(19/9/07 – Agencia CyTA-Instituto Leloir. Por Laura García Oviedo)-. Daniel Mac-Lean es guardaparque especializado en aves y desde hace nueve años trabaja en la Dirección de Administración de Áreas Protegidas del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia de Buenos Aires. Tiene bajo su cargo la Reserva Natural Arroyo Zabala, en la zona costera de Necochea y San Cayetano. Parte de su misión es ayudar a conservar las especies en peligro, como el cauquén colorado.

-En el pasado se consideraba al cauquén colorado como una plaga, esa mirada, ¿ha cambiado en la actualidad?

-No demasiado. Es necesario que la gente tome conciencia sobre la situación de los cauquenes colorados: pasaron de ser considerados una plaga en la década del 60 a ser una especie en extinción. Todo en menos de 50 años. Hoy se ha comprobado científicamente que no perjudican los sembrados tanto como se pensaba cuando se alentaba su caza.

-¿Cuál es la población actual de cauquén colorado?

-Se estima que hay 900 individuos de cauquenes colorados, estas aves son endémicas de Sudamérica: viven entre Argentina y Chile. Además hay una población no migrante, con comportamientos diferentes, en las islas Malvinas. Pero es una población diferente a la continental. Incluso he escuchado que se tiene pensado hacer un estudio de sangre para confirmar si es la misma especie.

-¿Cuál es la situación con la caza de esta ave, y en qué zonas vive?

-El cauquén colorado migra en invierno al sur de la provincia de Buenos Aires, y después pasa la primavera y el verano en el sur de Chile y Argentina, nidifica allí. Según los relevamientos realizados, se los caza en la zona de nidificación, que es él área de mayor fragilidad. Pero también se los mata en la zona de migración, en la Patagonia, ya que las aves descansan en Santa Cruz, Chubut y Río Negro. Y cuando llegan a Buenos Aires, se transforman en el postre de todos. Hay cotos de caza y entre las tres especies se termina con la vida de mil ejemplares diarios.

-¿Podría mencionar a las otras dos especies de cauquén que viven en la Argentina?

-Además del cauquén colorado, está el cabeza gris y el común, que no están en peligro de extinción en la actualidad. Conviven con el colorado, por eso hablamos de “bandada de patos”, porque es muy difícil de reconocerlos a la distancia. En un grupo de dos mil individuos que se cazan, se calcula que hay entre 1 o 2 colorados. Queda librado a la suerte del animal, si vuela y le pegan un tiro a ese o no.

-¿Vuelan todos juntos y mezclados?

-A veces sí, a veces no. Pero la caza de cauquén se hace al amanecer, cuando los colores son todos muy similares. Y se caza con escopeta, y cuando explota el cartucho vuelan muchos perdigones para todos lados que arrasan con varios individuos al aire. Por eso lo que se hizo fue evitar la caza de las tres especies, para tratar de que no se cace al colorado.

-¿Hay otras especies de aves en situación similar al cauquén colorado?

-Sí, la Argentina está sufriendo una pérdida grande de su biodiversidad en el área de aves. Otras aves de pastizal en peligro son por ejemplo los chorlos de pastizal patagónicos y los chorlos neárticos, éstos últimos migran de países americanos del hemisferio Norte. Esas aves se encuentran afectadas por el cambio del hábitat y los cambios en las formas de cultivar. Se están usando productos tóxicos que afectan a las especies que migran.

-¿La prohibición de la caza del cauquén se hizo sólo en la provincia de Buenos Aires?

-Sí, se prohíbe por ley provincial la caza de cauquén colorado; es una ley que lo protege y lo declara Monumento Natural Provincial. Otros monumentos son por ejemplo el venado de las Pampas y el ciervo de los pantanos. Este año se prohibió la caza de las tres especies hasta el 31 de agosto, para proteger al colorado que para esa fecha ya está casi el 90% de su población en Tierra del Fuego.

-¿Y qué sucede en las demás provincias?

-Creo que van a querer imitar esta medida en Río Negro y Chubut, pero eso queda a consideración de las otras provincias. Lo ideal sería una ley nacional que proteja al cauquén colorado. Ahora se están evaluando los trabajos de relevamiento que se hicieron este año, y que van a dar información científica sobre el impacto que tienen los cauquenes en los sembrados. Y nos va a permitir saber la población actual de colorados y las otras dos especies.

-¿Tienen algún resultado preliminar de los relevamientos que han realizado este año?

-Lo que sabemos es que la caza ha diezmado las tres especies, el colorado, el común, y el cabeza gris. Estos dos últimos no están en peligro de extinción en la actualidad pero dentro de cinco años lo más probable es que por lo menos el cabeza gris se encuentre en riesgo.

-¿Quiénes han realizado esos estudios de impacto del cauquén?

-Fueron hechos por personal de la Dirección de Áreas Protegidas, del Ministerio de Asuntos Agrarios, la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, e investigadores de la ONG Wetlands (humedales), la Universidad del Sur de Bahía Blanca, y de la Universidad de La Plata. Esperamos difundir los resultados a fin de año.

-¿Qué tipo de estudios realizaron?

-Se hicieron relevamientos en julio y agosto de 2007 desde La Pampa y Río Negro hasta Necochea y todo el sur bonaerense, copiando censos que se habían hecho en la década del 70 y del 80 en los mismos recorridos. Se hicieron muestreos comparativos de ambientes, y esto nos va a mostrar cómo fueron variando las poblaciones.

-¿Quiénes realizaron los estudios previos?

-El primer estudio lo lideró Mauricio Rumboll, que registró 50 mil individuos de las tres especies de cauquén; después lo repitió Neldo Traccana en el ´80, año en el que la cifra ya había bajado a 40 mil cauquenes. En 1990 no se realizó ningún estudio, mientras que el resultado preliminar del censo de 2007 es que hoy quedan 10 mil ejemplares entre las tres especies.

-¿Eso qué significaría?

-Para que una población sea viable ecológicamente, como mínimo debe tener mil individuos para que pueda subsistir, por su riqueza genética y en el caso del colorado sólo quedan 900. Con las otras dos especies, no tenemos que esperar que estén en riesgo para tomar medidas.