Un estudio realizado en Estados Unidos revela que los científicos se muestran más preocupados que el público lego por los potenciales riesgos que implica el desarrollo de la nanotecnología. Abundan los miedos y escasea la información.

(03-12-2007. Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Alejandro Manrique) – Los desconocidos impactos de la nanotecnología sobre el ambiente y la salud humana preocupan más a los científicos que al público en los Estados Unidos. Esta conclusión surge de un reporte publicado en la revista “Nature Nanotechnology” del 25 de noviembre.

El trabajo se basa en una encuesta telefónica a más de 1000 hogares y un muestreo entre 360 científicos e ingenieros expertos en nanotecnología. Según el estudio, los más especializados en esa área no están seguros de cuáles serían los problemas ambientales y de salud que podría provocar el empleo de esa nueva tecnología.

La nanotecnología se usa extensivamente para definir a las ciencias y las técnicas que se aplican a un nivel de nano-escala, de una mil millonésima de metro, esto es, medidas extremadamente pequeñas que permiten la manipulación de estructuras moleculares y atómicas.

La disciplina tiene condiciones promisorias para desarrollar aplicaciones, que van desde los materiales para combatir microbios y pequeñas sondas para escudriñar células humanas hasta las más poderosas computadoras y láser. Entre los productos en lo que esta tecnología ha contribuido a desarrollar o mejorar están las pelotas de golf, las raquetas de tenis y los contenedores que evitan que los alimentos almacenados sean atacados por microbios.

De acuerdo con las visiones más apocalípticas, la nanotecnología implica varios riesgos potenciales, como por ejemplo: los desequilibrios económicos debido a proliferación de productos baratos, su uso por parte de criminales o terroristas, las restricciones excesivas de la libertad personal, el desequilibrio social por nuevos productos o formas de vida, los daños ambientales derivados de productos no regulados y la falta de una legislación adecuada.

Vacío de información

“Los científicos no dicen que existan problemas”, expresa el autor líder del estudio, Dietram Scheufele, profesor de Comunicación y Periodismo de Ciencias de la Vida de la Universidad de Wisconsin-Madison, Estados Unidos. “Lo que están diciendo es que no saben las áreas donde se necesita más investigación”, explica.

Esta conducta contrasta marcadamente con las controversias que se generaron en el pasado con el advenimiento de tecnologías como la energía nuclear y los alimentos genéticamente modificados, con las que los científicos percibieron menos riesgos que el público.

Sobre esto último, Scheufele dijo que “existen dos áreas (de las aplicaciones nanotecnológicas) que preocupan a los científicos más que al público general, el impacto en el ambiente y sobre la salud humana”.

Según el investigador, el hecho de que la nanotecnología se haya instalado recientemente en la discusión pública, sumado a que los medios aún no le prestan demasiada atención, hace que la información sobre el tema sea todavía escasa.

Los reparos de los científicos

Si bien los científicos se manifestaron optimistas acerca de los beneficios potenciales de la nanotecnología, expresaron mucha preocupación sobre la polución ambiental y los nuevos problemas de salud relacionados con la tecnología.

El reporte indica que un 20 por ciento de los científicos que respondieron a la encuesta manifestaron una inquietud sobre las nuevas formas de contaminación que acarrearía la nanotecnología, mientras que solamente un 15 por ciento del público percibió este problema.

Los posibles problemas de salud marcaron los más altos índices de preocupación de los científicos: más de un 30 por ciento piensa que la salud humana podría estar en riesgo por la nueva tecnología, frente a un 20 por ciento del público que expresó temores en ese aspecto.

El tema que más preocupó al público norteamericano, de acuerdo con el reporte, fue la eventual pérdida de privacidad causada por los nuevos adminículos de vigilancia y la pérdida de puestos de trabajo. Estos factores, en cambio, no inquietaron mayormente a los científicos.

Scheufele destacó que si bien los científicos se preocupan por los riesgos de la nueva tecnología sobre el ambiente y la salud humana, no tienen la suficiente habilidad para generar un debate en el público. “Los científicos tienden a considerar la comunicación como una actividad extra, ya que no trabajan con sus pares en el ámbito social ni con grupos de interés que puedan llegar al público”, expresó.

“Hasta el momento los medios masivos han centrado al tema de la nanotecnología desde el punto de vista de los beneficios económicos y los avances científicos. En otras palabras, hubo poca o nada de cobertura de los riesgos que rodean esas innovaciones científicas”, advierte Scheufele.

Sin embargo, establece el reporte, la buena noticia para los científicos es que de todas las fuentes de información sobre nanotecnología, ellos son los más respetados y en los que más confianza deposita el público.

“Creo que el público desea saber más. Las aplicaciones están allí y esa brecha en la información debe abordarse”, advirtió Scheufele. La solución pasa por “impulsar un verdadero diálogo con todos los sectores sentados a la mesa, es decir, científicos, dirigentes y grupos de interés. Es un momento perfecto para ese diálogo, hay una tremenda oportunidad para que los científicos se comuniquen con un público que confía en ellos”, concluyó.