Detectaron neuronas espejo en una especie de pájaros. Una investigación, realizada en una universidad estadounidense, revela que cuando un pájaro escucha el canto de otro, se activan algunas neuronas de la región del cerebro involucradas en el canto, aunque no emita sonidos. El estudio de esas neuronas, que también se han identificado en humanos y macacos, permitiría conocer mejor la comunicación que se establece entre los pájaros.

(10-04-08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – Es común que al detener la mirada sobre una persona muy cargada con peso, imaginemos y hasta sintamos dolor en la columna. Ahora se sabe que cuando vivenciamos eso, se están activando en nosotros, las mismas regiones del cerebro comprometidas en la persona observada. Estas neuronas que reflejan en uno, la acción del otro, se llaman neuronas espejo. Hasta la fecha, se habían detectado en macacos y en humanos. Ahora, un estudio publicado en la revista científica Nature de enero de 2008 revela que los pájaros también tienen neuronas espejo.

El trabajo, realizado por el doctor Richard Mooney y un equipo de neurobiólogos de la Universidad Duke, en Carolina del Norte, Estados Unidos, comprobó que las neuronas espejo auditivas de los pájaros sabaneros plataneros se activan cuando escuchan a otro pájaro cantar.

Mediante el empleo de registros que miden la actividad cerebral, los científicos observaron que la zona del cerebro, involucrada en el canto y la percepción sonora, que se activa cuando los pájaros cantan, también se activa cuando los mismos escuchan de forma pasiva, el canto de otros pájaros.

Según los autores del estudio, los resultados permitirán comprender mejor el modo en que se comunican los pájaros. Y dado que la estructura física del cerebro de los pájaros tiene algunas semejanzas con la de los humanos, el trabajo también puede ser un paso para comprender el lenguaje humano, no sólo desde el punto de vista de la teoría de la comunicación, sino también para saber, dentro del campo de la ciencia básica, cómo operan los circuitos cerebrales en determinadas enfermedades que deterioran el lenguaje y la comunicación.

Un poco de historia

Investigaciones previas basadas en mediciones con electroencefalogramas y empleando estudios por imágenes como resonancia magnética y tomografía computada, han demostrado que el simple hecho de ver las gesticulaciones de una persona hablando, activa en el observador, una serie de neuronas en la región de Broca, área del cerebro involucrada en la producción del habla, el procesamiento del lenguaje y la comprensión.

Las neuronas espejo se descubrieron en 1996, cuando investigadores encabezados por el doctor Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma, Italia, habían colocado electrodos en la corteza frontal inferior de un macaco para estudiar las neuronas especializadas en el control de los movimientos. Esas neuronas se activaban cuando el macaco agarraba algún objeto.

Durante el transcurso de ese estudio, de forma accidental, un investigador tomó una banana y en el cerebro del macaco – que estaba sujeto y a distancia -, se activaron las neuronas vinculadas con la acción de agarrar, pese a que en ese momento no se estaba moviendo. Se trataba de las neuronas premotoras, encargadas de preparar al organismo para una acción determinada.

A partir de ese hecho, los investigadores italianos descubrieron que los macacos tienen neuronas espejo, un tipo de neuronas que les permite reconocer –y sentir de forma simultánea- la acción que está realizando otro macaco o inclusive un ser humano.

Además, estudios realizados en el Departamento de Psicología del University College de Londres, Reino Unido, y también en otros centros de investigación revelan que las neuronas espejo se activan cuando una persona empatiza con otra.

En ese sentido, el neurólogo británico Oliver Sacks, del hospital Bet Abraham de Nueva York y autor de varios libros que tratan temas relacionados con trastornos de la mente, en una entrevista publicada en Página 12, opinó que ese tipo de neuronas “nos garantizan que si, por ejemplo, vemos a alguien quebrarse un brazo, nuestras neuronas espejo se disparan y eso hace que sintamos algo del dolor que experimenta esa persona”. Asimismo, Sacks sostiene que esas neuronas son algo defectuosas en quienes sufren autismo. “Existen personas que pueden ser intelectualmente brillantes, pero que no tienen la capacidad de imaginarse otros estados de la mente fuera del suyo”, sostuvo el neurólogo británico en la citada nota.