Se festejó el primer medio siglo del Instituto Nacional de Tecnología Industrial, una organización clave para el desarrollo y transferencia de conocimiento tecnológico al conjunto de la sociedad. Balance institucional y proyectos a futuro.

(21/11/2007 – Agencia CyTA-Instituto Leloir) – En un clima relajado y de gran optimismo el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) festejó hoy –21 de noviembre– sus primeros 50 años en una enorme carpa blanca montada para la ocasión, en la sede central en el partido bonaerense de San Martín. El ingeniero Enrique Martínez, presidente de la entidad, afirmó: “Una meta ambiciosa que nos proponemos es lograr una integración en la sociedad similar a la que tiene la escuela, el hospital o el juzgado. Son instituciones con las que se mantiene una relación funcional. La idea es que quien tenga un requerimiento productivo pueda acudir a este instituto, queremos ser reconocidos institucionalmente por la sociedad”.

Para la ocasión, Martínez repasó la historia de la institución y fijó objetivos para el futuro. La idea de que el INTI debe brindar un servicio público a la comunidad se afincó fuertemente después del estallido de diciembre de 2001.

Desde su creación, a fines de la década del 50, el instituto pasó por dos etapas que marcaron fuertemente su desarrollo. Hasta el golpe de Estado de 1976 jugó un rol muy activo en la etapa de pujante industrialización que se estaba desarrollando a nivel nacional. Pero con la dictadura militar comenzó un proceso de persecución ideológica, recorte de financiamiento y congelamiento de personal ingresado a planta.

El desfinanciamiento del INTI continuó durante la gestión del ministro de Economía Domingo Cavallo, durante las presidencias de Carlos Menem. Por muchos años no ingresaron investigadores al instituto, lo que generó un escaso recambio generacional, que dificultó la continuidad de los planteles de investigación.

“Somos un servicio público de generación y transferencia de tecnología industrial. Siempre fue así, pero las políticas públicas a veces estimularon y muchas veces postergaron al INTI hasta lo intolerable”, señaló Martínez.

Para el presidente del INTI, los objetivos primordiales son atender las demandas expresadas por el Estado y la industria, y también brindar elementos para que los ciudadanos estén informados sobre la tecnología y puedan tomar decisiones más responsables en su vida cotidiana.

Emprendimientos variados

En la actualidad, el INTI cuenta con dependencias distribuidas en distintas provincias, dedicadas a la generación y transferencia de tecnología en las más variadas áreas industriales. En sus instalaciones se puede hallar a ingenieros trabajando en componentes de una sonda espacial, a químicos abocados al desarrollo de métodos para descontaminar aguas vertidas o a especialistas dedicados a optimizar el espacio de trabajo en una fábrica recuperada en proceso de reactivación.

Todo eso y mucho más se mostró en vivo y en directo en la enorme carpa montada para el festejo. En uno de los sectores, las paredes de lona exhibían pósters, ladeados por los especialistas, en los que se explicaban los numerosos proyectos en los que está involucrado el INTI. Por ejemplo, la fabricación de autoclaves –a cargo de Carlos Soulé, coordinador de la Unidad Técnica de Desarrollo y Transferencia de Tecnología en Mar del Plata- que son equipos de bajo costo que permiten la esterilización comercial de los envases de conservas alimenticias y que pueden ser utilizados en microemprendimientos.

Otro proyecto, a cargo de Alicia Ester Gutiérrez, coordinadora del Sector “Miel y otros productos de la colmena”, consiste en la evaluación de laboratorios con los cuales trabajan los distintos apicultores y también las empresas que fabrican miel. “Si los laboratorios tienen un desempeño técnico adecuado reciben el aval del INTI. En ese caso los productores saben dónde acudir”, destaca la especialista.

Dentro de las áreas temáticas expuestas, el Centro de Electrónica e Informática mostró una variada gama de los proyectos de investigación y desarrollo que llevó a cabo. Así, se pudieron ver, entre otras cosas, innumerables medidores y sensores de variables físicas y químicas que se usan a diario en los procesos industriales.

Estos dispositivos tienen una amplia aplicación en las empresas vinculadas con actividades como alarmas, automatismos, aplicaciones de audio y TV, climatización, equipos médicos, identificación para seguridad, electrónica industrial, seguridad en el tráfico, simuladores de vuelo y telemedicina.

Al respecto, el ingeniero Salvador Tropea, perteneciente a dicho centro, explicó que “es enorme la variedad de clientes que vienen para asistencia técnica y consultas referentes a equipos industriales que tienen que instalar, poner a punto o certificar para poder vender en el mercado”.

Sobre esto, es interesante destacar que los equipos y productos con capacidad exportadora que se certifican en el INTI, tienen una inserción asegurada en el mercado regional (MERCOSUR) e internacional (con preferencia en la Unión Europea). El estado del sector y la normativa que lo rige, están en buena posición y contribuyen a la mejora y eficiencia de la competitividad de la economía argentina.

Saber cómo

En lo referente al compromiso con la comunidad, Martínez destacó el significado del Certificado de Compromiso Social Compartido otorgado por el INTI, que consiste en estándares para cuidar tanto a los trabajadores como al ambiente de trabajo en el proceso productivo. Esta iniciativa –impulsada tras el trágico incendio en un taller textil clandestino el año pasado en el barrio porteño de Caballito– pone énfasis en que el consumidor comience a validar los productos no sólo por su apariencia final, sino también por el trabajo involucrado en su consecución, algo que permitirá evitar situaciones como las del trabajo esclavo. Este certificado esta siendo solicitado en la actualidad por el Ministerio de Defensa de la Nación a los proveedores de indumentaria para su personal.

En otro sector de la carpa, pequeños productores que integran la Red de Apoyo Popular del INTI hacían conocer sus emprendimientos. Esta red desarrolla programas que están relacionados con el autoabastecimiento básico de la comunidad, como programas alimentarios y producción comunitaria de alimentos. Asimismo, ofrece asistencia técnica, financiera y capacitación a microemprendimientos en fase de implementación y a empresas cooperativas.

Un ejemplo claro del apoyo que brinda esta red lo mostró la fábrica de alfajores artesanales “Porteñitos” que funciona en el barrio de La Boca. Inicialmente las mujeres del emprendimiento cocinaban el glasé con clara de huevo y azúcar, algo que puede llegar a generar salmonela, una bacteria que afecta la salud. Los técnicos del INTI aconsejaron utilizar otro tipo de sustancia, fabricada por la cooperativa Vieytes. “Estamos muy contentos con la ayuda que nos brindó el INTI y con el trato que mantienen con nosotros, de respeto y cuidado”, cuenta Cristina Mangravida, integrante de esa organización barrial.

Otro caso es el de la Fábrica de Globos “La Nueva Esperanza” que desde 2004 se convirtió en una empresa recuperada pos sus trabajadores y se especializa en la fabricación de globos. Sergio Menes, uno de sus trabajadores afirma : “El INTI nos supervisa en la administración de los recursos, nos asesora en tema vinculados con marketing, costos y ventas, entre otros temas. También hicimos un trabajo de impacto ambiental ya que trabajamos con productos químicos que son insalubres”.

El acto de apertura finalizó con un promisorio acuerdo firmado entre Martínez y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, para crear Unidades Productivas que sirvan de escuela a operarios, técnicos y gestores. La idea motriz de este proyecto es generar la capacidad del “saber cómo” de los procesos productivos. “No podemos dejar de ocuparnos del 30 por ciento de personas que quedaron fuera del mercado de trabajo, y sabemos que pueden estar adentro. El derecho al trabajo es un derecho inalienable”, afirmó Martínez.