(23-10-07. Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Bruno Geller)-.El doctor en física Rodolfo Pregliasco, investigador del CONICET y miembro del Grupo de Física Forense del Centro Atómico Bariloche, colabora con sus conocimientos científicos en la resolución de casos judiciales. Trabajó como perito para esclarecer los asesinatos de Teresa Rodríguez, –muerta por un balazo durante la represión a las puebladas de Cutral-Có y Plaza Huincul hace diez años– y de Maximiliano Kosteki –fusilado en Avellaneda, en 2002–. En la entrevista concedida a CyTA Pregliasco cuenta qué aportes puede realizar la ciencia en el campo de la justicia.

-¿Qué es la física forense?

La física forense consiste en aplicar los métodos de la investigación en física para aportar en una discusión judicial. El adjetivo “forense” se refiere al “foro” judicial.

-¿Qué participación tiene en casos judiciales?

Nosotros entramos como peritos. Los peritos son “testigos expertos”, es decir, examinan las evidencias presentadas en el expediente y testimonian lo que se puede deducir con esos datos. Se nos llama testigos porque elaboramos lo que se extrae de los datos. Pero toda reconstrucción puede estar mejor o peor fundamentada, y puede ser muy comprensible o impenetrable. Por eso el juez es el que siempre tiene la última palabra. El éxito de un planteo nuestro es que el juez se convenza y lo tome como una idea propia para fundamentar su fallo.

-¿Podría dar un ejemplo de algunos casos en los que trabajó? ¿Qué técnicas usó y de qué modo el análisis de las evidencias influyó en las resoluciones de los casos?

El segundo caso en el que trabajé fue el de Teresa Rodríguez. Lo hice junto con Ernesto Martínez, un pionero de la física forense en el país. Desarrollamos una técnica nueva que consiste en ubicar el origen de un disparo a partir del registro de audio hecho por un camarógrafo. Nos dimos cuenta de que en la distribución de ecos de un disparo se encuentra la información del lugar del que proviene. Lo difícil fue desarrollar métodos para identificar ese lugar. Posteriormente, aplicamos esta misma técnica al caso de la muerte de Maximiliano Kosteki, en Avellaneda, donde también pudimos identificar el grupo de personas que estaba disparando cuando Kosteki recibió el impacto fatal.

-¿En qué otros casos trabaja?

En lo cotidiano trabajamos haciendo reconstrucción de accidentes de tránsito y evaluando distancias de disparo. Parte del atractivo de la física consiste en que nos entrena para integrar una gran cantidad de detalles y que podemos aprender un tema nuevo con cierta velocidad. Aquí en Bariloche hicimos un estudio de la avalancha del Cerro Catedral del 2000, donde murieron dos empleados que conducían los pisanieves. Y ahora estamos trabajando con el grupo en el estudio de la telecabina Amancay que se cayó en el Cerro Catedral. Fue un accidente sin consecuencias, pero es muy importante entenderlo para que se haga justicia y para mejorar los sistemas de control y mantenimiento. Además estoy trabajando en dos causas federales. Una de ellas es el juicio que se lleva a cabo en Rawson sobre la masacre de Trelew de 1972. El otro tiene que ver con dos muertes que hubo en Avenida de Mayo y Bernardo de Irigoyen el 20 de diciembre de 2001 en aquella movilización que marchó desde el Congreso hacia la Plaza de Mayo.

-¿Cómo fue que empezó a trabajar en este campo?

Por pura pasión. Lo conocía a Ernesto Martínez porque realizábamos juntos una actividad en pedagogía, pero luego de trabajar en el caso de Teresa Rodríguez, dejé todo y me fui a trabajar con él. Sucede que la física que aparece en los casos no es una física de segunda categoría, son preguntas de lo más profundas e interesantes. En todos los casos en que trabajamos terminamos aprendiendo cosas nuevas, aplicando técnicas interesantes y produciendo conocimiento en nuestra área. Creo que manteniendo una buena actividad de investigación, los casos judiciales son un enorme estímulo que pone en juego el conocimiento y que funciona como inspiración para desarrollar mejores técnicas. La física aplicada puede hacer aparecer puntos de vista que ni se nos hubieran ocurrido antes de un caso, por ejemplo.

-¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Siempre me gustó MacGyver, nuestro trabajo es un poco eso. Y nuestra Victorinox es todo lo que aprendimos en nuestra facultad y en el doctorado. Es sorprendente ver la utilidad de las capacidades que se desarrollan en el entrenamiento de un científico. Un aspecto que me gusta de esta actividad es que es una manera de huir de la especialización. Si bien no nos dedicamos inespecíficamente a cualquier cosa, lo que se esconde detrás de una nueva causa siempre es una sorpresa.