Con buenos resultados preliminares, plantas comerciales fueron alimentadas con nutrientes adicionales mediante la inoculación en la tierra de una variedad de hongo. La iniciativa es de investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste.

(21-11-08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir –UNNE. Por José Goretta) – Investigadores del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE) de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) realizan estudios para demostrar que el aporte de minerales específicos a las plantas mediante una vía natural que son los hongos micorrícicos puede resultar muy beneficioso.

Según Orlando Popoff, del Laboratorio de Micología del IBONE, el término “micorriza” hace referencia a la simbiosis hongo-raíz que es un fenómeno general en los vegetales y recordó que las micorrizas hasta mediados del siglo pasado eran consideradas excepciones, pero pronto se supo que casi la totalidad de las plantas verdes, con algunas excepciones, viven en simbiosis con hongos.

Hasta la fecha, Popoff y sus colegas han llevado adelante experiencias en yerba, en maní y actualmente en plantas medicinales, y aunque aún está en fase de laboratorio, algunos resultados preliminares ratifican la vialidad de esta técnica que utiliza hongos micorrícicos.

El método consiste en extraer hongos micorrícicos de la tierra, se los identifica y se los inocula o coloca en los plantines para que colaboren en la absorción de minerales de la tierra. Esos hongos aumentan varias veces la capacidad de absorción con respecto a la capacidad natural de las raíces de las plantas.

El problema principal consiste en hacer que esa técnica sea rentable, debido a la difícil producción y posterior manipulación del inóculo.

La acción de los hongos

Los investigadores explican que el principal beneficio de los hongos micorrícicos para las plantas verdes es que incrementan el área fisiológicamente activa en las raíces, aumentando notablemente la captación de agua y nutrientes como fósforo, potasio y calcio del suelo. También aumentan la tolerancia de las plantas a las temperaturas del suelo y acidez extrema causadas por la presencia de aluminio, magnesio y azufre.

Proveen protección contra ciertos hongos patógenos y nematodos e inducen relaciones hormonales que producen que las raíces alimentadoras permanezcan fisiológicamente activas por periodos mayores que las raíces no micorrizadas.

El hongo en tanto, recibe principalmente carbohidratos y vitaminas desde las plantas.

Los dos tipos más comunes, extendidas y conocidas son las ectomicorrizas y las endomicorrizas. La primera actúa sin entrar en el interior de las células y la segunda invade la raíz y penetra en el interior de las células del corte.

La colección de hongos

En el Laboratorio de Micología del Instituto de Botánica del Nordeste se desarrollan diversas actividades relacionadas con los hongos. La tarea principal, que le dio origen, es el estudio taxonómico de las especies del nordeste argentino y de regiones limítrofes. De esta forma, el laboratorio cuenta con aproximadamente 4500 ejemplares de hongos coleccionados principalmente en la región mencionada.

La finalidad de esta tarea es conocer la biodiversidad de hongos, o micobiota, existente en gran parte de nuestro país. De hecho, mucho se habla de la protección de los ambientes naturales, pero poco se conoce de los mecanismos necesarios para que estos sigan funcionando eficientemente, explicó Popoff.

En este sentido, los hongos son integrantes indispensables en lo que se refiere a la descomposición de toda materia orgánica, la cual vuelve a la tierra, por medio de la acción de los hongos, en forma de compuestos fácilmente accesibles para continuar con el ciclo del carbono.

“Conocemos a casi todos los grandes animales, a casi todas las plantas, pero poco sabemos sobre nuestra micobiota” dijo el profesional.