr. Julio César Durán