(04/12/2007. CyTA-Instituto Leloir-María Cristina Chaler) – Un adulto normal de alrededor de 77 Kg. posee 1,250 Kg. de calcio mientras que un recién nacido tiene sólo 25gr. de este elemento.

El 99 por ciento del calcio se encuentra en los huesos y el resto dentro de la célula (zona intracelular), fuera de ella (zona intersticial) y entre los vasos sanguíneos (zona ínter vascular).

Los requerimientos alimentarios de calcio no son siempre iguales sino que dependen del ciclo de vida. Durante el crecimiento, el embarazo y la lactancia se necesita una ingesta diaria mayor.

Por ejemplo:

  • Lactante: de 350 mg a 550mg / día
  • Niños: de 1 a 10 años 800mg / día
  • Pre y pospúberes: 1200mg /día
  • Adultos: 800mg por día
  • Embarazadas y en período de lactancia: 1200 mg /día
  • En general después de los 45 años hay una caída del balance de calcio que se hace más notable en la mujer que en el hombre. Esta caída suele ser de un 5 por ciento cada 10 años, y es la precursora de la osteoporosis.

    El sutil equilibrio está presente

    Las sales de calcio forman parte de la estructura de los huesos; este ión, interviene en múltiples reacciones metabólicas, incluyendo la excitabilidad nerviosa, regulación de hormonas y de enzimas y en la coagulación sanguínea. También tiene la capacidad de bajar los niveles de colesterol en sangre.

    Para mantenerse saludable es importante que la concentración de calcio en el plasma (calcemia) no varíe más del 3 por ciento.

    Este elemento se puede encontrar dentro del organismo en forma libre, unido a proteínas o formando sales estables no ionizables.

    La constancia del calcio libre da la idea de un buen equilibrio de la salud (homeostasis), ya que en su mantenimiento se involucran una serie de hormonas, entre ellas las paratifoideas, las de crecimiento, las tiroideas, los glucocorticoides y los andrógenos que participan en la formación de los huesos, los estrógenos, la vitamina D y la calcitonina.

    Los huesos representan un reservorio de calcio, que en el caso de mala nutrición aportan el déficit, lógicamente en detrimento de la salud ósea.

    La absorción de calcio depende de que haya una alimentación adecuada. Cuando la dieta se empobrece aumenta la eficiencia de la absorción del mismo para compensar la deficiencia.

    El contenido normal de calcio en plasma es de 10 mg /dl o (sea 100 mg /l) de los cuales 4,5 mg están unidos a proteínas, y de los 5,5 mg restantes 0,5mg está en forma de sales y 5 mg como calcio libre.

    La absorción de calcio se produce en el intestino en la zona del duodeno, principalmente, y en la primera porción del yeyuno (segunda porción del intestino delgado de los mamíferos, situada entre el duodeno y el íleon). Con una ingesta diaria de alrededor de 800 mg a 900 mg se absorbe cerca del 30 por ciento.

    Hay factores dietarios que favorecen o entorpecen la absorción de este ión; una dieta abundante en cítricos, por ejemplo, la mejora.

    La excreción es necesaria para mantener el balance de este ión. Un adulto elimina alrededor de 300 mg / día. Se elimina por tres vías: materia fecal, orina y sudor.

    El déficit de calcio en plasma se denomina hipocalcemia y se puede deber a problemas de hipotiroidismo, renales, déficit de vitamina D o mala alimentación prolongada. La hipocalcemia suele provocar tetania o contractura sostenida de la musculatura.

    La hipercalcemia suele darse por hipertiroidismo, o bien como consecuencia de la presencia de algunos tumores malignos.

    El alimento que más calcio posee es la leche y los productos lácteos, también lo contienen los vegetales en general y las sardinas con espinas.

    Cuanto más conozcamos mejor nos alimentaremos y viviremos mejor.