Un dispositivo capaz de detectar en tiempo real compuestos volátiles liberados por la piel fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Yale. Según señalan sus creadores, la gran riqueza química de los ácidos grasos detectados por esa “nariz electrónica”, hace verosímil la hipótesis de que esas sustancias son la clave que permite la identificación canina de las personas.

(20/07/09 – Agencia CyTA-Instituto Leloir).- El avance de la tecnología está permitiendo, entre otras cosas, crear dispositivos que aumentan la capacidad sensorial de diferentes sistemas biológicos.

Según revela la revista científica el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC) de España, un equipo de investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, y una empresa española han desarrollado un sistema para detectar en tiempo real los vapores que emite la piel humana.

“El espectro de vapores emitidos por la piel humana está dominado por los ácidos grasos, unas sustancias que son muy poco volátiles, pero hemos desarrollado una ‘nariz electrónica’ capaz de detectarlos”, explicó Juan Fernández de la Mora, del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Yale, uno de los creadores del dispositivo.

El sistema –cuyos detalles son descritos en la revista Journal of the American Society for Mass Spectrometry – se basa en la ionización de los vapores con un electrospray (nube de gotas cargadas eléctricamente) y su posterior análisis mediante la espectrometría de masas. Con esta técnica se pueden identificar en tiempo real muchos de los compuestos del vapor que emana, por ejemplo, de una mano.

“La gran novedad del estudio es que, a pesar de la ínfima volatilidad de los ácidos grasos con cadenas de hasta 18 átomos de carbono, la nariz electrónica es tan sensible que permite su detección instantánea”, indica Fernández de la Mora.

Los resultados reflejan que los compuestos volátiles que desprende la piel son sobre todo ácidos grasos, aunque también aparecen otros como el ácido láctico o el ácido pirúvico.

Según explica el investigador, la gran riqueza química de los ácidos grasos, constituidos por varias centenas de moléculas distintas, “es bien conocida, y hace verosímil la hipótesis de que estas sustancias sean la clave que permite la identificación canina de las personas”.

Según indica el estudio, otra utilidad que tiene el dispositivo es la detección de cantidades ínfimas de explosivos. ¿Una nueva herramienta antiterrorista?