En vez de respirar oxígeno, una comunidad de bacterias “respiran” hierro férrico en un lago situado a 400 metros de profundidad del glaciar Taylor en la Antártida. El hallazgo revela que el particular metabolismo de esas bacterias representa un ejemplo contemporáneo de bacterias que existieron hace millones de años en forma extendida.

(03/07/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir).- A 400 metros de profundidad y a cuatro

kilómetros del borde del glaciar Taylor, en la Antártida, existe un lago. Se podría pensar que ese lugar no es favorable para la vida ya que no hay oxígeno y tampoco luz, sin embargo un equipo de científicos estadounidenses e ingleses halló una comunidad muy particular de bacterias que han podido desarrollarse en ese lugar que debe haber quedado cubierto hace un millón y medio de años.

Según reveló recientemente un estudio publicado en la revista Science, el metabolismo de esas bacterias tiene características fuera de lo común dado que en vez de respirar oxígeno, “respiran” hierro férrico presente en ese ecosistema subterráneo para poder vivir.

Para poder acceder a esas bacterias y analizarlas, los investigadores Jill Mikucki de la universidad de Darmouth y John Priscu de la Universidad de Montana, y un equipo de colegas, descubrieron un extraño fenómeno: durante el verano austral, en situaciones esporádicas, el lago libera parte de su contenido a través de un extremo del glaciar Taylor. A los científicos les tomó seis años poder extraer muestras de esas bacterias presentes en el agua que tiene un color rojizo a causa del óxido de hierro y otros compuestos y que caen por un lugar llamado Blood Falls.

Sobre este hallazgo, la revista científica francesa La Recherche, señala que entre 640 y mil millones de años atrás, la Tierra estaba recubierta en gran parte por hielo, y los océanos debían tener una composición similar a la del lago Taylor. En este sentido las bacterias halladas son un ejemplo contemporáneo de bacterias que vivieron de manera extendida en esas épocas remotas.