El próximo 23 de marzo se celebra el Día Metereológico Mundial, elegido para destacar el rol de las ciencias que estudian la atmósfera y su influencia en el clima mundial. En la reunión internacional sobre cambio climático que tuvo lugar en Indonesia, se hizo hincapié en la necesidad que tienen los países en desarrollo en actualizar sus equipos y en capacitar los recursos humanos que interpretan sus resultados.

(19/03/08 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – La velocidad del viento y la predicción del tiempo y la humedad en el ambiente son sólo algunos de los múltiples fenómenos que estudia la meteorología. El próximo 23 de marzo se celebra el Día Meterológico Mundial y los expertos en ese campo destacan la importancia de que exista colaboración entre países para vigilar la atmósfera terrestre y su interacción con los océanos, el clima y los recursos hídricos.

El día fue elegido en conmemoración de la entrada en vigor, hace 68 años, del convenio que permitió la creación de la Organización Meterológica Mundial (OMM). “El tiempo, el clima y el agua influyen sobre prácticamente todos los aspectos de la vida. El público y las instancias decisorias están cada vez más preocupados por la creciente degradación del medio ambiente, por los desastres naturales cada vez más frecuentes, así como por las previsiones relativas al cambio climático y sus consecuencias para la supervivencia y el bienestar del ser humano”, destaca un informe de la OMM.

El documento remarca la necesidad de que las sociedades tomen conciencia del progresivo agotamiento de los recursos naturales, como el agua, los bosques, el aire y los combustibles fósiles, a causa de las actividades del ser humano que inciden de manera negativa en el ambiente.

Para ello, es fundamental tener información sobre el impacto del ser humano en el ambiente. Desde hace más de 150 años, expertos en diferentes campos de la meterología se han dedicado a recabar de manera sistemática “información fidedigna, oportuna y de calidad controlada sobre el tiempo, el clima, el agua dulce y los océanos”.

En la actualidad, hay estaciones “detectives” que estudian el clima y sus variables en todo el mundo, incluso en ambientes extremos como en los océanos, en las montañas y hasta en el espacio. Esa información es clave para la vida cotidiana. En las ciudades, los habitantes tienen el pronóstico del tiempo actualizado hora a hora. Y cada vez son más importantes los modelos computacionales para hacer proyecciones sobre los cambios climáticos causados por el calentamiento global.

Antecedentes

Los sistemas actuales de observaciones meteorológicas coordinadas y realizadas a escala internacional tienen varios antecedentes. Uno de los más importantes es la primera red internacional creada en1654 en Italia, que estaba integrada por once estaciones ubicadas en distintos países de Europa, según informa un comunicado del Servicio Metereológico Nacional de Argentina.

En 1780, la Sociedad Meteorológica Palatina de Mannheim, en Alemania, creó una red de 39 estaciones, 37 en Europa y 2 en América del Norte. En 1853 hubo una reunión clave para el desarrollo de este campo: se realizó la Primera Conferencia Meteorológica Internacional en Bruselas, Bélgica. Veinte años después, se realizó el Primer Congreso Meteorológico Internacional, en Viena, Austria. Allí mismo se creó en 1873, la Organización Meteorológica Internacional, predecesora de la actual Organización Meteorológica Mundial.

En nuestro país, Domingo Faustino Sarmiento en 1872, durante su presidencia, creó la Oficina Meteorológica Argentina que funcionó en dependencias del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública y que fue la predecesora del actual Servicio Meteorológico Nacional.

El 11 de octubre de 1947, se realizó en Washington, la Reunión de Directores de Servicios Meteorológicos, con participación del Ingeniero Alfredo G. Galmarini, en representación de la Argentina. Allí se firmó un Convenio para crear la actual OMM, que entró en vigor el 23 de marzo de 1950.

En 1951, se asignó a la OMM el carácter de Organismo Especializado del Sistema de las Naciones Unidas para la meteorología (tiempo y clima), la hidrología operativa y las ciencias geofísicas conexas.

En mayo de 2007 se creó el Sistema Mundial Integrado de Observación (WIGOS, por sus siglas en inglés) para compartir la información recabada en diferentes países. Uno de los objetivos es contribuir a “la reducción de los riesgos propios de los desastres naturales, en especial, los relacionados con la adaptación al cambio climático”.

Pocos meses después, en diciembre de 2007, hubo un llamado de atención sobre la necesidad de actualizar los sistemas de observación terrestre. Durante la Conferencia de las Partes del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático realizada en Indonesia, según informa el comunicado del Servicio Metereológico Nacional, “muchos países en desarrollo, vulnerables a las consecuencias del cambio, están ya experimentando serias dificultades no sólo para ampliar, sino también para mantener sus redes de observación, y requieren asistencia técnica y apoyo para acrecentar sus capacidades en ese campo”.

No por nada el lema del día mundial de la meteorología en 2008 es: “Observar nuestro planeta para un futuro mejor”.