Uno de los médicos más reconocidos de la Argentina en lo que se refiere a enfermedades infecciosas y tropicales, Jorge Osvaldo Gorodner, criticó la falta de previsión frente a patologías como el dengue o la fiebre amarilla. Aseguró que la aparición de la leishmaniasis visceral en Misiones es un preludio de la regionalización de dicha patología.

(26/03/09 -Agencia CyTA – Instituto Leloir / UNNE. Por Catriel López Acosta) – “La leishmaniasis se encuentra en expansión y se observa la carencia de una política sanitaria adecuada para su prevención y control”, aseguró a la Revista Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste, Jorge Osvaldo Gorodner, doctor en medicina de la Universidad de Buenos Aires y profesor titular de Infectología en la Universidad Nacional de Nordeste (UNNE).

“No debe extrañarnos que la leishmaniasis visceral haya llegado a Corrientes. Dicha patología se encuentra en expansión y se carece de una política sanitaria adecuada para su prevención y control”, afirmó Gorodner, quien también se desempeña como director investigador del Instituto de Medicina Regional y es secretario de Ciencia y Tecnología de la Facultad de Medicina de la UNNE.

La provincia de Corrientes se agrega hoy a la lista de comunidades que acusan la presencia de leishmaniasis visceral canina en su geografía médica en un marco particular: en la historia epidemiológica de esta enfermedad en la Argentina, desde inicios del siglo pasado hasta el 2006, se denunciaron 14 casos humanos en el país; y a partir de esa fecha hasta la actualidad, sólo la provincia de Misiones ha denunciado 40 casos con 4 decesos.

Recientemente en Corrientes se denunciaron 232 perros infectados –su reservorio más importante–, con 150, en Ituzaingó. Pero también 15 en la Isla Apipé, 20 en Villa Olivari, 20 en Virasoro, 23 en Santo Tomé, 1 en Paso de la Patria, 1 en Monte Caseros y 2 en Capital.

“Podríamos preguntarnos cual es la causa, y la respuesta es que se debe a múltiples factores, pero fundamentalmente a la falta de previsión sanitaria frente al riesgo de estas patologías del subdesarrollo y a una inadecuada acción operativa”, consideró.

Y aseguró que “en la medida que las patologías emergentes, reemergentes y nuevas, avanzan sin pausa, se observa que no existen programas de prevención atendiendo a presunciones de riesgo, vigilancia epidemiológica, como así tampoco coordinaciones técnicas seriamente establecidas con organismos idóneos; lo que torna la situación en preocupante por su futuro incierto”. “Sólo con prohibir la entrada de perros sospechosos de enfermedad oriundos de Misiones con destino a Corrientes, no se soluciona el problema”, sentenció.

Explicó que las contingencias determinadas por enfermedades infecciosas en permanente crecimiento, expansión y desafío por sus mutaciones genéticas y en muchos casos acompañada de inmunodeficiencias humanas, obliga a actuar “con absoluto rigorismo científico y tecnológico”.

Gorodner fue claro: “estas enfermedades entraron a nuestro territorio para quedarse”. Y aseguró que para ello cuentan con tiempo y recursos biológicos favorables. “El único camino es apelar a una introspección ética, requerir el aporte de especialistas indiscutidos en cada una de las ramas intervinientes y que a la vez formen recursos humanos con capacidad y habilidad para enfrentar este tipo de situaciones”, recomendó. Y sobre el cierre de su postulado sobre la enfermedad, alertó: “actuar en conjunto es de rigor. Lo contrario será incertidumbre”.