Es un mal que afecta a todo el mundo, sobre todo, en los países en desarrollo. El presidente de la Federación Mundial del Corazón, Shahryar Sheikh, señala que la prevención y la educación de la población son las principales herramientas para combatir la enfermedad cardiovascular. El especialista paquistaní, que se dedica a la cardiología desde hace 35 años, habló con la Agencia CyTA durante el Congreso Mundial de Cardiología realizado en Buenos Aires.

(23/05/08. Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo) – “En el campo de la prevención de la enfermedad cardiovascular se puede hacer mucho, y es reconfortante poder ver los resultados en la salud de las personas”, dijo Shahryar Sheikh, presidente de la Federación Mundial del Corazón, en una entrevista concedida a la Agencia CyTA durante su primera visita a la Argentina. Fue durante el Congreso Mundial del Corazón, que reunió en la ciudad de Buenos Aires a médicos, investigadores y creadores de políticas de salud provenientes de diferentes latitudes.

El especialista señaló que en la población mundial, que ronda los 6 mil millones de personas, se producen 50 millones de muertes por año. El 20 por ciento de los fallecimientos son causados por la enfermedad cardiovascular, que desencadena desde infartos de miocardio hasta accidentes vasculares cerebrales. “De los 18 millones de muertes causadas por ese mal, el 80 por ciento ocurre en países en desarrollo”, señala Sheikh, profesor de cardiología del Allama Iqbal Medical College y consultor del Doctors Hospital & Medical Centre, de Lahore, Pakistán.

“La enfermedad cardiovascular, que es la primera causa de muerte en todo el mundo, solía ser una enfermedad de los países ricos de Occidente hace 35 ó 40 años. Era un símbolo de status, solían verse afectados personas adineradas. Ahora todos los espectros se ven afectados, y la enfermedad golpea más en los países en desarrollo”, destaca el médico paquistaní, quien se dedica a la cardiología desde hace 35 años. Y enfatiza que es crucial que la población sepa que esa enfermedad puede prevenirse.

Riesgo anunciado

¿Por qué el estado del sistema cardiovascular se deteriora hasta el punto de enfermar? “Hay muchos factores relacionados con el estilo de vida, como la alimentación y la inactividad física. La gente se está mudando a vivir en grandes ciudades, y el cigarrillo es muy común entre los jóvenes. Los más afectados son los ciudadanos más pobres de los países más pobres”, describe. Otros factores son el problema de acceso a los medicamentos y los recursos limitados de los hospitales en esas sociedades.

Hacia 2025 se estima que habrá un 50 por ciento de aumento en la cantidad de personas con hipertensión arterial (HTA). “La presión sanguínea alta, como llamamos a la HTA, es el factor de riesgo más común en el mundo. En África, Europa o América latina, o donde sea, a los 50 años de edad, la mitad de la población tiene HTA. Y a partir de los 70 años, entre el 70 y el 80% de la gente la padece”, detalló el experto. Sucede que la gente está viviendo más tiempo, y cuanto más se vive, se registra una mayor incidencia de esa condición “silenciosa”, que está causada por la progresiva obstrucción de las arterias.

Un grave problema que desvela a los profesionales de la salud es que mucha gente no sabe de qué se trata la enfermedad cardiovascular ni sabe cómo prevenirla. “Por eso, ahora que conocemos las causas de esa enfermedad, queremos enfocarnos en las causas de las causas. Ahora sabemos que la falta de educación sobre la enfermedad y la condición de pobreza son dos problemas muy grandes”, dice Sheikh, quien se formó en los Estados Unidos para luego retornar a Pakistán, donde vive desde hace 25 años.

El especialista describió que en cualquier país hay tres grupos de personas. El público general que no tiene la enfermedad. El grupo denominado de “alto riesgo”, porque reúne diferentes factores de riesgo, como tener sobrepeso, nivel de colesterol alto, hipertensión (presión sanguínea alta), diabetes, antecedentes familiares y/o fumar. “El médico busca alcanzar al grupo con mayor cantidad de factores de riesgo, antes de que tenga un infarto”, destaca.

El tercer grupo es aquél integrado por las personas que ya tienen la enfermedad cardiovascular. “Debe recibir atención médica en el hospital y seguir un tratamiento, que es de por vida. No es como la fiebre, que dura pocos días”, señala.

Abaratar los costos y mejorar la adherencia

Hay varias novedades en el campo de la investigación. Una de ellas se presentó durante este último congreso mundial. La Federación Mundial del Corazón está trabajando en un proyecto que se llama ‘poli-píldora’ para pacientes que han tenido un infarto, que contiene tres medicamentos: aspirina, estatina y un inhibidor de la enzima convertidora de la angiotensina, que fue presentado durante el evento por un grupo de médicos españoles, liderados por el Centro Nacional de Investigación Cardiovascular de España.

“Si le dan a la gente cinco o seis píldoras por día, luego de un año, esté en Nueva York o Buenos Aires, el 50 por ciento dejó las medicaciones. Pasa en todas partes, por varias razones: son demasiados medicamentos, son muy caros, y cuando la gente comienza a sentirse bien, suele dejar el tratamiento”, dice Sheikh.

El propósito de la poli-píldora es que el paciente se adapte, esto es, que sea una pastilla fácil de tomar, y que no se deje de lado porque la persona se canse de tomarla. También, que el costo sea más bajo. “En la actualidad, si uno toma tres pastillas en los Estados Unidos, cuesta dos dólares por día. Pero con esta poli-píldora costaría dos dólares por mes. Mucho más barato”, señala. Y agrega que el costo más bajo sería de gran ayuda para los países en desarrollo. “Estamos muy entusiasmados con algunos de los resultados preliminares, pero aún falta más investigación. Esperamos que esté en uso en un año o dos”, dice.

El presidente de la Federación Mundial del Corazón señala que otra de las metas globales es promover la inversión en educación. “Por eso estamos promoviendo que los donantes internacionales se enfoquen en estos problemas, y no en la guerra. Educar a la población mundial sobre estos temas costaría 6 mil millones de dólares. Pero en la guerra de Irak, se gastaron tres billones de dólares estadounidenses”, criticó Sheikh.

Asimismo, contó que la organización que dirige está apoyando dos grandes campañas públicas de concientización sobre la enfermedad cardiovascular: el Día Mundial del Corazón”, que se celebrará el 30 de septiembre; y la otra, denominada “De rojo por las mujeres”, que tiene como meta hacer conocer que no es sólo un mal que afecta a los varones. “Si bien las mujeres viven más, tienen una alta incidencia de esta enfermedad”, destaca el experto.

Frenar la bomba de tiempo

Para Sheikh, hay dos mensajes fundamentales para los médicos y al público. Uno de ellos es que cuanto más baja es la presión sanguínea, tanto mejor. “Hace varios años, pensábamos que 15 de máxima y 90 de mínima estaba bien, pero ahora pensamos que 12 de máxima y 80 de mínima es el parámetro normal. La persona no tiene síntomas, entonces no se preocupa, y es como una bomba de tiempo”, destaca. Y el otro mensaje clave es que una vez que la persona está en tratamiento, no debe interrumpirlo por su cuenta. “El médico debe monitorear a su paciente y prestar atención a los grupos por edad y género”, dice.

En definitiva, la cuestión es trabajar en equipo. “El mensaje de que la enfermedad cardiovascular es un problema muy grave debe llegar a los médicos, a quienes diseñan las políticas de salud pública y a la población. Mueren diez veces más personas a causa de la enfermedad cardiovascular que las que mueren debido al sida, la tuberculosis y la malaria juntas. Pero la enfermedad del corazón, y su prevención, tiene mucha menos difusión”, concluye.

RECUADRO

UN CONGRESO A TODO CORAZÓN

(23/05/08. Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por L.G.O.) – El congreso mundial de cardiología se realiza cada dos años, organizado por la Federación Mundial del Corazón. Esta entidad tiene más de 190 sociedades y fundaciones miembros en todo el mundo. La misión es prevenir la enfermedad cardiovascular, especialmente, en países en desarrollo.

El congreso anterior se hizo en Barcelona y el próximo será en Beijing, China, en 2010. El objetivo principal es compartir los últimos conocimientos entre cardiólogos, cirujanos y profesionales de la salud en general, para actualizarse en diferentes áreas, como prevención, tratamiento e investigación científica. También se busca alentar a los jóvenes investigadores que provienen de diferentes países.

“La gran meta es hacer participar al público de cada país donde se hace el congreso. Por eso, siempre se organizan caminatas, monitoreos del estado de salud y charlas con la prensa. Queremos que el público sea consciente de que la enfermedad del corazón es la asesina número 1 en el mundo, sea en la Argentina o en cualquier otro lugar. La enfermedad cardiovascular y el infarto son la causa principal de muerte en el mundo”, enfatizó a la Agencia CyTA, Shahryar Sheikh, presidente de la Federación Mundial del Corazón.