(23/02/09 -Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller) – De chico miraba las estrellas, desde la chacra de sus padres, en Villa Regina, Río Negro, el mismo lugar donde nació en 1959 y en donde pasaba sus vacaciones de verano.

Mientras crecía, en los ´60, Miguel San Martín siguió atentamente la carrera espacial que libraban los Estados Unidos y la Unión Soviética, y a medida que pasaba el tiempo, aumentaba su interés por la cohetería y las naves espaciales. “En particular, seguí muy de cerca el desarrollo de la misión Viking que, por primera vez en la historia, aterrizó exitosamente dos estaciones científicas en la superficie de Marte en 1976. Fue al seguir las peripecias de esa misión que me enteré de la existencia del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena (California)”, señaló a la Agencia CyTA San Martín quien en la actualidad se desempeña como ingeniero principal de guía, navegación y control del Laboratorio de Ciencia de Marte del JPL.

Desde 1985 el ingeniero electrónico argentino trabaja en el JPL, un laboratorio que se especializa en la exploración interplanetaria con sondas espaciales y que cuenta con seis mil empleados.

Antes de ser incorporado a la NASA estudió en la Universidad de Siracusa, estado de Nueva York, y posteriormente hizo un master en Aeronáutica y Astronáutica en el Instituto de Tecnología de Massachussets, en Estados Unidos.

-¿Qué proyectos lo han mantenido ocupado en la NASA?

Los más importantes en los que tuve una participación significativa fueron todos los relacionados con la exploración de Marte. Trabajé en la misión Mars Pathfinder que consistió en aterrizar una estación científica y un vehículo robótico Sojourner en forma exitosa sobre la superficie del planeta rojo en 1997. Esa fue la primera nave en visitar la superficie de Marte desde la misión Viking, protagonista de mis sueños de estudiante del secundario. Luego vino la misión Mars Exploration Rovers, que aterrizó sobre la superficie marciana a los vehículos robóticos Spirit y Opportunity en el 2004, y que todavía continúan explorando el planeta.

– Y, ¿en qué está trabajando en la actualidad?

Hoy en día, junto a un equipo de colegas, preparamos la próxima misión a Marte: el Mars Science Laboratory (MSL) que despegará desde Cabo Cañaveral en 2011. El MSL consiste de un vehículo robótico que representa un gran avance en su tamaño, complejidad, desempeño y habilidad científica. Su peso es de 900 kilogramos comparado con los 175 kg del Spirit y del Opportunity. Está alimentado de energía nuclear, y lleva 100kg de instrumentos científicos vs. 10 kg para Spirit y Opportunity.

-¿Cuál es su papel en estos proyectos?

Como ingeniero principal me encargo del diseño, implementación, y operación del sistema de guiado y control de la nave en su tres fases de la misión: Cruise es la travesía entre la Tierra y Marte, Entry Descent and Landing son los 6 minutos de “terror” cuando la nave entra en la atmósfera de Marte y tiene que frenarse usando una serie de elementos que incluyen paracaídas, radar y motores retrocohetes, entre otros dispositivos, y Surface es la operación del vehículo en la superficie de Marte.

-Y ¿cómo es que regulan todos esos pasos en forma sincronizada?

Para lograrlo dirijo a un grupo de ingenieros en el diseño de los algoritmos matemáticos que luego son convertidos en programas de computación que controlan a la nave automáticamente durante las fases ya mencionadas. Parte de nuestro trabajo es el análisis y la simulación del sistema para determinar su desempeño y así asegurarnos de su operación satisfactoria necesaria para el éxito de la misión.

-¿Cuáles son los objetivos del programa de investigación de Marte de la NASA?

Está orientado a determinar si alguna vez en el pasado, o presente, hubo vida en Marte. Por supuesto que no nos estamos refiriendo a vida compleja como plantas o animales pero sí vida a nivel microbiológico. La teoría es que hace miles de millones de años, Marte era un planeta más calido y húmedo, mucho más parecido a nuestra Tierra. La evidencia existe en las formaciones geológicas que parecen indicar que durante esa etapa ríos y lagos cubrían gran parte de la superficie de ese planeta. Como la presencia de agua estable es imprescindible para que se origine la vida, al menos el tipo de vida que se da en la Tierra, es posible que la vida haya surgido en Marte en aquel entonces. Por ese motivo, la NASA está a la búsqueda de evidencia de vida pasada o presente adoptando la filosofía de \”seguir al agua\”. Es decir, dado que el agua es esencial para la vida, la idea es de explorar áreas de Marte a fin de hallar evidencias que indiquen que en el pasado hubo ríos, lagos u océanos.

-Entonces ¿la búsqueda de agua es el criterio para elegir los puntos de aterrizaje?

Efectivamente, los lugares de aterrizaje para el Mars Pathfinder y el Spirit y Opportunity, fueron seleccionados para aumentar la probabilidad de detectar evidencia de agua en el pasado. El gran descubrimiento del Opportunity fue encontrar minerales que evidencian que donde aterrizó en Meridiani Planum, en el pasado existió un cuerpo de agua no muy profundo pero que permaneció por miles de años. Lamentablemente para la hipótesis de vida, la evidencia parece indicar que el agua de Meridiani fue muy acídica. Por otro lado, Spirit descubrió minerales en el cráter Gusev, que indican que hubo agua estable en el pasado pero de baja acidez y por lo tanto favorable para la vida.

-¿Cuáles han sido los descubrimientos más recientes?

Ahora que el Spirit y Opportunity han encontrado evidencia que Marte fue un planeta más húmedo en el pasado, con cuerpos de agua estable por miles de años donde la vida pudo originarse, la misión del Mars Science Laboratory tiene como objetivo buscar los otros elementos esenciales para la vida como son los compuestos orgánicos.

-Trabajar en misiones espaciales que ocurren en tiempos distintos a los de la vida cotidiana, ¿no altera su sueño?

En realidad, mi trabajo con el Sirit y Opportunity culminó principalmente con el descenso en Marte y no me tocó trabajar en las operaciones del vehículo robótico ya en la superficie. No sucedió lo mismo con algunos de mis colegas. Para preparar a esas personas el laboratorio consultó expertos en sueño. Es así que algunas de las recomendaciones como las de evitar la luz del sol durante el día fueron implementadas con el uso de persianas en las oficinas y anteojos oscuros cuando los operarios se trasladaban a sus casas durante el día terráqueo y la noche marciana. En mi caso, por suerte, no tuve que vivir y trabajar en horario marciano.

Miguel San Martín, ingeniero electrónico trabajando en la NASA.

Miguel San Martín