(04/10/10 – Agencia CyTA-Instituto Leloir / UNNE. Por José Goretta)-.El olfato es un sentido de trascendental importancia en el cuerpo humano, sin embargo es poco considerado si se lo compara con la audición y la visión. Graciela Soler es autora del libro “Evaluación Clínica del Sentido del Olfato” (Editorial Corpus), escrito inédito pues en toda Latinoamérica existe un vacío bibliográfico sobre esta temática.

Por medio del olfato podemos seleccionar lo que ingerimos y respiramos obteniendo seguridad y nutrientes como así también el bienestar emocional que nos permite disfrutar de los aromas o de algunos recuerdos olfativos. En diálogo con la Revista de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), la especialista resaltó la necesidad de saber más sobre el olfato, tanto las personas en general y en especial los profesionales.

Soler es egresada de la carrera de Medicina de la UNNE, ex residente de Otorrinolaringología del Hospital de Clínicas de la UBA. En la actualidad es encargada del área de Olfato, Sector Rinosinusología, Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del Hospital de Clínicas, UBA y docente de la Primera Cátedra de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la UBA. Según explicó el olfato “es un sentido sobre el que se sabe muy poco” y que muy pocos profesionales están capacitados como para hacer diagnósticos adecuados sobre patologías relacionadas con el sistema olfativo.

-¿Su libro intenta cubrir este vacío en lo que respecta a este sentido?
De México para abajo no hay libros sobre el olfato, no se sabe del tema más que por las publicaciones en inglés que pertenecen a investigaciones en Estados Unidos y Europa. Pero para quienes quieran instruirse en lengua castellana no tienen circulación de libros del sentido olfativo en Latinoamérica. En Argentina las alteraciones del olfato son vistas por médicos otorrinolaringólogos y neurólogos, básicamente, pero no todos cuentan con los elementos necesarios para realizar una buena evaluación. Además son pocos quienes realizan investigaciones sobre el olfato en el país, y pertenecen a la química y bioquímica, sin ser médicos. Por eso, el objetivo de este libro es ampliar los conocimientos que existen del sentido del olfato tanto para quienes investigan como para los médicos clínicos, otorrinolaringólogos, alergoinmunólogos y neurólogos.  Para el caso de los médicos en ejercicio, se busca informar los conceptos básicos acerca de cómo realizar una evaluación clínica de los pacientes que consultan por alteraciones del olfato.Con la lectura del libro se puede saber para qué sirve el olfato, cuales son las causas más frecuentes que pueden afectarlo y de qué forma objetivar la pérdida de este sentido por medio de métodos conocidos, exámenes complementarios y llegar a un diagnóstico y conducta terapéutica adecuados, conocimientos que muchos médicos no tienen, incluso los otorrinolaringólogos.

-¿Que implicancias tiene para un profesional conocer más del olfato?
El olfato para el grueso de las personas está en la nariz, sin embargo comienza en la nariz pero termina en el cerebro, por lo que hay que tener en cuenta toda la vía y explorar en busca de causas en la nariz y vecindades y a nivel central o cerebral. Teniendo en cuenta lo expresado al principio, el olfato nos protege de las sustancias u otros elementos del medio externo para poder gozar de una buena salud, respirando y alimentándonos de forma adecuada. También nos brinda bienestar psicoemotivo.
Una persona con pérdida del olfato vive con miedo de sufrir accidentes por escapes de gas o de humos tóxicos, no darse cuenta de un incendio hasta no ver las llamas, ingerir alimentos o bebidas en mal estado. No poder sentir el olor del bebé o del ser amado puede angustiarlo y la falta de sabor llevarlo a una pobre alimentación y trastornos nutricionales.

-¿Cuáles son las principales afecciones que afectan este sentido?
La pérdida del olfato es un trastorno de tipo cuantitativo que puede ser parcial lo que se denomina hiposmia o la pérdida puede ser total o anosmia. Ambos cuadros pueden llegar a producirse de manera brusca o generarse en forma progresiva. La pérdida brusca del olfato se da en pos traumatismo de cráneo después de accidentes de tránsito, caídas o episodios con afectación traumática de toda o parte de la cabeza. Además puede ocurrir por afecciones “pos virales” después de un resfrío común o síndrome gripal con congestión nasal y a veces asociado a faringitis o cuadros bronquiales, el paciente pierde el olfato. La forma progresiva o cíclica es típica de las enfermedades de la nariz y de los senos paranasales, generalmente de tipo inflamatorio y se llaman Rinosinusitis agudas o crónicas.

-¿Hay muchas enfermedades o patologías que están relacionadas al olfato pero que la mayoría de las personas desconoce?
No sólo las personas sino también los mismos médicos desconocen algunas enfermedades relacionadas con el olfato, o patologías que terminan afectando el olfato. Por ejemplo, las causas más frecuentes de alteración del olfato son las rinosinusitis, tumores, exposición a sustancias tóxicas, y especialmente los pos traumatismos de cráneos y las lesiones pos virales. Estas afecciones pueden producir hiposmia o anosmia, siendo muchas veces irreversibles si no se las trata. Las personas con prensión alta, diabetes, enfermedades tiroideas, pueden sufrir también problemas olfativos.
A su vez algunas entidades como la Enfermedad de Parkinson o Alzheimer, y otras patologías neurológicas o psiquiátricas pueden iniciarse con trastornos del olfato y pueden evitarse y tratarse si se detecta a tiempo.

-¿Además de los cuadros de gravedad en que terminan muchas de estas afecciones, también afectan la vida cotidiana de las personas?
El olfato está muy relacionado con el gusto, y el placer, el deleite que se siente al comer o beber una comida o bebida está dado en sus dos terceras partes por el olor que se siente de los mismos.
Estos dos sentidos, olfato y gusto y un tercero que se llama sentido químico común (sensaciones tipo burbujeo de las gaseosas, calor de la pimienta, frescura de la menta, viscosidad, temperatura, textura) es lo que se llama sabor. Por eso en ocasiones el paciente puede quejarse de falta de gusto y en realidad es el sabor el ausente.
A nivel de la nariz también tenemos estas sensaciones de frescura de la menta, ardor o cosquilleo con sustancias irritantes como solventes, lavandina, amoníaco, entre otras. Teniendo en cuenta estos conceptos y los ya expresados anteriormente, un paciente con hiposmia o anosmia, puede ver afectada su calidad de vida, y nosotros como profesionales de la salud podemos ayudar a mejorarla conociendo la patología y dando el tratamiento más adecuado en cada caso.

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Graciela Soler, autora del libro “Evaluación Clínica del Sentido del Olfato” (Editorial Corpus),

 Créditos: Revista CyT/UNNE