La puesta en marcha de un centro que oficiará de cuna para el desarrollo de empresas biotecnológicas ya es un hecho. El Instituto Leloir lo anunció de manera oficial en un acto presidido por Daniel Filmus, titular del ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, al que adhirieron las principales autoridades nacionales del sector. Filmus destacó que la iniciativa está en sintonía con las preocupaciones que su cartera tiene “respecto del desarrollo y el crecimiento del país, en lo que hace al aporte que el conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación tienen que brindar a la sociedad”.

(04/10/07-Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Claudia Mazzeo) – Con la participación de más de un centenar de personas –entre ellas Tulio del Bono, Secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, y Lino Barañao, presidente del ANPCYT–, y otras importantes autoridades del área de ciencia y técnica, investigadores, docentes universitarios y empresarios innovadores, se realizó la presentación en sociedad del proyecto para la creación del Centro para el Desarrollo de Nuevas Empresas en Biotecnología.

El emprendimiento, que es obra del Instituto Leloir y su oficina de transferencia tecnológica, Inis Biotech, cuenta con el respaldo oficial de la secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, el que a través de la Dirección Nacional de Programas y Proyectos Especiales comprometió su apoyo, por medio de un subsidio.

El centro que ya está en construcción funcionará a pocos metros del Instituto Leloir, frente al Parque Centenario, en pleno centro geográfico de la ciudad de Buenos Aires, y próximo a otras instituciones del área de salud como los Hospitales Naval, Durán y Marie Curie, y empresas farmacéuticas como Craveri con las que la institución ya realiza proyectos de investigación y desarrollo.

El nuevo centro tiene por objeto facilitar a los emprendedores biotecnológicos la incubación de sus proyectos, ofreciéndoles un espacio físico, asesoría en temas como comercialización y protección de la propiedad intelectual, y otros elementos, que faciliten el a veces difícil pasaje de una idea a una empresa consolidada.

El valor del conocimiento

“Tras 60 años de dedicarnos a hacer ciencia de primer nivel es para mí un honor y una alegría anunciar este emprendimiento, que nos coloca de lleno en el área de las aplicaciones tecnológicas”, expresó el doctor Armando Parodi, presidente de la Fundación Instituto Leloir (FIL).

“Hace dos años compramos un terreno al lado del Instituto y fundamos Inis Biotech, entidad cuyos eventuales beneficios económicos van a ir en beneficio de la Fundación”, dijo Parodi, que es Investigador Superior del Conicet. “La idea es no depender únicamente de subsidios del estado sino de nuestros propios descubrimientos para poder financiar las investigaciones en biología que hacemos”, agregó.

Parodi dijo asimismo que la compra del terreno significó una inversión importante para la FIL, y recordó que “cuando se nos estaban acabando los fondos llegó la mano generosa del secretario de Ciencia y Tecnología que nos ha dado una gran ayuda para poder poner en funcionamiento los laboratorios de desarrollo biotecnológico”.

El doctor Osvaldo Podhajcer, por su parte, investigador de la FIL, afirmó que la creación del centro “tiene por fin gestionar la transferencia de los conocimientos producidos por la institución, con objetivos industriales, comerciales y sociales”. “En definitiva lo que queremos es que los productos que se puedan generar en el ámbito de esta institución lleguen a la sociedad”, enfatizó.

Los planos del centro delimitan dos plantas de 400 m2, que funcionarán como housing de nuevas empresas. “La FIL está dispuesta a ofrecer la infraestructura acumulada a lo largo de los últimos 60 años para que este cambio tecnológico que se está visualizando en el país pueda ser aprovechado por aquellos nuevos emprendimientos que quieran alojarse en este centro”, dijo Podhajcer, que es investigador principal del Conicet.

El especialista advirtió que: “De algún modo estamos cambiando un paradigma, instalando una visión quizás continuadora de la que hasta ahora ha prevalecido en la ciencia argentina y aún dentro de la misma FIL, según la cual la investigación consiste en transformar dinero en conocimiento. De acuerdo con el nuevo modelo, la innovación consiste en transformar el conocimiento generado intramuros en dinero”, indicó.

Refiriéndose al nuevo centro, Podhajcer añadió que “este emprendimiento será más que bienvenido en un país como Argentina, en el que apenas el 31% de sus exportaciones es de origen industrial, y donde no más del 7% de ese porcentaje incluye un verdadero aporte tecnológico”.

Punto de inflexión

Por su parte el ingeniero Oscar Galante, director de Programas y Proyectos Especiales de la SeCyT indicó que “estamos acompañando una propuesta que nos enorgullece y a la que le vemos grandes posibilidades y proyecciones de futuro”. “Creo que en este caso se han alineado los planetas y cada uno brindó su esfuerzo y lo puso en la órbita necesaria para que, achicando los tiempos de resolución de la burocracia, en poco tiempo se haya podido dar curso a esta iniciativa”, señaló Galante.

El especialista agregó que, junto con la Dirección General de Tecnología de la Ciudad de Buenos Aires, se buscará fortalecer la labor de las empresas que se incuben en el nuevo centro mediante diferentes acciones, como los programas de tutorías, iniciativa a la que se sumará también el programa BIOPYMEs, del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

“Creo que junto con otros proyectos, éste marcará un punto de inflexión para nuestro sistema científico tecnológico”, subrayó Galante.

Filmus indicó que “esta iniciativa va al centro de las preocupaciones que nosotros tenemos respecto del desarrollo y el crecimiento del país, en lo que hace al aporte que el conocimiento, la ciencia, la tecnología y la innovación tienen que brindar a la sociedad”.

El ministro opinó que: “Al tomar el conocimiento como una herramienta para el crecimiento, necesariamente se logra una distribución mucho más equitativa de los recursos”.

“Cuando visitamos el Instituto Max Planck (red de institutos de investigación científica en Alemania) sus autoridades hicieron hincapié en cuántos puestos de trabajo había ayudado a crear esa sociedad”, contó Filmus. En ese mismo sentido recordó que un año atrás, cuando Negroponte (investigador del MIT, Instituto de Tecnología de Massachussets, y autor de la iniciativa “una laptop por chico”) visitó la Argentina para discutir el tema de las computadoras portátiles y presentó el MIT, afirmó que la suma de todas las empresas creadas por ese instituto de investigación norteamericano equivale a la economía número 26 del mundo.

Asimismo, Filmus destacó que, “es importante que la sociedad en su conjunto pueda observar los beneficios que aporta la ciencia; eso, en parte, va a garantizar la continuidad de está línea de pensamiento, más allá de las autoridades de turno”.

Por otra parte, el ministró expresó que ninguna de las medidas que se toman en las áreas de educación, ciencia y tecnología ofrecen resultado inmediatos. \”Al país le hacen falta más ingenieros, y su formación lleva poco más de 12 años, pero si no empezamos hoy, no lo vamos a tener nunca. De igual modo, el nuevo centro para la formación de empresas biotecnología probablemente recién de sus frutos en una década. Para obtener resultados, “es necesario cierta coherencia, y políticas de estado que permitan seguir avanzando”, concluyó.